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Ilegalitas ilegalitatis et omnia ilegalitas!

De los tres arquetipos freudianos a UPyD

Freud habla de tres arquetipos: el intelectual o teórico, el hombre de acción o guerrero y el hombre perfecto o intelectual y hombre de acción en proporciones justas y equilibradas.

Pájaro bobo leyó esta  teoría de Freud hace muchos años, tantos que apenas  se acuerda de ella. Desde entonces, no le ha sido posible  encontrar información para rehacerla y tampoco  personas que pudieran ayudarle en esa tarea.  Las lagunas y/o imprecisiones de esta entrada, si las hay,  son, pues, obra  del tiempo  y de  la edad: Pájaro bobo está a punto de cumplir setenta y cinco años.

Según Freud o, más exactamente, según lo que Pájaro bobo recuerda, el hombre de acción o guerrero perfecto encarna las virtudes de la valentía, la audacia y la astucia, junto con las dotes del estratega.  El intelectual  por excelencia  se caracteriza por su capacidad de reflexión y su falta de actividad física, mientras que el hombre perfecto aúna, en permanente equilibrio,  el   intelectual y el hombre de acción en una sola persona.

Pájaro bobo quiere imaginar que, inicialmente,  Freud se propuso elegir como arquetipos o modelos exclusivamente a hombres de su misma raza. No lo consiguió plenamente  pero lo intentó y se acercó cuanto  pudo a su objetivo. Aníbal, Marx y Moisés.

En la realidad no hay arquetipos o, lo que es igual, modelos perfectos.  Los personajes elegidos por Freud, según quiere recordar Pájaro bobo, tienen características que los identifican como  seres de carne y hueso y, con un poco de imaginación y buena/mala  voluntad, como modelos.

Como hombre de acción y guerrero, Freud eligió a Aníbal, general cartaginés y, por lo tanto, descendiente de fenicios. Aclaremos  au passant que para muchos judíos, y  en este caso para Freud, los fenicios fueron  algo así como  primos hermanos suyos; no eran  enteramente gentiles. Se comprende, pues, que, a  falta de de un modelo de pura raza, Freud elija al cartaginés/fenicio  Aníbal.

Aunque no está, ni mucho menos, seguro, Pájaro bobo quiere creer que Freud elige como intelectual o teórico, frente al hombre de acción o guerrero,  al judío Karl Marx, nacido en 1818 y muerto en 1883  (Sigmund Freud, 1856-1939). En cualquier caso, es un modelo perfectamente válido como intelectual puro, habida cuenta tanto de la profundidad de su pensamiento como de su incapacidad para hacer frente con dignidad a la  subsistencia y el mantenimiento de su familia  y de sí mismo. Por una cruel ironía del destino,  el egregio  autor  de El Capital perteneció, en la última etapa de su vida, a la comunidad  de los menesterosos.

Moisés, el bíblico y mítico guía político-religioso de los hebreos, es el hombre perfecto en cuanto que destaca por igual como pensador-legislador y como hombre de acción y, concretamente, caudillo de un pueblo  que, según parece, no era el suyo.

Después de meditar sobre el tema durante años,  Pájaro bobo se atrevería a sugerir como posible hombre perfecto a Lenin, evidentemente  no con más méritos que Moisés pero sí mucho más cercano y, en ese sentido, también más real. Como hombre de acción o guerrero dudaría entre el mencionado Aníbal y Napoleón, mientras  que la elección del intelectual perfecto  le resultaría  muchísimo más difícil o, si se quiere, muchísimo más fácil por el elevado número de posibles modelos a su  disposición  y, por descontado, a disposición de todo aquel al que le interese el tema.

Pájaro bobo piensa que el éxito de un partido político actual puede depender del uso que haga de los tres modelos freudianos en su dirección y que, por eso mismo,  toda formación que se precie  debe contar con la colaboración de intelectuales en calidad de ideólogos, de hombres de acción u organizadores y de  personas o grupos de personas que, combinando  el pensamiento y la acción,  compensen y coordinen los dos planos de la realidad política.

