Artículos de julio de 2020

Zoonosis

Zoonosis (en alemán, Zoonose). Pandemia de origen animal que puede atacar a los seres humanos por contagio.

La prensa germana da por seguro que habrá nuevas pandemias en un futuro más o menos próximo.

Para mí el mayor peligro está en que una superpotencia mundial decida utilizar alguna de sus variantes como arma de guerra.

 

¡Fuera la Monarquía!

Dentro del programa de destrucción de España, la eliminación de la Monarquía, parlamentaria o no parlamentaria, es un hito no sólo importante sino también, y sobre todo, decisivo.

Eso es algo que vengo temiendo desde la instauración (reinstauración) de la democracia en España.

Una República española hermanada con la República catalana por obra y gracia de la traición de la falsa izquierda española y la burguesía condal.

Izquierda y derecha se unen para destruir nuestra patria, y aquí me tienes a mis 86 años, asistiendo impotente y cobarde a un espectáculo tan indecente como el comportamiento de nuestro rey emérito.

Elecciones sin elección y España rumbo al abismo

En Vascongadas se ha impuesto con autoridad el separatismo civilizado y pragmático del muy burgués Partido Nacionalista Vasco. Urkullu es a la vez símbolo y líder. El bando español ha quedado bajo mínimos y Pablo Iglesias ha tenido el raro privilegio de asistir a la  destrucción de su propio invento.

Como es lógico, yo me quedo con esa mujer de Vox que se declara dispuesta a disparar al aire en solitario para no herir a nadie.

En Galicia, el Partido Popular ha demostrado, una vez más, su capacidad de adaptación ideológica con un Núñez Feijóo dispuesto no sólo a falar galego  sino incluso a ingerir considerables dosis de un regionalismo más que sospechoso por lo que tiene de sumiso  al espíritu de los tiempos.

En mi opinión, lo peor de esa traición, pues entiendo que de traición se trata, es que marca tendencia para todo el bando español.

 

Nueva ola de Covid-19 en el peor de los casos posibles

Investigadores británicos están estudiando los efectos de una nueva ola de covid-19 en el peor de los casos posibles. De momento han fijado en 120.000 sus víctimas mortales. Ahora falta conocer la fecha de la visita, que muy probablemente  se adelantará, no se retrasará.

Cabe la posibilidad de que otros países sigan el ejemplo de los británicos y hagan sus estudios con las correspondientes predicciones.

¿Y España? ¿Cuál sería la predicción de nuestros investigadores con respecto al  número de muertos en el peor de los casos posibles?

La lealtad de los separatistas catalanes

En los últimos días, los separatistas catalanes se han quejado amargamente de que el Gobierno español espía a sus políticos.

Pregunto: ¿han sido ellos alguna vez leales a España y los españoles?, ¿han cumplido realmente alguna vez las leyes españolas?, ¿han respetado alguna vez la Constitución que juraron o prometieron acatar?

Para mí, el separatista catalán es la personificación cabal de la doblez y la deslealtad, perfidia aparte. Su queja-denuncia de ahora me parece el colmo del cinismo.

No obstante, ¿son ellos conscientes de su miseria?

Creo que sí y creo que ellos la justifican globalmente asociándola con su manera de entender la democracia y el pacifismo, virtudes características de gentes civilizadas y pueblos perseguidos.

Todo menos la violencia.

Por lo que sé y entiendo, para ellos la condición de pueblo perseguido justifica la propia defensa con las armas de que disponen, siempre insuficientes y siempre marcadas por la inferioridad numérica y operativa.

La supervivencia está en la inteligencia y la inteligencia en…

España, un Estado sin ministerio de Justicia

A mi entender, la puesta en libertad, ni camuflada ni encubierta, de los golpistas catalanes nos dice claramente que, hoy por hoy, España no tiene un ministerio de Justicia digno de tal nombre.

Y es fácil ver y saber a dónde vamos a llegar por ese camino.

Todo, previsto y programado.

La única pregunta pendiente podría ser cuánto tiempo vamos a tardar en llegar o en que nos hagan llegar al punto final.

Y, aunque es posible que yo ni lo vea ni lo viva en persona, ya ahora reconozco mi parte de culpa. Nunca he estado a la altura de las circunstancias y sus exigencias.

Soy un cómplice.

Los separatistas, dispuestos a acabar con la Monarquía, símbolo de la unidad de España

De acuerdo con su plan, y aprovechando una coyuntura especialmente favorable para ellos, los separatistas catalanes se muestran decididos a intensificar sus ataques a la Monarquía, símbolo de la unidad de España.

¿Ahora o nunca? ¡Sí, ni ahora ni nunca! ¡Españoles, nuestra Patria está en peligro, acudamos a defenderla!

