Artículos del día 18 de febrero de 2009

¿Fraude de ley a cargo del Estado?: de la economía productiva a la economía especulativa pasando por la subcontratación

Es un hombre joven, activo y con ese tipo de inteligencia que combina la visión lúcida —radiográfica—  de  las  cosas y las situaciones con la acción directa, ad rem.  Ha triunfado como empresario de la construcción en Suiza y Alemania,  mercados  sumamente  crueles y competitivos, máxime para alguien que viene del Sur.  Pero el hecho es que él, mitad gallego, mitad vasco, ha triunfado   gracias  a esas dotes naturales y sobre todo a una asombrosa capacidad de trabajo.

Me dice que,  por sistema, todos  sus empleados  tienen contratos en regla.  Nada de subcontratación. Según este avispado Geschäftsman, con la subcontratación el empresario se libera de la pesada carga que supone mantener de manera permanente una nómina y, por eso mismo, gana en libertad de acción, pero siempre al precio  de enajenar todos esos activos que, junto con el  know-how de sus cuadros y sus operarios, constituyen el patrimonio de una empresa.

En definitiva,  el  hecho es que, de ese modo,  el empresario deja de serlo para convertirse en  intermediario o, lo que es igual, en un nuevo practicante-beneficiario  de la economía especulativa.

Pregunta ingenua e intempestiva:  ¿si,  como piensa Pájaro bobo,  la subcontratación  es un fraude en cuanto práctica dolosa en beneficio propio y en perjuicio de terceras personas, por qué en España la han adoptado  incluso entidades y  organismos estatales,  mientras que  en los países más avanzados de Europa es perseguida por vía legal como una refinada forma de economía sumergida o semisumergida?

UPyD Cataluña: expansión y salto cualitativo

Pájaro bobo considera que, habida cuenta que  UPyD  Cataluña es  una formación esencialmente democrática, debe seguir desarrollándose y creciendo, ante todo y sobre todo, de abajo arriba y de dentro afuera.

Fiel a esos principios germinales, él ha defendido siempre la estructuración del cuerpo social de UPyD  en secciones de acción coordinada  bajo una dirección colegiada  a cargo del Coordinador General, el responsable de Medios de Comunicación y el responsable de Organización y Expansión.

Evidentemente, la dirección colegiada es  más democrática que la unipersonal y también más sólida y más resistente a las agresiones internas y externas, mientras que la organización del cuerpo social en secciones  permite aprovechar  íntegramente  los esfuerzos de los afiliados al  canalizarlos de acuerdo con directrices fijadas de antemano con  criterios de racionalidad y pragmatismo, a la vez que facilita el  control de  paseantes  y merodeadores.

El objetivo es tener  una formación  dinámica y «competitiva»,  capaz de aventajar  en eficacia a formaciones infinitamente superiores en número de afiliados. Y, a juzgar por toda una serie  de indicios de carácter social, UPyD Cataluña está  a punto de recibir una auténtica oleada de nuevos afiliados, lo que, de una parte,  equivaldrá a su consagración definitiva  como formación de amplitud nacional y, de otra, pondrá a prueba su capacidad de  integración y organización.

¿Pregunta ingenua e intempestiva: ¿estará UPyD Cataluña a la altura de las circunstanciass y resistirá ese salto cualitativo,  conservando su identidad fundacional  y sin iniciar la deriva que lleva a la desnaturalización?