Eso es justamente lo que él desea para UPyD y, concretamente, para UPyD Cataluña: una dirección colegiada (Coordinador General,  responsable de Medios de Comunicación y responsable de Organización  y Expansión)   —plano horizontal superior–  y unida  con todas y cada una de sus secciones,   en cuanto estructura de irradiación y acción social —plano horizontal inferior–,  mediante un eje vertical de doble dirección para el intercambio de información.

Pregunta ingenua e intempestiva:  ¿será UPyD la primera formación política española que adopte consciente y  deliberadamente  el modelo freudiano de los tres arquetipos en su organización?

UPyD: ideario, votos y votantes

UPyD se ha definido públicamente por boca de Rosa Díez,  su portavoz, como una formación «progresista, liberal, laica. de españoles sin complejos».

El liberalismo, en sus tres vertientes —política, social y económica—, aboga básicamente por la libertad del ciudadano frente al Estado como Leviatán o, si se prefiere, como superestructura y superpoder. En definitiva, el liberalismo entiende que el Estado debe estar al servicio del ciudadano, antes que el ciudadano al servicio del Estado. El ciudadano es el sujeto; el Estado, la estructura organizativa y, por lo tanto, el medio puesto al servicio del ciudadano.

En el curso de su historia el liberalismo incorporó a su núcleo doctrinal  el concepto y la práctica de la laicidad. El Estado, como  escenario de las relaciones sociales de los individuos, debe estar libre de toda definición confesional. El Estado no es ni religioso ni antirreligioso, ni católico ni anticatólico;  ni lo uno ni lo otro, simplemente no es nada. La religión es asunto privado y como tal debe considerarse y respetarse.

Así, pues, el liberalismo se define como laico por la sencilla razón de que, a su modo de ver, no hay caso. El ser humano se organiza para vivir y convivir en las mejores condiciones posibles y, a partir de ese punto, fomentar todas las mejoras que signifiquen progreso y todas las formas de progreso que signifiquen mejoras  para él.

Desde esa perspectiva, unión y democracia son prácticamente la misma cosa y, en cualquier caso, juntas llevan al progreso.

De ahí surge la pregunta:  ¿dónde debe buscar sus votos UPyD? O, en otras palabras: ¿quiénes son sus posibles votantes?

En opinión de Pájaro bobo, la respuesta a esa pregunta doble podría y debería constituir el punto de partida  para establecer  una relación coherente entre doctrina   y cuerpo social.  De momento,  se limita a lanzar la idea,  aunque, ya ahora,  opine que el votante medio de UPyD es un español medio de clase media contrario a la falsa bipolarización y el juego de la alternancia mecánica, sólo formal, y partidario decidido  de una convivencia en armonía, base de la democracia y el progreso de España como nación y de los españoles como pueblo.

¿Utopía? Tal vez, pero en cualquier caso, una utopía razonable.

The Economist: cuando mañana sea hoy

The Economist, publicación periódica de consulta obligada para  escépticos y descreídos, dedica  en su último  número  (24-30, o1, 2009)  una corta y densa reseña a la situación económica de España en la actualidad   y en un futuro inmediato.

Citando fuentes presuntamente documentadas y solventes  –desde un ministro de Economía hasta un sindicalista regional,  pasando por nuestro dadivoso jefe de Gobierno—,  The Economist señala que, de acuerdo con la situación actual y la derrota balizada por los indicadores económicos  domésticos y supradomésticos (chivatos),  la nave española  se dirige a toda máquina —¡es un decir!—, no a un puerto bien situado y bien abrigado,   sino a un malecón, nunca  dársena,  habilitado como   dique seco, donde está previsto que, nada más atracar,    deje más de cuatro millones de obreros en paro.