Juan Marsé en sus aventis: otra perspectiva de su vida y su labor creadora

En estos momentos me inclino a pensar que el Marsé más auténtico y, por encima de todo, más humano es el que nos viene dado en sus aventis, esos comentarios  orales o escritos con valor de apuntes narrativos construidos y  lanzados sobre la marcha, en ocasiones a vuelapluma, por él mismo y también por sus compañeros de fatigas, amigos y seguidores de sus andanzas como hombre y/o como escritor.

Creo sinceramente que tanto en su biografía hecha de aventis como en su obra literaria hay mucha quincalla suburbial, barriobajera, real o irrealmente charnega, pero también hay perlas auténticas en forma de hallazgos dignos de la mejor prosa de nuestro tiempo en español.

Considero, pues,  que es momento de empezar a estudiar la vida y la labor creadora  de Juan Marsé a través de sus aventis.   Imagino que sería el primer hombre de la historia  en ser estudiado de acuerdo con esa técnica y su correspondiente perspectiva, al menos de una manera deliberada.

Preguntas a Juan Marsé sobre Juan Marsé

Nos consta que Juan Marsé escribía en español, pero, dada su condición de catalán y sus antecedentes familiares, cabe preguntarse: ¿en qué lengua sentía y pensaba? ¿Sentía y pensaba en catalán y luego escribía en español?

Sabemos, porque se nos ha dicho y explicado de manera razonada y convincente, que en su tarea de artesano que labra  la palabra escrita Juan Marsé se servía de imágenes (visuales) más que de ideas (abstractas), pero es evidente que a la postre esas imágenes se tienen que convertir (traducir) en palabras.

¿Cómo lo hacía Juan Marsé? ¿Del español al español?

En cualquier caso, para mí la gran incógnita o, si se prefiere, la gran pregunta es en definitiva: ¿cuál era su actitud ante ese  sentimiento de pertenencia  que, siempre en  mi opinión,  mora en el alma de todo catalán auténtico?

¿Se puede decir también de él que su lengua era su patria?

¿Por qué lo hemos hecho tan mal? ¿Aprenderemos alguna vez?

Como en España la epidemia de coronavirus se va alargando y complicando, y, al parecer, aún falta mucho para que nos liberemos por completo de ella,  si es que lo conseguimos, son muchos los ciudadanos que vienen peguntándose por sus causas, empeño tanto más justificado cuanto que en nuestro caso el problema reviste  especial gravedad y presenta ciertas características específicas y privativas.

Alguien ha señalado, entre otros posibles, estos cinco ingredientes de nuestra actual situación: número de sanitarios infectados, número de plazas en residencias de mayores, movilidad entre Comunidades Autónomas y movilidad de cada Comunidad Autónoma con Madrid y con el País Vasco.

En cualquier caso, la situación española es bastante peor que la de otros países de la Unión Europea de condiciones sociales y políticas similares.

Esto ha llevado a Giles Tremlett, corresponsal del británico The Guardian  en España, a señalar como causa primera del mal español el estilo de vida de sus ciudadanos centrado en la holganza y la siesta, mientras que otros, no satisfechos con esta explicación, han insistido en que para comprender el fenómeno y sus orígenes será necesario situarlo en un contexto mucho más amplio  que se extendería de la Unión Europea a la globalización total o planetaria  bajo el signo del capitalismo.

Al margen de esas y otras explicaciones de nuestra situación, mis preguntas son: ¿por qué lo hemos hecho tan mal? ¿Aprenderemos alguna vez?

 

El doomscrolling en los medios

Creo que tengo una idea, más o menos precisa, de lo que significa en inglés doomscrolling, palabra hecha de palabras, neologismo hecho aparentemente de  neologismos.

Aun así, en este caso prefiero echar mano de una paráfrasis y decir sencillamente que tal como se emplea en los medios de comunicación el doomscrolling  consiste en dar prioridad informativa a las malas noticias,  en concreto a las que hablan de la muerte y el infortunio de las personas.

Es posible que en el fondo responda a una tendencia natural o, al menos, atávica del ser humano, pero lo cierto es que hoy el doomscrolling cobra una especial actualidad a causa de la epidemia de coronavirus y sus plagas asociadas, en su inmensa mayoría de alcance planetario y muy profunda gravedad.

Y, como los signos premonitorios están ahí, creo que es momento de empezar a pensar que muy posiblemente estamos  ante un futuro sin futuro.

 

¿Existe una izquierda española?

Confieso que me duele profundamente que en España no haya hoy, y tal vez no haya habido nunca, una izquierda  en verdad de izquierdas y, al mismo tiempo, en verdad española.

