El Estatut: ¿Zugzwang y/o Zwangzug?
La tendencia de Zapatero a enfriar el juego y llevar a su contrincante de turno al ámbito de las promesas sin fecha de cumplimiento le ha proporcionado ciertamente algunas victorias memorables y meritorias/demeritorias pero por encima de todo una bien ganada fama de liante y tramposo. Todo interlocutor del su(b)sodicho sabe que para éste una promesa es una trampa. Pero, como sobrevivir es aprender, todo el que ha sobrevivido al juego de Zapatero ha terminado por aprender qué debe hacer, sin tener en cuenta sus promesas.
Así, el Estatuto de Cataluña, concebido inicialmente por los separatistas como arma con la que asestar un hachazo mortal, seco e instantáneo, a la Constitución española, ha pasado a ser, con la ayuda de Zapatero y otros como él, un ariete que ahora amenaza con derribar todo el edificio de España como nación y como Estado de derecho.
En ajedrez se llama Zugzwang la obligación que tiene de jugar aquel de los dos contendientes al que le toca el turno. En este juego, definido por alguien como masturbación del cerebro, no caben maniobras del tipo «Paso» o «Me quedo». Cuando te toca el turno tienes que jugar. En determinadas situaciones o posiciones, eso significa que, a pesar tuyo, vas a contribuir a dañar tu posición o incluso a facilitar tu derrota por mate. Tienes que jugar y jugar significa la muerte de tu rey y la pérdida de la partida.
También hay situaciones o posiciones en las que uno de los jugadores no tiene más que una posibilidad. Entonces se habla de Zwangzug o, en español, de jugada obligada, y cabe la posibilidad de que esa jugada que realizas de manera obligada comporte tu muerte.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿tendrá tiempo Zapatero de aprender a jugar al ajedrez o bastará con que Solbes, especialista en sudokus, le explique en qué consisten el Zugzwang y el Zwangzug?