De los tres arquetipos freudianos a UPyD
Freud habla de tres arquetipos: el intelectual o teórico, el hombre de acción o guerrero y el hombre perfecto o intelectual y hombre de acción en proporciones justas y equilibradas.
Pájaro bobo leyó esta teoría de Freud hace muchos años, tantos que apenas se acuerda de ella. Desde entonces, no le ha sido posible encontrar información para rehacerla y tampoco personas que pudieran ayudarle en esa tarea. Las lagunas y/o imprecisiones de esta entrada, si las hay, son, pues, obra del tiempo y de la edad: Pájaro bobo está a punto de cumplir setenta y cinco años.
Según Freud o, más exactamente, según lo que Pájaro bobo recuerda, el hombre de acción o guerrero perfecto encarna las virtudes de la valentía, la audacia y la astucia, junto con las dotes del estratega. El intelectual por excelencia se caracteriza por su capacidad de reflexión y su falta de actividad física, mientras que el hombre perfecto aúna, en permanente equilibrio, el intelectual y el hombre de acción en una sola persona.
Pájaro bobo quiere imaginar que, inicialmente, Freud se propuso elegir como arquetipos o modelos exclusivamente a hombres de su misma raza. No lo consiguió plenamente pero lo intentó y se acercó cuanto pudo a su objetivo. Aníbal, Marx y Moisés.
En la realidad no hay arquetipos o, lo que es igual, modelos perfectos. Los personajes elegidos por Freud, según quiere recordar Pájaro bobo, tienen características que los identifican como seres de carne y hueso y, con un poco de imaginación y buena/mala voluntad, como modelos.
Como hombre de acción y guerrero, Freud eligió a Aníbal, general cartaginés y, por lo tanto, descendiente de fenicios. Aclaremos au passant que para muchos judíos, y en este caso para Freud, los fenicios fueron algo así como primos hermanos suyos; no eran enteramente gentiles. Se comprende, pues, que, a falta de de un modelo de pura raza, Freud elija al cartaginés/fenicio Aníbal.
Aunque no está, ni mucho menos, seguro, Pájaro bobo quiere creer que Freud elige como intelectual o teórico, frente al hombre de acción o guerrero, al judío Karl Marx, nacido en 1818 y muerto en 1883 (Sigmund Freud, 1856-1939). En cualquier caso, es un modelo perfectamente válido como intelectual puro, habida cuenta tanto de la profundidad de su pensamiento como de su incapacidad para hacer frente con dignidad a la subsistencia y el mantenimiento de su familia y de sí mismo. Por una cruel ironía del destino, el egregio autor de El Capital perteneció, en la última etapa de su vida, a la comunidad de los menesterosos.
Moisés, el bíblico y mítico guía político-religioso de los hebreos, es el hombre perfecto en cuanto que destaca por igual como pensador-legislador y como hombre de acción y, concretamente, caudillo de un pueblo que, según parece, no era el suyo.
Después de meditar sobre el tema durante años, Pájaro bobo se atrevería a sugerir como posible hombre perfecto a Lenin, evidentemente no con más méritos que Moisés pero sí mucho más cercano y, en ese sentido, también más real. Como hombre de acción o guerrero dudaría entre el mencionado Aníbal y Napoleón, mientras que la elección del intelectual perfecto le resultaría muchísimo más difícil o, si se quiere, muchísimo más fácil por el elevado número de posibles modelos a su disposición y, por descontado, a disposición de todo aquel al que le interese el tema.
Pájaro bobo piensa que el éxito de un partido político actual puede depender del uso que haga de los tres modelos freudianos en su dirección y que, por eso mismo, toda formación que se precie debe contar con la colaboración de intelectuales en calidad de ideólogos, de hombres de acción u organizadores y de personas o grupos de personas que, combinando el pensamiento y la acción, compensen y coordinen los dos planos de la realidad política.
Eso es justamente lo que él desea para UPyD y, concretamente, para UPyD Cataluña: una dirección colegiada (Coordinador General, responsable de Medios de Comunicación y responsable de Organización y Expansión) —plano horizontal superior– y unida con todas y cada una de sus secciones, en cuanto estructura de irradiación y acción social —plano horizontal inferior–, mediante un eje vertical de doble dirección para el intercambio de información.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿será UPyD la primera formación política española que adopte consciente y deliberadamente el modelo freudiano de los tres arquetipos en su organización?
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