Artículos de noviembre de 2007

El raposo de Zaratustra busca pareja

De vuelta a la madre Naturaleza: Zurück zur Mutter Natur

Una mañana de julio aderezada con olores y promesas de felicidad, a poco de amanecer, Menschenfreund, el raposo que desde hacía dos años vivía y convivía con Zaratustra en la cueva, en los senderos, en el arroyo y en el monte de la oración, captó el rastro de una hembra de su misma especie y, siguiéndolo y persiguiéndola, se adentró en la espesura, sin que su amo, apercibido del trance, hiciera gesto o amago de impedirlo o detener a la criatura. Por el contrario, le deseó buena suerte, muchas noches de luna, numerosa prole y protección divina, pues, como ya le había explicado en varias ocasiones de palabra, y también con muecas y aspavientos, los tiempos actuales no son propicios para un animal que quiera vivir su animalidad en libertad, ni siquiera allí, en aquel rincón del mundo, otrora cándido y primigenio, conocido con el nombre de las Batuecas.
Al verlo correr jadeando, trocha arriba, Zaratustra se alegró de corazón por su pupilo y así se lo hizo ver y saber al Sol, astro rey y divinidad de la luz y el calor, puesto que, tan pronto como subió al monte que era su santuario matutino y vespertino, abrió los brazos a modo de aspas, clavó los ojos en el horizonte y luego, mirando a Oriente, declamó con voz de salmodia: «Yo, animal de la especie humana e inhumana de los humanos, te saludo y, amén de darte las gracias por tu luz y tu calor, te pido que protejas a esa criatura que, después de servirme fielmente durante dos años con sus días y sus noches, ha seguido la llamada de la sangre y el bajo vientre. Protégela y dale su merecido». Y al momento, a Zaratustra, demente, vidente y creyente, le fue dado contemplar extasiado cómo el Sol, astro rey y divinidad de la luz y el calor, alcanzaba el cénit de su carrera y, en un instante ajeno al tiempo, brillaba con intensidad gloriosa y agradecida complicidad. Concluidos éxtasis y acto de agradecimiento, Zaratustra bajó del monte, se dirigió al arroyo y, como cada mañana de cada día del año, se bautizó en sus aguas puras y purificadoras: tre veces de cintura para abajo, tres veces de cintura para arriba.

Cuando labradores, gañanes y pastores se enteraron por mediación de don Francisco, mensajero evangélico de buenas y malas nuevas, de que el raposo del teutón se había echado al monte en busca de pareja se entristecieron, ya que el animal se había hecho querer y respetar durante su vida en cautividad humana y ahora, en el monte, corría peligro grave de morir en la boca de un lobo o un mastín, si es que no daba con sus huesos en la trampa de un cazador furtivo. Y, movidos por el cariño y la compasión, se lo hicieron saber a su amo para que, si volvía, no lo dejara escapar de nuevo. Pero, ¿hay alguna criatura salvaje de dos o de cuatro patas que, en oyendo la voz de la sangre y el bajo vientre, quiera seguir viviendo sin caricias y sin libertad?

En entradas anteriores hay otros episodios de El raposo de Zaratustra.

Sentencia del 11-M

Hecho y realidad: inducción y deducción

A juicio de Pájaro bobo, la matanza del 11 de marzo de 2004 ha sido abordada y resuelta por la justicia de acuerdo con un método inductivo: hechos concretos, personas concretas, acusaciones concretas, pruebas concretas, delitos concretos, penas concretas. Por consiguiente, en este caso se ha prescindido taxativamente de los apriorismos propios, por vía maximalista, del planteamiento deductivo que aquí tendría su expresión cabal en la teoría de la conspiración. En esencia, el método inductivo es minimalista y reduccionista. Al tribunal le incumbe emitir sentencia sobre lo que se le presenta y tiene delante de los ojos. Todo lo demás, exista o no exista, sea o no sea delito, no es de su incumbencia. Pájaro bobo, sin formación de jurista, se atreve a opinar, no obstante, que enfoque y procedimiento son legítimos y correctos, pues permiten delimitar espacios y hacer aportaciones válidas y positivas a la Justicia y el Derecho. Pero el método inductivo tiene sus limitaciones. Hay dimensiones de la realidad que no aparecen en su espectro. La historia, y en consecuencia todo relato situado en el tiempo y el espacio, es más que una yuxtaposición de hechos. Incluso más que una suma. Otro tanto puede decirse, pero con mucha más razón, del conocimiento humano, resultado de un proceso acumulativo sumamente complejo. El método deductivo, hoy un tanto desacreditado en los dominios de la teoría del conocimiento y las disciplinas beneficiarias de él, es históricamente el de las cosmovisiones y los grandes sistemas filosóficos. Pero también en el ámbito de la Justicia y el Derecho resulta imprescindible cuando se quiere averiguar la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad como deconstrucción-construcción-reconstrucción de la realidad. Por eso y por otras razones, a los ojos de Pájaro bobo inducción y deducción no son dos métodos de razonamiento diferenciados sino uno sólo, un método con dos partes que en la práctica puede presentarse como inductivo-deductivo o como deductivo-inductivo. Se lo enseñó Popper gracias a sus principios de verificabilidad y falsabilidad.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cuántos procesos y cuántas sentencias serían necesarios para recomponer el mapa íntegro del 11-M y conocer la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?

