Putin como modelo; Rusia como ejemplo

A los ojos de Pájaro bobo Putin es un político serio y responsable, hábil y pragmático. Un político que dirige su país con visión y sentido de Estado.  Por eso le parece lícito afirmar que, con su gestión discreta y concienzuda,  ha contribuido en gran medida a hacer de Rusia una potencia económica, militar y política respetable, respetanda y respetada. Y, sobre todo, unida. Todo un ejemplo y una lección  para ese trapisondista irresponsable, cínico y mendaz llamado Zapatero. Pero no es probable que éste la aprenda. El delincuente siempre, o casi siempre,  piensa que es más listo que todos los demás juntos, policías incluidos.

Pájaro bobo quiere pensar que, si sigue esa misma línea, Rusia se erigirá con el tiempo en árbitro de Oriente Medio, de su ámbito  geográfico y humano,  y del  sempiterno enfrentamiento entre Israel y el mundo islámico. Antes, Estados Unidos tendrá que abandonar Afganistán e Irak, todos los Afganistanes y todos los Iraks que  el Departamento de Defensa tiene previstos y programados. Y lo hará. Por el bien de todos. Por su propia supervivencia, una supervivencia que, tarde o temprano, le exigirá el abandono definitivo de la economía de guerra y la política imperialista. Exportar armas y guerras fue un negocio, acaso lo sea todavía, pero dejará de serlo.

¿Y qué será de Israel? Pájaro bobo se inclina a creer que una Rusia en la línea de Putin puede exigir a los árabes que respeten a Israel y conseguirlo, porque, a diferencia de Estados Unidos, Rusia no despierta en los árabes un odio irrefrenable.

Pájaro bobo piensa ingenuamente en el fin de las guerras y, antes, en el fin del odio, munición y metralla de todos los conflictos humanos e inhumanos.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿alguien se atreve a poner fecha a la extinción del odio en las almas de los seres vivos?

El Estatut: ¿Zugzwang y/o Zwangzug?

La tendencia de Zapatero a enfriar el juego y llevar a su contrincante de turno  al ámbito de las promesas sin fecha de cumplimiento le ha proporcionado ciertamente algunas victorias memorables y meritorias/demeritorias pero por encima de todo una bien ganada fama de liante y tramposo. Todo interlocutor del su(b)sodicho  sabe que para éste una promesa es una trampa. Pero, como sobrevivir es aprender, todo el que ha sobrevivido al juego de Zapatero ha terminado por aprender qué debe hacer, sin tener en cuenta sus promesas.

Así, el Estatuto de Cataluña,  concebido  inicialmente por los separatistas como arma con la que asestar un hachazo mortal, seco e instantáneo,  a la Constitución española, ha pasado a ser, con la ayuda de Zapatero y otros como él,  un ariete que ahora amenaza con derribar todo el edificio de España como nación y como Estado de derecho.

En ajedrez se llama Zugzwang la obligación que tiene de jugar aquel de los dos contendientes  al que le toca el turno. En este juego, definido por alguien como masturbación del cerebro,  no caben maniobras del tipo «Paso» o «Me quedo». Cuando te toca el turno tienes que jugar. En determinadas situaciones o posiciones, eso significa que, a pesar tuyo, vas a contribuir a dañar tu posición o incluso a facilitar tu derrota por mate. Tienes que jugar y jugar significa la muerte de tu rey y la pérdida de la partida.

También hay situaciones o posiciones  en las que uno de los jugadores no tiene más que una posibilidad. Entonces se habla de Zwangzug o, en español, de jugada obligada, y cabe la posibilidad de que esa jugada que realizas de manera obligada comporte tu muerte.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿tendrá tiempo Zapatero de aprender a jugar al ajedrez o bastará con que Solbes, especialista en sudokus, le explique en qué consisten el Zugzwang y el Zwangzug?

