UPyD: el laberinto vasco
Vasconia es tierra difícil. Desde que Eta dividió a sus gentes entre amigos y enemigos, en la patria de Unamuno hay dos comunidades sociopolíticas, todavía no sociolingüísticas. El tiro en la nuca como castigo, advertencia y amenaza hace que, por ejemplo, en la diócesis de Juan María Uriarte, obispo de San Sebastián y pastor solícito de almas/ovejitas descarriadas, la mitad de sus feligreses vivan con el miedo en el cuerpo. Pero viven, y sobreviven, y llevan una vida casi normal, normalidad democrática. Con elecciones y todo lo demás. Una situación distinta, pero aun así similar a la de Cataluña, con dos comunidades y, aquí, sí, con dos lenguas; una de ellas, la española, perseguida incluso en su nombre.
UPyD, partido de los españoles en las tierras vascas, se presenta aquí con Rosa Díez al frente. En un primer momento se dijo que su formación obtendría representación parlamentaria: un diputado. Luego el número subió hasta tres e incluso hasta cuatro. Entonces se comentó que el PNV, partido de la burguesía y el clero separatistas de Vasconia, había decidido aumentar su presión sobre el PSE y el PP y debilitarlos, como partidos presuntamente estatales y españoles, beneficiando al partido de Rosa Díez. Tres partidos débiles antes que dos fuertes y, por lo tanto, rivales y competidores a la hora de ocupar el poder.
Ahora se habla de un más que posible pacto de Patxi López (PSE) con Ibarretxe (PNV), con la consiguiente combinación aritmética. Hay que debilitar al PP y, al mismo tiempo, procurar que Rosa Díez no asome la cabeza en estas tierras. De ser cierto y correcto ese planteamiento, UPyD se quedaría sin representación en el Parlamento vasco. Triste. Habrá que esperar a conocer los resultados.
En cualquier caso siempre nos quedará Europa.
Ya ahora sabemos que el PSE es una franquicia del PSOE a la manera del PSC. Por lo tanto, podemos empezar a pensar que, si se le presenta la oportunidad, el tal Patxi López estará dispuesto a emular a ese Montilla que ya en vida se ha convertido en símbolo de la deslealtad y la perfidia, superando con creces a sus maestros y valedores iniciales.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿considera el obispo Uriarte que los asesinatos perpetrados por los miembros de Eta son crímenes y, por lo tanto, delitos muy graves o no?