Mediadores y soberanía nacional

A  mi entender,  la conferencia celebrada, días pasados, en San Sebastián por un grupo de sedicentes mediadores  puede verse, de una parte, como una intromisión indebida en los asuntos de un Estado soberano y, de otra  –justamente por eso–,  como  menoscabo doloso de la soberanía de ese mismo Estado.

No obstante, si, a partir de ese momento y ese punto, trazamos dos líneas que coincidan con  los cursos del corredor mediterráneo y el corredor atlántico, es posible que, en menos de diez años y antes de rebasar el muro de los Pirineos,  lleguemos a un escenario político en el que  España como nación haya cedido su solar histórico  a una federación y la soberanía nacional haya dejado de residir en el pueblo español en beneficio de un colectivo  plurinacional y/o  supranacional.

¿Fin de la historia de España? Es de temer que, una vez más, el futuro de España y los españoles se decida fuera de sus fronteras.

El ministro de Justicia y ETA

En un Estado de derecho todos  los criminales deben ser tratados por igual como criminales. El ministro de Justicia lo sabe y sabe que está obligado a hacer que se cumpla la ley. No hacerlo es delito y puede llevar a la deslegitimación del Estado de derecho.

¿Han cometido crímenes los etarras? ¿Son criminales los etarras?

Contesta, Caamaño. Y cumple la ley.

Duran i Lleida, el impostor de la Tierra Media

Nacido en la Franja, ya en tierras aragonesas, Duran i Lleida pertenece por deméritos propios a la burguesía catalana, dueña exclusiva del chiringuito conocido en este minifundio virtual con el nombre de Tanca catalana.

Miembro activo del establishment  arracimado en torno a la Generalidad y bautizado por el que suscribe con el nombre de  Rovell de l’ou, Duran  fue enviado por Pujol (en realidad, por su señora esposa, doña Marta, tras un largo y cariñoso pillow talk)  a los Madriles, capital del país vecino, donde, dada su condición de caradura,  venía desempeñando  el papel de  cara amable del separatismo burgués.

Por todo ello,  el hombre forma parte asimismo  de una superestructura opresora para  los más de cuatro millones de españoles, sólo españoles, que sobreviven y trabajan en Cataluña.

De ellos, unos doscientos mil son extremeños y en torno a los ochocientos mil son andaluces.

Esos extremeños y esos andaluces se pasan el día trabajando  (en la construcción, en servicios y poco más), mientras Duran, el de la Franja, y sus aliados ideológicos y políticos se dedican a gastar y  malgastar el dinero que les llega de Madrid en tramar  intrigas y conjuras  sin tregua ni descanso.

Dime, impostor, ¿cuánto cuesta montar una administración estatal propia, embajadas incluidas?

¿Y por qué eso, siendo delito, ni se tiene por delito ni se castiga?

Miserable, miserable.

Nota

Si es cierto que extremeños y andaluces tienen el PER, también lo es que los burgueses catalanes tienen para ellos, sólo para ellos, un multimillonario  Momium Cultural  con su igualmente multimillonario Palacio de la Música (en vernáculo, Palau de la Música Catalana).

Embajadas catalanas

Según diversas fuentes consultadas, en junio de 2009 nuestras Comunidades Autónomas tenían más de doscientas representaciones en el extranjero.

De ellas, más de setenta correspondían a la Generalidad de Cataluña.

Estuvieran registradas como delegaciones comerciales o turísticas, para los españoles de pie en la calle eran embajadas y embajaditas o, si se quiere,  criptoembajadas y criptoembajaditas.

Naturalmente, ese número debía sumarse a los de embajadas y consulados de España en el mundo:  aprox. cien y quinientos, respectivamente. Cámaras de comercio, aparte.

Ahora  se  sabe y se dice  que un «delegado» de Cataluña en el extranjero se mete  anualmente en la butxaca (léase faltriquera) unos cien mil  euros  alemanes (sisas aparte),  mientras que el presupuesto destinado por la Generalidad a su presencia en el mundo  gira en torno a los veinticinco millones.

¿Crisis sistémica y/o estructural?

 

12 de octubre de 2011

«España, cuenta conmigo».

Ramón Ibero

El español en el Santuario de la Salud, Sabadell

Escudriño con ojo minucioso y malicioso la inscripciones del templo destinadas a los feligreses. Todas están en vernáculo y sólo en vernáculo.

¿Todas? ¡No!

A un lado de   la puerta de entrada/salida descubro un pequeño receptáculo y junto a él , si la memoria no me traiciona, la palabra «limosnas».

Lo que sí recuerdo con bastante nitidez es que el receptáculo está protegido por un aviso que reza literal o casi literalmente: «No hay dinero».  «Aquí sólo está el automatismo».

Sinceramente me gustaría que alguien –por ejemplo, el cardenal y arzobispo de Barcelona, Martínez-Sistach,– rebatiera o confirmara mi declaración.  El santuario sigue en su sitio, junto al cementerio de la Salud.