De la judería de Hervás a la Barceloneta pasando por las Batuecas

Pájaro bobo, que nació y pasó los primerísimos años de su vida en el Rabilero, la antigua judería de Hervás, conserva un apego a esa palabra y a aquellas  piedras  que, idealizado por la distancia, es hoy pura idolatría. El Rabilero, barrio del Rabino, se merece una historia y, en especial, una leyenda que, según parece, aún no se han escrito. A Pájaro bobo le gustaría intentarlo, al menos intentarlo, pero como desde hace tiempo le viene fallando el caletre, no parece que le dé para tanto. Sería una historia-leyenda-relato imbuida-imbuido de la eterna e incurable nostalgia de un apátrida con pulso mitteleuropeo para quien la palabra es la morada del ser. Spinoza y Heidegger en la misma caverna. Y, también, la confesión de un tímido con corazón apasionado y alma de déspota que, antes de exhalar el último suspiro, cae en la cuenta de que, lo mismo que se inventó una vida, ahora tendrá que inventarse una muerte. La vida es la muerte de la muerte y la muerte es la muerte de la vida.

De momento no hay ni historia ni leyenda ni relato. Tampoco confesión. El apátrida decide ir a ver a su colega Zaratustra, teutón misántropo, nunca misógino, que vive en una caverna-espelunca-tabernáculo  de las Batuecas con su raposo Menschenfreund (Amigo del ser humano). Allí, en su morada y en la montaña, morada de Dios, bendice-maldice-maldice-bendice cada hora de su eterno retorno, pues parece ser que, por un extraña maldición o bendición del cielo, está destinado a vivir eternamente. Eso es, al menos, lo que confesó a Pájaro bobo  la última o penúltima vez que éste fue a verlo. La verdad es que como el teutón estaba en trance y el raposo  Menschenfreund, ya acostumbrado a los delirios de su buen amo, dormía y soñaba con tiernas gallinitas, el visitante tuvo que marchar sin poder hablar con su maestro y anfitrión, sin preguntarle y sin saber qué era de él y sobre todo de su cabeza. Por todo ello, Pájaro bobo le dejó una nota que decía: Ich komme mal wieder. Bis zur Ewigkeit.(Volveré en cualquier momento. Hasta la eternidad).

Así que rehizo el petate, Pájaro bobo emprendió camino a la Barceloneta, capital de la Fenicia de Poniente y puerto del mar de la Sargantana. Nada más llegar, fue a ver a mossèn Ramon, a quien, nada más ver, espetó: ¿Qué, cómo van las clases de catalán en la iglesia ecuménica del Espiritu Santo de Pentecostés?

¿Salvará Solbes a Zapatero?

Como no podía ser por menos, la táctica sistemática de dar largas a todo aquello que le huele mal y no quiere afrontar, dejando que se desvanezca o se pudra, practicada por Zapatero desde que es jefe de Gobierno le ha proporcionado una ingente acumulación de efectos impagados: promesas que son hipotecas, hipotecas que son deudas, deudas que, por su número y su cuantía, son ahora una gravísima e inminente amenaza de muerte  por asfixia. Asfixia por insolvencia y falta de crédito. La palabra de este trapisondista contumaz no vale ni un real. Pero ahí está Solbes, mago de las finanzas.

Aunque Zapatero ha dejado que el problema catalán se encone y los partidos separatistas formen un frente a modo de búnker irreductible y cada vez más amenazador, él no  sólo no ha perdido la sonrisa sino que se ha limitado a pedir a Solbes, maestro de la aritmética contable, que convoque a los caciques/subalternos de las diecisiete Autonomías y les explique en grupo y a todos a la vez la tabla de la resta y la división. Y Solbes lo ha hecho, pero algunos caciques/subalternos se le han soliviantado y le han replicado que no están de acuerdo, que se declaran en estado de insumisión. Motín con ribetes de guerra púnica  en el frente catalán. En opinión de Pájaro bobo, lo peor de todo, o al menos lo más disparatado, es que el cabecilla del motín catalán es un charneguete nacido en  Andalucía y elegido en su momento por Zapatero para terminar con el cisma maragalliano.