Pero, según la mencionada publicación, lo peor está aún por llegar y muy probablemente  llegará, pues el gobierno, ignorando las   inexorables  leyes del mercado, ha optado por una línea que, lejos de dinamizar la economía real y realmente productiva, la grava y agrava en beneficio de una política social pseudosocialista  basada en la subvención del paro. Con ello,  Zapatero pretende fidelizar el voto masivo de los que no tienen  trabajo, medida que conduce a una situación no sólo gravísima sino incluso aberrante si tenemos en cuenta, aunque sea sólo a título de ejemplo,  que en estos precisos momentos varias decenas de empresarios agrícolas españoles se dirigen a Marruecos para contratar en origen  miles de recolectores de fresas.

Alguien puede ver ahí un exponente de las contradicciones internas del capitalismo denunciadas por Marx, pero habría que añadir que, si esas contradicciones existen, lo procedente es tratar de limarlas o eliminarlas, no agrandarlas con  políticas de incentivación del paro (mediante subvenciones a fondo perdido, sin contraprestación) y penalización  del trabajo y los trabajadores reales.

En esas circunstancias, y en las que nos esperan, con un Partido Socialista en manos de un impostor y un Partido Popular sumido en una destructiva guerra de intrigas, Pájaro bobo apuesta  por UPyD como formación defensora de una política nacional constructiva,  integradora y  realmente democrática tanto en  tiempos de vacas gordas como en tiempos de vacas flacas, tanto  durante las campañas electorales como  el  día después de las elecciones.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿estará UPyD a la altura de las circunstancias y responderá adecuadamente tanto a las ilusiones de los españoles como a sus necesidades cuando llegue su hora o, lo que es igual, cuando mañana sea hoy?

Obama y Zapatero: procrastinación

Pájaro bobo  quiere creer que Barack Obama, ahora presidente de Estados Unidos, conoce la palabra procrastination, aunque no la practique, y también se inclina a creer que Rodríguez Zapatero, actual jefe del Gobierno español, no la conoce (probablemente  ni  en su versión española ni, mucho menos, en su versión inglesa), pero practica sistemáticamente lo que la palabra dice y significa. A saber: dejar para mañana lo que debe hacerse hoy. Y, por extensión, diferir compromisos y/o aplazar su cumplimiento.

Estamos ante  una práctica a la vez genuinamente española y antiespañola, perpetuada en la frase, ayer fórmula de obligado cumplimiento, «Vuelva usted mañana». Aclaremos que en latín hodie es hoy y cras es mañana. Por eso, en las lápidas de algunas sepulturas figura,  a  modo de memorándum,  la frase  Hodie mihi, cras tibi, que, traducida a nuestro dialecto, quiere decir «Hoy a mí, mañana a ti».  Y, como podemos comprobar, ese cras forma el núcleo semántico de procrastinación, que tiene su equivalente cabal en la inglesa procrastination.

Son muchas las personas de Estados Unidos y del resto del mundo que han depositado grandes esperanzas en Obama por  su condición de representante emancipado de las capas inferiores de la sociedad norteamericana.  Están en su derecho, aunque olviden o no sepan que en aquel país inmenso un político con responsabilidades de Estado es esencialmente un actor/robot controlado/dirigido a distancia. Obama ni hace ni puede hacer política; hace teatro:  recita, gesticula y poca cosa más.

¿Y Zapatero?

En primer lugar, Zapatero es, al menos a los ojos de Pájaro bobo, un trapisondista irreductible y, como tal, incurable. En segundo lugar, España no es Estados Unidos. En España, por ejemplo, el patriotismo es un atentado contra el orden/desorden establecido; en Estados Unidos, el patriotismo es una condición ineludible para ser presidente de la nación. Obama está obligado a ser un patriota y a comportarse como tal. Zapatero está poco menos que  obligado a declarar que ni es un patriota ni sabe lo que es una nación, objeto del patriotismo. En realidad, el susodicho intuye nebulosamente que el patriotismo, como la bandera, es algo que tiene que ver con los militares, la burguesía capitalista y los curas.

