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Yo, Ramón Ibero Iglesias, con DNI 37 47 87 99, deseo causar baja como afiliado de UPyD a partir de este mismo momento. Solicito la desconexión de mi blog.
Ramón Ibero
Yo, Ramón Ibero Iglesias, con DNI 37 47 87 99, deseo causar baja como afiliado de UPyD a partir de este mismo momento. Solicito la desconexión de mi blog.
Ramón Ibero
Pájaro bobo no cierra la industria, pero se toma una pausa para reflexionar y cambiar de frente. De frente y, por lo tanto, de armas y aliados. Nacemos solos y morimos solos. Pájaro bobo ha decidido empezar a prepararse en solitario para el apagón.
Parece ser que fue Ortega y Gasset, el pequeño filósofo español, el que dijo: «Cuando en el mundo sólo hubiera una solución siempre habría dos: ésa y salirse del mundo».
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿hacía falta ir a estudiar a Alemania para alumbrar semejante genialidad?
Pájaro bobo tenía pensado y programado pasarse los últimos años de su vida escribiendo. Muchas cosas las tenía ya esbozadas e incluso plasmadas sobre papel. Había que ordenarlas, pulirlas y darles la forma definitiva. Ese era su plan, pero el tiempo pasaba y, por unas cosas u otras, no terminaba de centrarse en la tarea e hincarle el diente con ganas.
Como él sabe que en esos casos lo más fácil e incluso lo mejor para él es romper la baraja, la rompió. Y en esas está.
Pájaro bobo ha recuperado su novela, lo que tiene escrito de ella, y sus papeles: cuentos, ensayos y andróminas varias. Lo que salga ahora es lo que hay porque curiosamente es lo que había.
Uno es lo que es cuando deja de ser lo que era.
Es evidente que en estos momentos UPyD debe concentrar todas sus fuerzas y todos sus esfuerzos en un objetivo: entrar en el Parlamento Europeo, cuyas elecciones están programadas para principios de junio próximo.
Si lo consigue habrá superado por elevación todas esas discusiones que ahora tratan de distraerla, lastrarla y en definitiva reducir su capacidad de lucha. La actitud a adoptar en tales casos nos viene dada por Cervantes en su famosísima fórmula:
«Que ladren los perros, decía el Quijote, luego cabalgamos».
Tenemos derecho/obligación de pensar que son muchos los españoles que están pendientes de los resultados de UPyD para redefinir su postura y naturalmente su voto en un futuro inmediato, cansados de tanta deslealtad y tanta incompetencia como vienen demostrando nuestros dirigentes.
Por consiguiente, en opinión de Pájaro bobo, UPyD debe concentrarse tanto en las elecciones al Parlamento Europeo como en las responsabilidades que puede tener y muy probablemente tendrá a partir del día siguiente.
Ya ahora podemos decir que esas responsabilidades nos imponen una regeneración integral de la vida política nacional de acuerdo con tres ejes: Constitución, eficacia y lealtad.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿tiene UPyD a punto su programa de trabajo?
Cuarenta y cinco millones de españoles nos contemplan.
Carod, el carallot de la Franja, fue durante bastante tiempo un protegido especial de Convergencia y, por lo tanto, del Sanedrín catalán con sus sumos sacerdotes (un cardenal-arzobispo y un abad), sus familias burguesas (de cien a ciento cincuenta) y sus notables (en torno a los doscientos). Pero el carallot se soliviantó e hizo saber a sus protectores/protegidos que aquí, en la Fenicia de Poniente, mandaba él.
Y a punto estuvo de salirse con la suya.
El carallot quería no sólo mantener contactos con la Eta vasca sino incluso tener una Eta catalana para su uso y disfrute. No lo consiguió porque, si todas las burguesías del mundo son timoratas, posiblemente la catalana lo es más que ninguna. Recuerden que sus miembros se pasaron casi cuarenta años cantando el «Cara al sol», brazo en alto y riendo o sonriendo.
Por eso y por cosas que todavía no se pueden contar, al carallot Carod le nombraron ministro de Asuntos Exteriores, su actual cargo. Y ahí está el hombre haciendo el indio en el Amazonas, en Tierra Santa y en Tukmenistán
Pero el carallot siempre ha tenido el control directo y personal de las juventudes radicales de Cataluña. Con ellas ha venido organizando actuaciones de diversa apariencia pero siempre con el mismo sello: agresiones a representantes de partidos españoles, así como a sus sedes y sus locales, manifestaciones contra el Rey, contra la bandera española y otros símbolos del país vecino y opresor.