Mentir diciendo lo que se piensa (no cumplir)


Más allá del catecismo

Si prescindimos por un momento del catecismo de nuestra infancia y partimos de la base de que mentir es decir algo con intención de engañar, comprenderemos que se puede mentir incluso diciendo lo que se piensa. Eso es lo que ocurre cuando alguien dice algo que, aun teniéndolo por cierto, quiere utilizar consciente y deliberadamente con intención dolosa. Tal es el caso, verbigracia, de nuestros autodenominados nacionalistas periféricos cuando negocian sus transferencias (léase: entregas a plazos) con lo que ellos llaman el Gobierno de Madrid. Tal es asimismo el caso de nuestro jefe de Gobierno, Rodríguez Zapatero, cuando se encuentra en un apuro, de la índole que sea, y decide zafarse de él y ganar tiempo. Ahora, este prójimo ha asumido íntegramente la responsabilidad de lo ocurrido en Barcelona con las obras del AVE, pero sólo de palabra, a modo de promesa del tipo: «Nosotros nos cuidaremos de todo». Y ya hemos visto en qué han ido quedando, una tras otra, todas promesas de nuestro prometedor jefe de Gobierno.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿conseguirá engañar una vez más Rodríguez Zapatero a los separatistas catalanes con promesas que, en honor a la verdad, pìensa no cumplir?

Más allá de la fiesta y de la bronca

Después de cuarenta años de dictadura, los españoles se encontraron súbitamente ante su futuro, que era un pasado que no habían vivido

Pájaro bobo se considera obligado a pensar que la visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla es un gesto político de envergadura, un gesto estudiado en su ejecución y calculado en sus consecuencias. Él, pájaro bobo, quiere creer que los valedores de nuestra democracia y nuestra soberanía tomaron buena nota de los insultos al Rey en la inmortal Gerona y otras localidades catalanas. Para él, el happening fenicio, con su dosis de perfidia, fue como un aviso que, emplazado en la cresta de la ola destructora, nos venía a decir que se acercaba y se acerca el momento de las grandes decisiones. Habrá que ver qué forma toma la conjura cuando dé el gran salto y se disponga a ejecutar el asalto final y definitivo. Pájaro bobo insiste en que ha empezado a percibir olor a pólvora en el aire. En cualquier caso, no estará de más prestar atención a los contactos de Vascongadas, en lo sucesivo siempre y sólo Euzkadi, y sobre todo de Cataluña, en adelante siempre y sólo Catalunya, con Marruecos, contactos que prevén entre otras medidas el establecimiento de relaciones diplomáticas y el reconomiento de las dos regiones españolas como naciones sin Estado. Ésa es la tenaza que nos acecha. Es muy posible que, una vez más, el destino de España no esté en manos de los españoles. Es muy posible que, una vez más, el destino de España esté en manos de Francia. Es muy posible que, esta vez, el destino de España esté en manos de Sarkosy. ¿Por suerte?
Tres preguntas ingenuas e intempestivas
¿Y si Marruecos asumiera la representación de Cataluña en determinados organismos internacionales?
¿Y si Marruecos y Cataluña organizaran acciones del tipo joint ventures, en un principio secretas, como punto de partida de un programa de colaboración político-estratégico de carácter permanente?
¿Y si un político catalán de las características del honorable Jordi Pujol fuera recibido por el rey de Marruecos con honores de jefe de Estado?

¿Blindajes verbales?


