Economía para principintes

Pájaro bobo considera que en una situación de crisis profunda o  de emergencia nacional la primera medida del Gobierno debe consistir en socorrer a los que no tienen medios de subsistencia. Esa ayuda debe ser asimismo   inmediata y suficiente, y, si es neceario, a fondo perdido.

En el ámbito de las relaciones humanas, normalmente  lo correcto es que siempre que se da  algo se exija  y  se reciba algo a cambio a fin de que la relación sea un comercio y el comercio sea bueno y provechoso para las dos partes (fórmula clásica: do ut des). Sin embargo, en situaciones extremas no debe pensarse así. Lo primero y más importante, acaso lo único importante, es salvar al enfermo,  en este caso la persona que lo ha de menester.

Una vez atendidas esas necesidades, parece lógico que el Gobierno se dedique a mejorar el rendimiento de la economía productiva inyectándole dinero y proporcionándole ayuda de diversa índole. Lo ideal y deseable es que la economía productiva cubra las necesidades de una nación proporcionando trabajo, no sólo empleo, a los miembros de su cuerpo social.

Y, como parece ser que todos los organismos tienen y necesitan sus parásitos para vivir y sobrevivir, la economía productiva tendrá que mantener también a los miembros de la economía especulativa, llamada eufemísticamente economía financiera, que son los parásitos tanto de la economía productiva como del cuerpo social de una nación. En el fondo sería muy fácil determinar a cuántos parásitos o miembros de la economía especulativa tiene que mantener cada miembro de la economía productiva. Mera cuestión aritmética: primero se suma y se multiplica, después se resta y se divide.

La tercera medida del Gobierno, íntima y necesariamente  unida a la anterior, debe consistir en  dirigir y controlar en todo momento las ayudas prestadas tanto  al sector privado como al sector público, tanto a los organismos estatales como a los organismos autonómicos.

Dos preguntas ingenuas e intempestivas:

¿Acaso no es un delito de malversación de fondos públicos que las autoridades autonómicas de Cataluña monten embajadas propias en el extranjero con el dinero que reciben del Gobierno, habida cuenta que  ese dinero es de todos los españoles y son muchos los que en estos momentos sufren graves carencias y necesidades?

Y si eso es un delito continuado de malversación de fondos públicos, ¿por qué no se persigue a los responsables por vía legal y se les sigue entregando dinero?

El idióticon de Pájaro bobo

Pájaro bobo, economista por designio familiar,  entiende que en la economía productiva se fabrican y se crean objetos con valor de uso que luego se venden y se compran a través del dinero como valor de cambio. En la economía especulativa, llamada eufemísticamente economía financiera, no se fabrica y no  se crea nada, se especula;  en ella el dinero actúa a  la vez como valor de uso y valor de cambio: se compra y se vende dinero con dinero.

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