Zapatero ha depositado en Obama la esperanza de que va sacarle del  pozo  guantanamero y de la lista negra en la que lo hundió George Bush. Es posible que Obama le ayude e incluso que  intente sacarlo  y lo consiga. Pero él, el Zapatero, tendrá que pagar un precio por ello. Y ahí es donde probablemente va a aparecer la procrastinación inveterada de nuestro trapisondista y apátrida compatriota.

Es más que probable que prometerá hacer y darle a Obama lo que este le pida y un poco más, en la confianza  de que, una vez hecha la promesa-trampa y obtenido el premio o la recompensa, le va a torear recurriendo al inveterado truco de la procrastinación.

¡El muy iluso!

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿será cierto, como sostienen algunos especialistas, que el irreductible  cinismo de Zapatero es  con toda seguridadd  de raíz psicopatológica?

UPyD: proyecto político para todos los españoles

En los últimos meses, la prensa internacional, y muy concretamente la europea, viene denunciando los gravísimos errores cometidos por el jefe del Gobierno español, señor Rodríguez Zapatero, en el ámbito de la economía, así como las desgracias que inexorablemente  se abatirán sobre España y los españoles en los próximo años. Los analistas le acusan específicamente de haber actuado y actuar todavía hoy sin contar con una planificación sistémica y realista o, en otras palabras, de volar en alas de una mentalidad a la vez ingenua y malintencionada, convencido de que basta con negar la realidad más desagradable o negativa, para que  ésta desaparezca, al menos durante unas horas. Mañana, mañana, Morgen! Morgen!

Todos sabemos que ésa ha sido la fórmula mágica utilizada a modo de panacea tanto por Rodríguez Zapatero como por su ministro de Economía, Pedro Solbes, hasta que, incluso para ellos y sus defensores más contumaces, se ha impuesto la fuerza de los hechos. Estamos ante una gravísima crisis económica de alcance mundial que, como no podía ser por menos, en España reviste características especialmente preocupantes, dada la inconsistencia de nuestro sistema económico y concretamente del sector financiero, inconsistencia que ha venido a sumarse a los endémicos desequilibrios de nuestro sector productivo, que en este caso ha utilizado irracionalmente la construcción como locomotora de toda la actividad nacional.

Con esas negras perspectivas económicas en una España a merced de de diecisiete Comunidades Autónomas generadoras insaciables de gasto público mediante la creación y el mantenimiento de una máquina burocrática que, sumada a la del Gobierno central, supone un dispendio tan irracional como insostenible, UPyD considera que ha llegado la hora de que una formación política con vocación nacional levante la voz y ofrezca a los españoles un proyecto realmente democrático o, lo que en este supuesto es igual, integrador y constructivo. Consideramos que tal formación deberá superar los planteamientos ideológicos de izquierdas y derechas, con sus divisiones y antagonismos, y poner la política y sus actores al servicio de la ciudadanía, como ocurre desde hace ya siglos en la Europa más progresista y civilizada y vosotros, residentes en la culta Suia, sabéis my bien.

De acuerdo con lo expuesto, pensamos que, si se mantienen las tendencias económicas y políticas actuales, dentro de un período de tiempo relativamente corto el conjunto de España —población y territorio— quedará dividio en tres parcelas: una parcela mayoritaria y dominante a la izquierda, una parcela relativamente extensa y populosa pero en fase menguante  a la derecha, y una parcela inicialmente pequeña pero en clara línea expansiva y ascendente en la franja intermedia.

Tres partidos, tres programas, tres colectivos sociales.

El PSOE,  la formación de izquierdas, tiene hoy una clara ventaja numérica sobre el Partido Popular, su antagonista natural y tradicional, ventaja que personalmente atribuyo en gran medida a las habilidades de Rodríguez Zapatero y sus dotes como líder de masas y comunicador televisivo.

De la mano de Mariano Rajoy, el Partido Popular, nuestra formación conservadora, vive horas de contrariedad y desconcierto, cuyas causas deben buscarse lógicamente en las personas y su gestión, así como en la línea política seguida hasta ahora.