Así, el frente antigubernamental  está dirigido por un antiguo colaborador y hombre de confianza del socialista Zapatero. Eso significa que aún hay quien le gana en falsedad y perfidia. No obstante, Pájaro bobo está convencido de que al final Zapatero, tahúr de tahúres, saldrá una vez más con la suya, pues Solbes, siempre hábil con la máquina de calcular,  recordará a los amotinados que, en caso de desacuerdo, debe prevalecer, como no puede ser de otro modo, el criterio del Gobierno. Y en esas están.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué nuestro jefe de Gobierno tiene que actuar siempre a la contra en vez de exponer limpiamente  su posición, sin esperar, por ejemplo, a que el Tribunal Constitucional le rescate del mayúsculo embrollo en el que se ha metido y ha metido a toda la nación a cuenta del Estatuto catalán?

Frente separatista catalán: fraude a la Constitución y a la democracia

Pájaro bobo, basándose exclusivamente en el sentido común, sostiene que el frente formado por los partidos catalanistas es contrario a la Constitución y  a la democracia en cuanto que demuestra de manera fehaciente e incontrovertible que en realidad esos partidos son uno solo y actúan de manera dolosa con respecto a  los votantes de Cataluña y a los ciudadanos de  toda España, así como con respecto a las instituciones del Estado. Por la misma razón, considera que las maniobras frentistas de esa índole deberían estar prohibidas por la Carta Magna, si es que no lo están ya de manera implícita y/o indirecta.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cómo hay que hacer para solicitar de la instancia competente que estudie el caso y se pronuncie sobre él?

La moratoria de Zapatero y el consejo del leguleyo al Tribunal Constitucional

La penúltima gran jugada de Zapatero al prolongar en tres meses el plazo para presentar el plan de financiación de las Comunidades Autónomas, incluida Cataluña, responde a una idea concreta: tener en sus manos el dictamen del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto y de manera especial sobre las relaciones de Cataluña con el Estado, relaciones que giran básicamente en torno al plan contable de debe y haber.

Una vez más, Zapatero ha sabido escapar de la quema y aunque es cierto que se ha salvado in extremis de caer en la sempiterna trampa de los separatistas, también lo es que, si le sale bien la jugada,  podrá exigir a sus incorregibles pupilos el cumplimiento de lo dictaminado por el Tribunal Constitucional, que es lo que él personalmente hará si le conviene.
Conclusión: todos al saco único de los Presupuestos Generales, y de eso se cuida Solbes, contable del Estado y las Comunidades Autónomas.

De paso, Pájaro bobo, que no es ni economista ni jurista titulado, se permite dar un consejo al Tribunal Constitucional, un consejo tan elemental que casi avergüenza a su autor, creador y descubridor. Dice así:
Como en la Constitución se habla de nacionalidades, lo constitucional sería eliminar del Preámbulo del Estatuto de Cataluña el término «nación» y sustituirlo por el ya aprobado y aceptado  de «nacionalidad».

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿se atreverá el Tribunal Constitucional a seguir el consejo de este lego leguleyo?

La amenaza como arma; la trampa como remedio

Los separatistas catalanes amenazan con hacer caer al Gobierno de la nación. En opinión de Pájaro bobo, eso es un puro farol, pues ellos saben, como sabe casi todo el mundo, que con un gobierno socialista y con un gobernante como Zapatero siempre podrán conseguir muchas más cosas y cosas más importantes que, pongamos por caso, con el PP y con Rajoy. Evidentemente, eso no lo dirán nunca.  Tensarán la cuerda cuanto sea necesario, pero al mismo tiempo procurarán por todos los medios que no se les rompa. De ella depende su vida política y su principal proyecto político.