A esas y otras actuaciones hay que sumar diversos happenings estudiantiles y ejercicios de kale barroka a la catalana, como el escenificado este mes de marzo en la Universidad de Barcelona y su entorno. Aquí, las huestes del carallot se enfrentaron a los mozos de la policía autonómica, la misma que hizo prácticas en Israel, con un balance en verdad preocupante: diez heridos en el bando de las juventudes universitarias y pseudouniversitarias, frente a once heridos en el bando de las fuerzas del orden y la represión.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué tienen preparado las juventudes radicales del carallot Carod para cuando se haga público el fallo del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, un fallo presumiblemente demoledor?
Enric Juliana, agente del Sanedrín catalán en los Madriles conocido en este minifundio virtual con el sobrenombre de «Topo del buen Retiro», ha visto en sueños el futuro de España y la España del futuro: algo así como una docena de islas mayores y menores que, después de desprenderse de su común plataforma tectónica, flotan a la deriva en el mar de la Sargantana, ayer piélago, mañana ciénaga.
Mar de la Sargatana (en catalán, Lagartija) es el nombre que Pájaro bobo asignó hace tiempo al tramo del Mare Nostrum que se extiende desde las islas de Lampedusa y Pantelería, en el Este, hasta el archipiélago de las Columbretes y las costas del Ampurdán, en la Fenicia de Poniente.
Una de esas islas es Cataluña, tierra de supervivientes. Enric Juliana, híbrido —cuerpo de hombre con nombre de mujer— y superviviente con credenciales de politólogo a sueldo de la Generalidad de la burguesía catalana, vislumbra un futuro muy triste para España y decididamente glorioso para Cataluña.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué cree Juliana, cuerpo de hombre con nombre de mujer, que esas islas, después de flotar a la deriva, volverán a unirse y, cuando lo hagan, será bajo el escudo y la lengua de Cataluña?
Podemos pensar que, dado su talante, a Zapatero, el trapisondista, le va a costar aprender la lección de Kosovo. El muy liante se pensaba que todo el monte era orégano, y ahí está ahora: urdiendo precipitadamente un apaño para salir del trance. Con la Chacón, ministra de indefensa, como víctima y cómplice. Matrimonio de conveniencia en primeras y últimas náuseas.
Habrá que ver si, a pesar suyo, el jefe de los socialistas tiene que devolver la catalanista a los chiqueros de la Barceloneta.
En cualquier caso, Zapatero, el trapisondista, lo va a pasar mal y nos lo va hacer pasar mal a nosotros, los españoles, víctimas de su incurable e inenarrable falsedad. Todo un embajador de España. España —dicen ahora en la vieja Europa— siempre se va.
Probablemente, en un futuro próximo los españoles empezaremos a sentir/sufrir las consecuencias de la última traición de Zapatero: merma del prestigio nacional y merma del dinero del Estado. Eso es lo que se puede leer en los papeles de allende nuestras fronteras.
A Zapatero, el trapisondista, alguien debería haberle explicado en su momento que los Estados soberanos no son autonomías y que los jefes de Estado no son caciques autonómicos como, verbigracia, ese ser abyecto y vil llamado Montilla, con el que el tal Zapatero practica asiduamente el arte del sablazo por la espalda y la puñalada trapera à la nonchalant.
Una cosa es la política de la puta i la Ramoneta y otra la geoestrategia. Kosovo no es ni una nación ni un Estado, tampoco una naciúncula, ni siquiera una autonomía. Nada de eso pero mucho más que todo eso. Kosovo es hoy el gozne sobre el que giran dos bloques geopolíticos: Rusia-Serbia y la OTAN.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿y si, como cree Pájaro bobo, Zapatero no aprende la lección de Kosovo y se empeña en continuar con sus trapisondas y sus deslealtades en perjuidio de España y los españoles?
Está visto que Rodríguez Zapatero no cambia. Después de engañar por activa y por pasiva a caciques autonómicos y líderes políticos de todo signo, se burló del pueblo llano con un cinismo que a Pájaro bobo aún le sobrecoge y le aterra. Este delincuente ni cambia ni aprende. Ni aprende ni cambia.
Tanto es así que, tras todas esas experiencias y la lección de Bush, ciertamente morrocotuda, ahora se ha apresurado a volver a las andadas. La jugada de Kosovo, con nuestra ministra de Indefensa como cómplice y subalterna, se inscribe en su historial de trapisondista cínico y sin escrúpulos. A él no le importan ni los compromisos contraídos ni los acuerdos pactados y firmados por España. El pobre sigue convencido de que es más listo que todos los demás juntos. Incluido Obama, negro americano y nueva esperanza blanca del último imperio del planeta Tierra.
Aun así, podemos y debemos pensar que el tal Zapatero no va a tardar en recibir su merecido: el descrédito y el desprecio de todos los gobernantes con los que ha tratado. Lo malo es que las consecuencias de su vil e indigno comportamiento, tanto en el plano nacional como en el plano internacional, no las va a pagar él, las va a pagar España y las vamos a pagar los españoles.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué no se destituye y se procesa a un jefe de Gobierno que, con un comportamiento claramente delictivo, está llevando a España a la ruina y provocando su descrédito internacional?