En ests circunstancias, Unión, Progreso y Democracia (UPyD), la formación liderada por Rosa Díez,  presenta un proyecto político, económico y social unitario y común para todos los ciudadanos españoles, pues no se debe ni a una ideología de derechas ni a una ideología de izquierdas, sino exclusivamente al interés general (intérêt général), alumbrador tanto de la Illustration como de la Aufklärung y punto de partida de todas las democracias europeas, incluidas la que vosotros tenéis en Suiza y la que nosotros defendemos y deseamos aquí para toda España y todos los españoles.

(Este artículo será publicado próximamente en la revista suiza Mundo Hispánico)

El síndrome del superino

Superino es palabra exclusiva de Pájaro bobo. Está registrada en su Idióticon con el significado específico de «ser desvalido, racional o irracional, que generalmente, no siempre, inspira ternura». En el hogar de Pájaro bobo, conocido como el Búnker de pladur,  se utiliza de acuerdo con esa acepción y otras afines, como, por ejemplo, «ser inofensivo y, sobre todo, inútil».

En la casa-caserna que Pájaro bobo cuida y regenta, bautizada por el vecindario  con el sobrenombre de Mirador de la Mola, habitaba y habita  un superino cuya vida Dios guarde muchos años.  De él se cuenta que en tiempos lejanos, ya en el siglo pasado y repasado,  había fatigado o, al menos, había vestido uniforme con charrateras y botonadura de mariscal, amén de gorra de plato,  en calidad de chófer de un prohombre de la localidad con posibles e influencia en la Villa y Corte, pero probablemente se trata de una infundada  leyenda suburbana, pues  Pájaro bobo, que lo conoce y reconoce, está convencido de que  el susodicho lleva sin pegar ni golpe ni escobazo desde antes de la guerra civil.

En la casa-caserna, el tal superino lleva algo así como treinta y cinco años. Las mujeres de su parentela  cuidan del hogar, hacen la compra y  administran el poco dinero de su guardiola, pues hay que decir que estamos en tierras catalanas, a pocos kilómetros de la Abadía de Montserrat y la Moreneta.

La única y por lo tanto principal tarea hodierna de este superino es pasear y detenerse ocasionalmente, casi por casua,  delante de un quiosco  o una librería para leer con disimulo y buena vista los periódicos del país, sólo sus  titulares, pues, como no paga, el hombrecillo, entre discreto y mezquino, no se atreve a pasar página.

También le gusta detenerse frente a  las obras de construcción en construcción, observar a los obreros y hacer señas a cualquiera que ocupe un andamio y esté al alcance de su vista y de su voz: «¡Cuidado con ese cubo, que viene un camión!». «¡Las dos menos cuarto!». «¡No hay de qué!».

Cuando llega a la plaza de los Caídos (y Resucitados), el superino busca el muro lateral  de la iglesia y, tan pronto como  se ha colocado de espaldas a él, se estira y se apuntala como  si aquel rincón fuera su púlpito o su speakercorner. Y lo es, porque, así que se le antoja que tiene quórum suficiente o aceptable, toma la palabra, eleva la voz y se pone  a recitar mensajes como:

«En este país nadie hace nada, todo es bla, bla, bla.  Empezando por los políticos de Madrid, sí, los madrileños. Todos con buenos sueldos, coches de lujo, y sin dar golpe. Això es una vergonya! Aquí tendría que haber alguien que mandara, no como Franco, pero… al menos orden. Sí, al menos, orden y trabajo».

Viandantes y paseantes, que ni oyen ni escuchan, le dan por perdido y van a sus asuntos de modo que, terminada la jornada y cansado de trabajar, el superino se dirije a su casa, que a decir verdad no es suya. Dentro, junto a la puerta, para que se vea y se lea, Pájaro bobo acaba de pegar con mucho esmero y mucho celo un papel que dice en letras de molde:

«Se ruega a todos los inquilinos que respeten y, en lo que les atañe y concierne, mantengan el orden y la limpieza del edificio y sus  servicios comunitarios. El Propietario».