Así, con la llegada del otoño tendremos dos crisis que afectarán gravemente a la estabilidad institucional del  Estado: una crisis económica que, a pesar de todos los subterfugios de Solbes, alcanzará proporciones universales, y la crisis de la financiación autonómica. Esta última  puede verse como una hija natural del Estatuto de Cataluña, elaborado, impulsado y avalado por políticos empeñados  en disponer a su antojo de los Presupuestos del Estado y romper el marco constitucional. Si las demás Comunidades Autónomicas deciden imitar a Cataluña, los separatistas habrán salido con la suya,  pues habrán conseguido que todas esas Comunidades rivalicen con Cataluña en la destrucción de España.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué trampa tendrá preparada Zapatero para burlar a los separatistas catalanes y sus posibles y probables epígonos?

¿Desmantelar el Estado sin modificar la Constitución?

No pocos separatistas catalanes vienen diciendo desde hace tiempo que Cataluña puede acceder a la independencia sin necesidad de modificar la Constitución. Y, lamentablemente, es cierto. Mediante una cadena de fraudes de ley. El llamado Estatuto de Cataluña está a punto de demostrárnoslo. Para los separatistas, este fraude de fraudes tiene, entre otras, la ventaja de que obliga al Estado a mantener y cumplir sus obligaciones, mientras que la Autonomía beneficiaria del Estatuto adquiere un rango superior, de hecho rango de Estado, y se sitúa en plano de igualdad con respeto a España, ya fuera de su jurisdicción (bilateralidad). En opinión de Pájaro bobo, ese es el gran delito del llamado Estatuto de Cataluña en cuanto fraude de fraudes.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿no es una nación una organización jerárquica en la que todas y cada una de las partes están supeditadas al todo, del que son elementos constitutivos y del que se benefician en cuanto que la nación pertenece por definición a un orden superior?

De aquí a dos años, a cuatro años, a seis años…

De acuerdo con lo que Pájaro bobo ve y prevé, es posible, incluso probable, que de aquí a dos años, a cuatro años, a seis años, se den algunas de estas circunstancias, si no todas:

que Irán y Pakistán, equipadas con armamento nuclear, dirijan el bloque islámico (en torno a 1.300 millones de seres humanos) y amenacen a Estados Unidos y Europa con un ataque por sorpresa o una guerra total a finis. Evidentemente, la destrucción de Israel está implícita;

que Cataluña —en lo sucesivo siempre y sólo Catalunya— cuente con representación propia en la ONU y en la mayoría de las capitales europeas;

que el rey Juan Carlos sea demasiado viejo para dirigirse a la nación española y el príncipe siga siendo príncipe;

que los Ministerios de Economía, Asuntos Exteriores  e Indefensa nacional estén en manos de separatistas catalanes;

que Estados Unidos se vea obligado a abandonar Afganistán y a pagar cuantiosas sumas de dinero en concepto de indemnización a este país;

que China y Rusia apoyen al bloque islámico y los países del tercer mundo en su lucha contra Occidente y su demanda  de indemnizaciones millonarias, incluida la devolución de tesoros y obras de arte, a las potencia coloniales;

que España haya dejado de ser un Estado soberano y su nombre se escriba siempre con minúscula;  para  entonces, Cataluña se habrá hecho con todos los resortes de poder y toma de decisiones de lo que fue España;

que, recuperadas las ciudades de Ceuta y Melilla, Marruecos, apoyado por Catalunya,  presione para volver a ocupar el Reino de Granada;

que Catalunya firme un tratado de solidaridad y cooperación con Vasconia y Marruecos para forzar la desintegración de España y el reparto de los antiguos territorios del Estado español;

que los separatistas catalanes pidan/exijan el traslado  de la capitalidad del nuevo Estado de Madrid a Barcelona;

que los nueve millones de israelíes judíos hacinados en la franja comprendida entre el mar Mediterráneo y el río Jordán se dirijan a la ONU antes de proceder a un bombardeo simultáneo de las instalaciones militares de todos los países islámicos más peligrosas para su seguridad;

