Orden
Entiendo que el orden es transparencia y la transparencia sinceridad.
Dicen que los místicos no tienen personalidad, son transparentes. Creo que lo entiendo.
Al menos, trato de entender que la personalidad es una máscara y una coraza.
Entiendo que el orden es transparencia y la transparencia sinceridad.
Dicen que los místicos no tienen personalidad, son transparentes. Creo que lo entiendo.
Al menos, trato de entender que la personalidad es una máscara y una coraza.
Los separatistas del PSC han estado comercializando los votos del PSOE en Cataluña –votos españoles– durante décadas. Ahora, descubierto el fraude, se niegan a convertirse en un apéndice menor de Esquerra Republicana y para ello parece ser que están dispuestos a crear el primer partido catalán formado por residentes extranjeros (Partido Paquistaní de Cataluña).
Imagino que, ante esta situación, los militantes del PSOE en estas tierras podrían decidirse a fundar el Partido de los Chonis y las Chonis en Cataluña.
Naturalmente no será mientras allende el Ebro se alce la sombra funesta de Rubalcaba, traidor y protector de traidores.
Película inteligente de un director inteligente. Recreación de una sociedad marginal mediante retazos que son a la vez sinécdoques y elipsis. El Havre me hace pensar en un París que conocí en los años sesenta, antes de mayo del sesenta y ocho, como fugitivo y emigrante. Ciudad decadente, gentes decadentes, supervivencia resignada y solidaridad humana, para mí sin calor humano, calor humano que aquí sólo percibo en los ojos y la boca de un animal, la perrita Laika.
Miseria civilizada, sin promiscuidades, sin intimidades, sin gestos desgarrados a la spagnola maniera.
Estamos en la Europa del Norte, a mil quinientos kilómetros de Puerto Urraco, casi a ochenta años de una infancia aterida a la que da fuerza y vida el aliento de una fiera.
De acuerdo con lo que vengo oyendo y escuchando desde hace años me atrevería a afirmar que españoles de la estirpe mental y psicológica de Rajoy y Aznar, de Rubalcaba y Cayo Lara ni saben cómo piensan separatistas catalanes de la vena de un Pujol y un Maragall ni están en condiciones de entenderlo o de llegar a entenderlo.
Curiosamente, el único español de la Meseta en el que atisbo sensibilidad para captar el enigma/estigma de un Roca Junyent y un Duran i Lleida –la perfidia humana en grado próximo a la excelencia– es Monago. El extremeño ni los cree ni se deja arrastrar a su terreno.
Consejo
Cuando un separatista catalán te proponga un diálogo, procura tener a mano el garrote (mejor aún, el trabuco) y asegúrate de que lo ve en todo momento y no hace con él como con la bandera de España.
Mientras España, nuestra patria, es zarandeada despiadadamente por los separatistas, nosotros, sus hijos, nos pasamos el día hablando de fútbol.
¿Cabe mayor indignidad y mayor traición?
Mariano Rajoy el Pusilánime ha afirmado, más o menos, que la UE asumirá, en caso necesario, la defensa de la soberanía de España.
Para mí eso significa que España no es dueña ni de sí misma ni de su destino porque los españoles no estamos dispuestos a defenderla cuando lo necesita.
¿Cuántas veces a lo largo de la historia han decidido los de fuera el destino de España y los españoles?
Aunque George Steiner, el judío continental (¿y apátrida?) de las tres lenguas maternas, diga, citando a no sé quién o a no sé quiénes, que no se puede vivir la muerte, yo llevo casi cuatro décadas viviendo la muerte de España como mi propia muerte.
El hecho es que España está a punto de morir a manos de sus hijos cobardes y traidores, mientras que yo sigo vivo y con muchas probabilidades de dar en loco, que, al menos a mi modo de entender y sentir, es una manera superior de enfrentarse a la muerte y vivirla.
¿Y cómo se vive la muerte propia en la enajenación?