Tan pronto como el superino entra y descubre el papel, se acerca hasta dar con sus gafas contra el  cristal protector y, así que ha terminado de leer y entender el aviso, hace gesto de arrancar el papel, pero,  avisado y disuadido  por el cristal,  se contiene y empieza a soltar por lo bajini y en aborigen: «Ese tipo aún no se ha enterado de que Franco ha muerto y esto es una democracia. Aquí, lo que hace falta es cultura y democracia, Eso es, mucha cultura y mucha democracia. Quin país!»

Lo dicho, ¡qué país!

UPyD: DE LA ORGANIZACIÓN A LA ACCIÓN

Al igual que en el conjunto de España, en Cataluña UPyD está experimentando en los últimos meses un auge extraordinario que se manifiesta simultáneamente en una fuerte expansión social y una intensa actividad de carácter organizativo.

Tras la consolidación de la Dirección colegiada regional a cargo del  Coordinador, el Responsable de Medios de Comunicación y el Responsable de Organización y Expansión, este último mantuvo una tanda de reuniones y conversaciones con los afiliados jóvenes más activos a fin de exponerles el esquema de la estructura interna prevista para la demarcación catalana y, al mismo tiempo, recabar su colaboración como gestores y su presencia  como portadores/transmisores de la imagen pública de UPyD.

Toda vez que el Responsable de Expansión y Organización, J.M.O., pertenece al mundo empresarial y desarrolla su actividad en países tan competitivos como Suiza y Alemania, se ha propuesto infundir a la organización interna de UPyD Cataluña una carácter eminentemente práctico y operativo arropado en una imagen juvenil a la vez dinámica y atractiva.

En esencia, su proyecto se basa en la creación de un haz de secciones, cada una de ellas con su responsable, que, de una parte, presten apoyo y asistencia a la Dirección colegiada y, de otra, dirijan y canalicen las actividades destinadas a difundir la presencia de UPyD y su mensaje en la sociedad de Cataluña.

De hecho, secciones y responsables o mandos intermedios constituirán la estructura organizativa-operativa de nuestra formación, dispuesta a seguir en este punto un modelo largamente acreditado, ya que se ha aplicado y se aplica con asiduidad tanto en la empresa privada como en la política, concretamente en los partidos y los sindicatos de cuño histórico.

Aquí y ahora, el objetivo es hacer que cada uno de los afiliados colabore con sus propuestas y su esfuerzo voluntario y voluntarioso en la sección o secciones que él mismo elija, de modo que UPyD deje atrás la vieja y desacreditada afiliación indiscriminada y nominal, a duras penas representativa, y adopte, defienda y promueva la militancia participativa y abiertamente proactiva.

En UPyD, cada afiliado tiene su lugar y su tarea.

Fruto de esa labor organizativa debe ser el alumbramiento de una formación política de ámbito nacional en la que el núcleo de su ideario, España, Constitución y democracia, se corresponda con un colectivo organizado en una red de equipos de actuación creados con criterios de racionalidad y eficacia, siempre unidos entre sí, siempre leales a la causa común.

UPyD Cataluña quiere ser parte viva y activa del cuerpo y el alma de UPyD España, no una franquicia.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿no es cierto que, en una sociedad abierta, el esfuerzo activo y organizado de pocos vale más que la inercia pasiva de muchos?

Lema:

EL ESFUERZO ORGANIZADO DE POCOS FRENTE A LA INERCIA PASIVA DE MUCHOS

UPyD: el modelo de la cebolla

Si UPyD tiene hoy una clara  ventaja ética y social  sobre las demás formaciones políticas es la que emana directa y necesariamente de la unidad de su discurso y la diafanidad de su mensaje: un discurso unitario y único, siempre el mismo, y un mensaje absolutamente diáfano:  España, Constitución y democracia.