El bolchevique Montilla la envió a los Madriles, capital del país vecino y opresor, para que hiciera compañía al bachiller Corbacho, perteneciente al gremio de los menesterosos intelectuales. Ella, de soltera Carmen Chacón y conocida en este minifundio virtual como la Generala, dio el sí y dijo que se aplicaría. Como la misión era difícil y arriesgada, la moza comprendió enseguida que lo más pertinente era hacerse la tonta, no la loca, y no mencionar nunca a los mozos de escuadra. Por vivas a España no iba a quedar.
Una cosa es la colaboración y otra la complicidad. Corbacho, el pobre Corbacho, no sabe nada de eso, ni lo sabrá nunca. Él está donde está como tonto útil. Después vendrá el que tiene que venir. Mientras tanto, una cuña es una cuña. Lo importante es no dejar mal sabor de boca. Ni sospechas, Seguir el ejemplo del Jordi Gonzàlez y el Malafuente. Y el Florenci Rei, ese que habla del tiempo en la península. Y tantos y tantos emisarios, agentes y quintacolumnistas como hay en los Madriles .
Aunque es obligado pensar que en Kosovo la Chacón obedecía órdenes, Zapatero, trapisondista sin escrúpulos, no ha dudado ni un instante en sacrificarla. Estaba en juego su rehabilitación política en el extranjero y, con ella, sus relaciones con Estados Unidos. En una situación así, el susodicho estaría dispuesto a sacrificar a su mismísimo padre.
Si hasta ayer se hablaba elogiosamente de la catalana de adopción y nacionalidad, ahora le llueven palabras de condena y descalificación. En ellas se la presenta como inepta e irresponsable y se habla incluso de su dimisión (léase destitución). Semejante tratamiento es tanto más llamativo cuanto que hasta hace pocos días, incluso pocas horas, la susodicha aparecía a menudo en los papeles como la posible y acaso probable sustituta/sucesora de Zapatero. La baza catalana del Sanedrín pujoliano para hacerse con el control de la Moncloa.
Veremos en qué queda el vendaval. En primer lugar, Zapatero debe recuperar su posición en las relaciones con Estados Unidos y, concretamente, con Obama. Después, ya veremos lo que dicen los militares, que, en opinión de Pájaro bobo, tienen la última palabra en estos asuntos. En cualquier caso, debemos pensar que la pobre mujer habrá salido escaldada. El soponcio ya no se lo quita nadie. A lo mejor pide la excedencia. Un año, por maternidad.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué destino espera a la Chacón en el exranjero y en esa parte del extanjero llamada España?
A los ojos de Pájaro bobo, el socialismo es una utopía, la utopía de la realidad racional. Y quien dice realidad racional dice realidad ética. Por eso, el socialismo tiene a la vez como norma racional y ética la defensa activa de la vida en todas sus formas y la condena de la agresión a la vida en todas sus formas, empezando por los procesos biológicos en fase inicial, pues entiende que por ellos pasa el camino que lleva a un futuro en el que la utopía dejará de ser utopía para alumbrar una realidad ética y racional.
A Pájaro bobo la cabeza le dice que toda perturbación y/o alteración dolosa de un proceso biológico es un atentado contra la ley natural.
Y si la Iglesia se opone al aborto no es por capricho o cerrazón sino porque va contra la ley natural. Si la Iglesia lo aprobara, seguiría estando mal, seguiría siendo un delito en cuanto transgresión grave de la ley natural. Con el agravante de que, en ese supuesto, la Iglesia incurriría en un acto de prevaricación que, siempre en opinión de Pájaro bobo, la deslegitimaría.
En la práctica, el problema nos lleva a preguntarnos qué sentido tiene una norma ética cuando la inmensa mayoría de la sociedad está dispuesta a no cumplirla. La norma no sólo es correcta sino que además sólo esa norma es correcta, pero, como la sociedad ha decidido no cumplirla, tenemos que convenir que, a efectos prácticos, no es ni viable ni válida.
Eso es lo que piensa Pájaro bobo, pecador impenitente y más bien descreído al que la cabeza le recuerda a diario que hacer algo que está mal no es razón suficiente para decir que no está mal. Y tampoco para conseguir que, con el paso del tiempo, deje de estar mal.
Resumen. La Iglesia, en su condición de instancia ética, no puede aprobar el aborto como norma en condiciones normales y la sociedad no está dispuesta a respetar una norma universal y ¡sagrada! de la ley natural: la defensa de la vida.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿hay alguna manera de salir de ese dilema o se trata en última instancia de un falso dilema?