Entiendo que Rusia terminará imponiendo su ley, a rajatabla, en este tradicional satélite suyo. Y si Estados Unidos no parece dispuesto a tensar la cuerda hasta provocar una reacción violenta de un Putin con temple y poderes de dictador, podemos asegurar sin riesgo de error que Alemania, la Alemania del eterno y siempre fallido Drang nach Osten (penetración en el Este) se dará por enterada y no ejecutará ningún movimiento sospechoso durante algún tiempo, sabedora de que, en caso de un conflicto armado, la ira de los rusos caería ante todo sobre los alemanes, sus enemigos históricos.
Además, ya ahora podemos ver que Putin está aprovechando el desorden político-social imperante en el país para descuartizarlo y, al mismo tiempo, crear una zona de seguridad para ella y controlada por ella.
Toda una lección de Machtpolitik (política de fuerza), sin gestos teatrales ni retórica, a cargo de un antiguo miembro de la KGB.
Si es cierto que, por un lado, los separatistas catalanes llevan años cerrando el espacio geográfico, político, cultural y jurídico de Cataluña a los españoles de allende el Ebro, también lo es que, simultáneamente, están colonizando el resto de España y copando sus centros de poder y decisión con agentes propios y aliados pagados con dinero de todos los españoles.
A título de ejemplo, ahí están la Sexta y la 4, tentáculos de la televisión catalana en el espacio de lengua española, y ahí está incluso la 1, objeto de infiltraciones cada vez más clamorosas e hirientes. Ahí está, también a título de ejemplo, Herrero de Miñón, asesor jurídico de la secesión catalana y como tal maestro de traidores a su patria.
Los separatistas nos roban y siempre nos han robado porque su objetivo ha sido y es destruir España y, acto seguido, colonizarla.
De momento, la están atenazando de acuerdo con una táctica envolvente de acción doble y simultánea.
¿Dónde están los españoles y qué hacen?
En Barcelona se ha presentado, horas ha, un colectivo, ni partido político ni movimiento social stricto sensu, autodefinido como Sociedad Civil Catalana. Pero toda vez que el nombre aparece primera y prioritariamente en catalán, con el español en letra menuda y a modo de nota a pie de página, quiero pensar y pienso que no es eso sino algo muy distinto.
Experiencia obliga.
Una vez más, la presentación ha tenido lugar en el teatro de la ambigüedad. Naturalmente con actores seleccionados y bajo control, naturalmente con claque charnega, naturalmente a casa nostra, que naturalmente nunca fue casa de todos.
Estamos en un paralelo que ya no es El Paralelo, junto a un molino que ya no es El Molino.
Por lo demás, entiendo que no es lo mismo sociedad civil catalana que sociedad civil de Cataluña, pues entiendo asimismo que la sociedad civil de Cataluña está formada básicamente por dos comunidades sociolingüísticas: una comunidad de lengua catalana y una comunidad de lengua española. La primera es minoritaria, la segunda mayoritaria. Aun así, la primera controla, dirige y organiza tanto la vida social como la actividad política de las dos comunidades, oficialmente fundidas en una única sociedad civil, mientras que la segunda, falta de entidad reconocida, trabaja, calla y, al parecer, otorga.
El nuevo colectivo se define a sí mismo como transversal. ¿Transversal referido a la sociedad civil catalana o a la sociedad civil de Cataluña?
En cualquier caso, considero que el nuevo colectivo –al parecer, dirigido por intelectuales pertenecientes a las últimas levas universitarias– podría haber tenido en cuenta la naturaleza de la sociedad civil de Cataluña y su composición/descomposición en dos comunidades no yuxtapuestas sino superpuestas: una dominante y otra dominada.
Por lo tanto, transversal, sí; pero también interclasista.
Pregunta a los cuatro vientos: ¿hacía falta una nueva añagaza intelectualoide para terminar practicando esa variante de la Realpolitik prusiana conocida en estas tierras como política de la puta i la Ramoneta desde los tiempos infaustos de la Transacción? Sí, sí, Transacción.