que, si fracasa  en su acción contra los países islámicos, Israel desaparezca del mapa;

que el mundo pase de la monopolaridad o la bipolaridad a la octopolaridad con los siguientes bloques: Estados Unidos y Canadá,  Europa, Rusia y sus satélites, China, Japón, India, mundo islámico y Brasil-Argentina,

que se establezcan relaciones inteligentes con  seres no humanos;

que Miguel Ibero presente su último descubrimiento en un trabajo titulado más o menos: Creación de vida inteligente a partir de la autoconsciencia: de la palabra a la fórmula matemática;

que Pájaro bobo, cansado de esperar un último momento de inspiración, rompa su novela y se disponga a morir.

Para Ana, la ragazza paparazza

La mestressa, ama y señora de su casa, decide ir a ver a su hijita, que estiueja a orillas del Manzanares,  el estadio de los madrileños pobres. Parece que a la doncella le tira el oficio de escribir, lo que quiere decir que, probablemente,  tendremos una ragazza paparazza.

La madre se lía la manta a la cabeza, hace el petate, se sube al AVE y en un par de horejas se plantifica en Chamartín de la Rosa. ¿Dónde quedan los Monegros?

Ni Monegros ni onagros.

El tren es un invento que resiste el paso y el peso de los años: se moderniza y se rejuvenece continuamente a toda marcha. Quedan lejos los tiempos  —años cincuenta de un siglo que ya es historia—  en los que para ir de  Plasencia, a un tiro de piedra de las Hurdes, en la raya de Portugal, a Barcelona, que aún no pertenecía al país vecino, se invertían cuarenta y ocho horas, dos panes de los de kilo, cuatro tortillas de patata equiparables en peso y otras tantas garrafinas de tintorro, agua, pócimas y mejunges.  La historia del ferrocarril es la historia de la España que nace después de la Revolución industrial que no tuvo y se extingue  en la vía muerta de la Transición seudodemocrática.

Hoy Madrid es tanto Madrid que para hacer honor a su condición de capital de todas las Autonomías y futuros Estados soberanos hay que hablar de los Madriles. En esas estamos.

La mestressa, que lo es por derecho, ha dejado en su casa de la Barceloneta, a media legua marina del mar de la Sargantana y a siete millas inglesas de las islas Columbretes,  a su marido, ya bastante cascao el pobre, y a Blacky, un caniche con alma de nen petit que gime, llora y ríe como una criatura.

A la hora de dormir, el involuntario Rodríguez estival ha preparado el camastro como en sus años de menesteroso y ha esperado que le invada el sueño con las luces encendidas por miedo a los espíritus malignos. Blacky se ha echado junto a él, pero se ha negado a dormir. Su amo accidental le ha preguntado si quería que le contara un cuento y el  animal ha dicho que no. «Tengo dos», le ha insistido. «Uno, del Blas y las sandías de árbol. Otro, de un perrito y una ovejita». «El primero —ha replicado al momento  la criatura— es de broma. No hay sandías de árbol. Eso son trolas  de político o, por lo menos, de concejal. El otro ya me lo  sé porque da la casua  que  el perrito es mi menda. Y que sepas que  no es un cuento. Es una historia de verdad. Ocurrió en la Pardala de Plasencia, aún me acuerdo de la ovejita; se perdió y yo la llevé junto a su amo. A mi ya no me gustan los cuentos, ni de lobos ni de lobillos ni de sandías de árbol. Tendrás que estudiarte alguno nuevo…»

En oyendo a su perro, Rodríguez se ha puesto triste, pues dice: la mujer me ha dejado, el hijo me ha dejado, la hija me ha dejado y Blacky no quiere escucharme.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿tendrá que ponerse  a escribir antes de que sea demasiado tarde y se le seque el cacumen sin que le dé tiempo a terminar su novela?