 

 

 

 

El Estado de las autonomías contra el Estado del bienestar y más allá

A medida que avanza  el tiempo y nos acercamos a la ruina política y económica de España, me pregunto, cada vez con más angustia y más insistencia:

¿Seguirá empeñado  el   Gobierno de nuestra  nación  en  sacrificar el Estado del bienestar (sanidad, educación, sistema de pensiones,  seguro de desempleo y demás servicios públicos de carácter social y universal)   en aras del Estado de las autonomías con sus diecisiete administraciones cuasiestatales?

Dada esa situación y dado  ese  caso –a mi modo de ver, antesala del peor de los casos posibles–,  ¿exigirá Alemania, en nombre de la Eurozona, a España el desmantelamiento del sistema autonómico como condición necesaria para hacerse cargo de su deuda y proceder a su intervención-rescate?

¿Qué estratagema tiene/tendrá preparada la burguesía catalana para esa eventualidad/oportunidad?

¿Conseguirá –¡esta vez!– la  burguesía catalana   escapar por la puerta de atrás  y comparecer ante la Asamblea de Naciones Unidas con su   Declaración de Independencia de Cataluña y su proclamación del Estat Català?

¿Cuál será la actitud  de los españoles  ante esa situación y cada uno de sus episodios?

El Rey, Juan Carlos I de España, tiene la primera y la última palabra.

Cataluña como proyecto burgués: táctica y estrategia

En términos de racionalidad económica y política me resulta difícil  imaginar un  ordenamiento territorial para España y sus regiones peor que el Estado de las autonomías.

Siempre he creído que su creación/implantación fue ante todo una concesión graciosa, no gratuita,   al separatismo periférico.  En especial, al catalán.

Para la burguesía catalana, representante única y omnímoda de una sociedad civil con dos comunidades lingüísticas y, por lo tanto, también políticas,  el sistema autonómico fue, es y será hasta el día D la rampa de lanzamiento y acceso a la soberanía nacional.

El Estado español financia el proyecto y ella –la burguesía catalana– lo dirige, fijando condiciones y formulando exigencias sobre la marcha.

Conjura burguesa impulsada por el Partido Único de Cataluña (PUC) y liderada por Jordi Pujol.

(El homenot ha confesado recientemente que lleva algo así como sesenta y cinco años i la torna intrigando, trajinando –de cintura para arriba– y esbrinant por y  para la causa; o sea, desde poco después de visitar el Berlín nacionalsocialista como alumno de la Deutsche Schule de Barcelona).

Hoja de ruta y organigrama de una administración estatal completa. Con representación en la ONU, por supuesto.

El objetivo último –¿siempre imposible?–  se llama independencia de Cataluña y dependencia de España.

La Tanca catalana como modelo único, necesario y suficiente. Senda  y meta, táctica  y estrategia.

Política de la puta i la Ramoneta en vivo y en directo, con atrezzo democrático para invidentes.

De acuerdo con el modelo israelí, el pueblo elegido y la tierra prometida.

 

¿A dónde va el PSC?

Que, a estas alturas de la película, alguien residente en la Tanca catalana pregunte a dónde va el PSC me resulta a la vez ocioso y vicioso, pues desde el principio de nuestros  tiempos formalmente democráticos esta facción, no formación, ha estado integrada en el PUC (Partido Único de Cataluña) con el encargo básico y prioritario   de apacentar a las ovejitas  españolas (para ellos borregos) del Bajo Llobregat y comarcas colindantes a través de cómitres, kapos y mayorales de la subespecie de los Montillas, Corbachos y tutti quanti.

¿No lo ha pregonado abiertamente,  durante décadas, Pasqual Maragall, burgués entre burgueses y separatista entre separatistas?

El PUC fue siempre un movimiento burgués, aunque con la llegada de la democracia a España se disfrazó de partido nacionalista para copar todo el espectro político catalán y en definitiva toda la actividad política de este pequeño país como antes y ahora copaba y copa toda su actividad económica.

Si esa burguesía sueña con tener, más pronto que tarde, un Estado soberano propio  para su uso y disfrute, en su hoja de ruta consta que aquí y ahora la política deben hacerla total y exclusivamente los catalanes para los catalanes, aunque de momento, y sólo como medida coyuntural, haya que recurrir a prosélitos sumisos, faltos de escrúpulos y de luces.

¿Es posible que eso no le sepa alguien que pertenece al rovell de   l’ou por alcurnia,  haberes y saberes?

Sí, es posible, pero en cualquier caso me permito decirle que, a mis ojos,  sus relatos tienen mucho de cuento pueril, no infantil, a pesar de su tono didáctico como de lección para párvulos.

Pregunta a los cuatro vientos: ¿a dónde van los españoles encerrados en  las bodegas del PSC, navío fletado  por los secuestradores de la democracia en Cataluña?

Zapatero, Rubalcaba, Chacón: tres traidores, tres traiciones

A mi modo de ver y prever, la traición de Zapatero conduce a la traición de Rubalcaba, la traición de Rubalcaba conduce a la traición de Chacón, la traición de Chacón conduce –al menos así está escrito y prescrito– a la destrucción de España y, como no puede ser por menos, al fin de su historia.

El fin de la historia de España está escrito y prescrito en catalán.

Pero, ¿en qué consiste la traición de Zapatero?

Respuesta en una entrega posterior.