Ese es el núcleo duro de su ideario, ideario,  no ideología,  concebido y desarrollado de acuerdo con el modelo de la cebolla. Cada una de las capas agranda y desarrolla el cuerpo  pero no rompe el esquema nuclear  ni traiciona el orden orgánico por la sencilla razón de que sólo hay un cuerpo y sólo hay un organismo. En todo momento, cualquiera que sea la fase de desarrollo.

Antítesis, pues, y rechazo frontal del modelo impuesto,  mediante una inadmisible cadena de hechos consumados, por las Comunidades Autónomas más desleales e insolidarias. Las partes, que por definición deberían estar integradas en el todo  de acuerdo con una relación  a la vez orgánica y simbiótica,  se imponen a él, lo esquilman y con el  botín  montan sus propios estados soberanos. A la desintegración por el  caos, al  caos por  el empobrecimiento y la ruina.

Dos preguntas ingenuas e intempestivas:
¿Cabe tanta disparatada traición en una sociedad civil  mínimamente  equilibrada y leal?
¿Dónde queda nuestra condición de pueblo y nación?

Espíritu democrático

A los ojos de Pájaro bobo, el espíritu democrático, considerado subjetivamente, nace de la conjugación, en un tiempo y un espacio concretos,  de los cuatro elementos siguientes:

1)  Una actitud  intelectual del individuo que, derivando de la curiosidad al interés,  le  lleva a conocer la realidad social.
2) Una implicación proactiva  del individuo en lo social,  quiere decirse, una implicación  que concilia y conjuga jerárquica y armónicamente  la defensa y la promoción de  los  intereses particulares o individuales con la defensa y la promoción de los intereses  generales o comunitarios.
3) Una actitud práctica (conducta)  respetuosa con el  orden social  establecido en cuanto marco  de convivencia  y norma conciliadora  de lo  particular y lo general, de lo individual y lo colectivo.
4) Una utilización del lenguaje, en cuanto vehículo de  expresión y comunicación,  respetuosa con las   normas de convivencia definidas como  legítimas, legales  y esencialmente justas.

En resumen, el espíritu democrático parte de una actitud intelectual democrática (1) y, después de pasar por una actitud social democrática (2) y  una conducta democrática (3),  tiene su manifestación  última y primera  en un lenguaje democrático (4).

El lenguaje democrático es síntesis y expresión del espíritu democrático.

Lamentablemente, los españoles, ajenos durante siglos a las grandes corrientes culturales de Europa y herederos  de  una paupérrima tradición  democrática, en pleno siglo XXI  seguimos siendo deudores obligados  del lenguaje dogmático de los púlpitos y del lenguaje imperativo de los cuarteles. Todavía hoy  es frecuente oír expresiones  del tipo «aquí mando yo», «usted está equivocado»,  «el que no esté de acuerdo que se marche», «usted se calla porque lo digo yo », «lo que tú dices es falso», «que nadie venga a darnos lecciones», etcétera. Todas esas expresiones  y muchísimas más que podemos encontrar en nuestros libros y nuestros periódicos, así como en las declaraciones oficiales y no oficiales de nuestros políticos,  son ajenas al espíritu democrático por dogmáticas, imperativas y absolutistas, y, lo que es infinitamente más grave, radicalmente  ajenas  a la actitud que rige e impulsa  el verdadero conocimiento humano.

Hoy, en la Europa más culta y civilizada  el lenguaje dogmático y/o imperativo está reservado básicamente a los ámbitos de la religión y la justicia, habida cuenta que la ciencia tiene su propio código lingüístico y se limita a constatar hechos entendidos como estados de cosas (Sachverhalte).

En aras del espíritu democrático,  los españoles  sin duda haríamos bien en aprender a utilizar las formas modales  de nuestro idioma y, limitarnos a  decir, por ejemplo, cómo vemos o percibimos la realidad y sus accidentes, sin caer en la trampa de las afirmaciones categóricas.

A efectos de convivencia democrática, lo que cada uno de nosotros  dice es una opinión, nada más que una opinión.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿puede hablarse de democracia cuando los presuntos demócratas ni conocen ni utilizan un lenguaje democrático?