Para mí, eso significa que la española ha sido y es una sociedad políticamente desequilibrada y enferma, pues entiendo que una sociedad mínimamente equilibrada y sana requiere de una derecha segura de sí misma y sus valores y, como elemento obligado de compensación y equilibrio, de una izquierda fiel  a los ideales del sindicalismo y el socialismo históricos y, al mismo tiempo, consciente de su función en la lucha por una sociedad cada vez menos injusta y, precisamente por defecto, cada vez más próxima a la justicia universal.

Ahí está como prueba y aval de lo que digo la Europa de las naciones que, surgidas a partir del siglo XVIII en el  ámbito del puritanismo laico protestante, protagonizaron las sucesivas revoluciones burguesas y eclosionaron en la Revolución industrial con el proletariado urbano como fruto de un decisivo salto cualitativo en lo social y, como consecuencia obligada, en lo político.

Confieso que naciones como Italia y sobre todo Francia me producen envidia. Como es sabido, durante la Segunda Guerra mundial, en el país transalpino pero sobre todo en Francia la izquierda llevó el peso de una resistencia activa contra el invasor en la que, dicho sea de paso, siempre destacó la acción solidaria y activa de los republicanos españoles. Y así fue reconocido oficialmente por el Gobierno francés.

Salvando todas las diferencias de escenarios y actores, esa es la izquierda, asentada en la lealtad irrenunciable a España,  que yo quiero para nosotros y ahora me esfuerzo por ver encarnada en el catalán Francisco Frutos.

El Govern abre expediente a la Iglesia (catalana)

Parece evidente que lo que quiere y persigue el separatismo politico catalán es que la Iglesia en su conjunto o, si se quiere, católica cumpla sus órdenes y actúe como correa de transmisión social de su causa y sus consignas.

Y con mucha  más razón  la Iglesia (nacional) de Cataluña, ni cristiana ni católica, o sea, universal.

Sencillamente,  para los separatistas catalanes,  la Iglesia tiene que estar al servicio del separatismo, no el separatismo al servicio de la Iglesia.

Por desgracia para nuestros queridos y siempre desleales compatriotas, los representantes de la Iglesia católica en Cataluña saben que la población de lengua y sentimiento españoles de esta región, claramente mayoritaria,  está sometida desde hace décadas a una dictadura encubierta de estirpe burguesa y prácticas poco o nada democráticas.

El arzobispo de Barcelona y cardenal Josep Omella no sólo lo sabe sino que además parece decidido a no incurrir en un delito/pecado (mortal) de claudicación y  prevaricación.

Que el Espíritu Santo le guíe y le ilumine.

Una Cataluña sin españoles

Entiendo que Cataluña está sometida a una dictadura de estirpe burguesa y clara tendencia separatista, con una comunidad minoritaria de lengua y sentimiento catalanes que acapara la totalidad o casi la totalidad de las instituciones autonómicas de decisión y representación, y una comunidad de lengua y sentimiento españoles, claramente mayoritaria (entre el sesenta y el setenta por ciento de la población), con una representación institucional ofensivamente baja en cantidad y calidad.

Lo dicho, Cataluña está sometida desde hace años, incluso décadas,  a una dictadura burguesa rabiosamente separatista y rabiosamente antiespañola.

Y, como a mi modo de ver la  imposición de esa dictadura ha respondido a un plan previo cuidadosamente elaborado e implantado, debo declarar y declaro que,  en mi opinión, todas las instituciones autonómicas de Cataluña son ilegítimas, inconstitucionales y, en definitiva, antidemocráticas.

¿Cuál ha sido y es la representación de la comunidad de lengua española en las instituciones políticas de Cataluña?

Respuesta de los separatistas: esa pregunta no procede porque en Cataluña ni hay ni ha habido nunca una comunidad de lengua española (reconocida).

 

Separatismo catalán: identidad y mesianismo

Puedo imaginar que los separatistas catalanes, cuyo número en términos porcentuales se puede situar entre un treinta y cinco y un sesenta y cinco por ciento de una población total de dos millones y medio de personas, no se sienten ciudadanos  de un Estado de derecho cuyas leyes, justas y democráticas, todos deben respetar.

De acuerdo con  el  relato de estas angelicales criaturas, el Estado español es un Estado opresor y ellos, los catalanes separatistas y no separatistas,  viven en condiciones de opresión y marginación esencialmente injustas y lesivas para el pueblo catalán.

Por eso han decidido tratar de recuperar su identidad y sus derechos colectivos e históricos como pueblo por procedimientos siempre legítimos, lícitos, pacíficos y democráticos.

El relato, con todas sus incidencias pero sobre todo con sus últimos capítulos dedicados a la redención, me trae instintivamente a la memoria la biografía colectiva de los hijos de Israel.

Entiendo que en ambos casos los oprimidos se convierten a la postre en opresores pero conservando su (falsa) buena conciencia y su pretendida superioridad moral.