Contra una lectura autodeslegitimadora de la Constitución

Pájaro bobo entiende que el Estado de las Autonomías se opone frontalmente a los conceptos nucleares de unidad y soberanía nacional, que en este caso corresponden por derecho y en consecuencia deberían corresponder de hecho íntegra y exclusivamente, con carácter permanente, a España y al pueblo español como un todo. En la práctica, España se deshace y se desintegra en el Estado de las Autonomías merced a una política de transferencias de competencias estatales, intrínsecamente estatales y por lo tanto intrínsecamente intransferibles, y a una lectura de la Constitución que termina deslegitimándola como ente estatal en beneficio de las Comunidades Autónomas. Así, éstas pasan a suplantar al Estado, mientras España queda reducida a la condición de simple término sociohistórico sin contenido político actual. Una auténtica obra maestra de la perfidia.
Ante esta situación, algunos españoles seriamente preocupados por el futuro de España han empezado a proponer un pacto de los dos grandes partidos nacionales con un acuerdo explícito, de carácter vinculante, en ciertos temas básicos. Una especie de blindaje, recurso que curiosamente fue empleado en primera instancia por los separatistas catalanes con fines diametralmente opuestos.
En cualquier caso, a Pájaro bobo le gustaría que ese blindaje se basara en convicciones patrióticas, supraideológicas, y por la misma razón que no fuera meramente verbal ni estuviera expuesto a coyunturas y veleidades partidistas, aunque, mal que le pese, tendrá que aceptar la realidad, que en definitiva es lo que dan el país y sus gentes.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿se puede suplir con blindajes verbales la falta de sentimiento patriótico y conciencia nacional?

El timo del presupuesto

Hecha la trampa, hecha la ley

Cuando alguien presenta un presupuesto y quiere que se lo aprueben tiene que procurar que éste sea lo más bajo posible. Eso podría y acaso debería significar que el presupuestador va a quedar atrapado en sus propias palabras y sus propias cifras. Pero en la práctica no es así. Al menos de acuerdo con lo que Pájaro bobo ha vivido y ha aprendido en sus treinta y cinco años como promotor de reconstrucciones y maestro de obras menores y medianas (léase: chapuzas y remiendos). Para ello, el presupuestador se cuida de que su oferta sea tan ambigua e imprecisa que, una vez aprobada en razón del bajo precio dado, le permita maniobrar con argumentos como «eso no entra; vea, léalo», «esto no es madera de chopo» y así hasta donde y cuando él decida. Por este procedimiento, y con ayuda de empujoncitos en incómodos plazos y pequeñas diócesis, un presupuesto de 2000 euros puede llegar fácilmente a 9000, pues el subsodicho no dice después de cada empujoncito que aún tiene a punto dos, tres, cuatro o los que sean. De hecho, el buen presupuestador va viendo después de cada diócesis cuánto puede aguantar todavía la víctima.
Los separatistas catalanes utilizan con maestría una variante de este timo. Cuando tienen que presentar una ley para su aprobación, procuran que ésta sea formalmente correcta o, al menos, asumible y asimilable por la instancia supervisora. Incluso acostumbran a dejar algún fleco suelto para que la mencionada instancia supervisora se entretenga/se distraiga y pueda justificar su labor de poda ante la superioridad y los ciudadanos. Evidentemente, una vez aprobada la ley, ellos, sólo ellos, se cuidan de la puesta en práctica.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Es lícito y justo que separatistas catalanes enseñen lengua española e historia de España a los niños de las escuelas públicas de Cataluña?
¿Y si lo que aprenden los niños en las escuelas públicas de Cataluña no es ni lengua española ni historia de España?

Por una visión democrática de la democracia


Las opiniones como tales no pueden rebatirse o refutar
se

Pájaro bobo considera que, a juzgar por lo que lee y oye en los mass-media, la sociedad civil española, falta de una tradición ilustrada suficientemente sólida, sigue sin saber que el espíritu democrático consiste en una actitud racional y comprensiva ante la vida y en especial ante sus manifestaciones sociales. Así, es frecuente ver y oír que un político cualquiera de un partido cualquiera se empeña en defender la democracia o un aspecto concreto de ella con fórmulas y expresiones tan poco democráticas como «Lo que debe hacer usted es meterse en sus asuntos», «Pido al señor (quidam) que repita conmigo:…». «Eso es mentira», «El Partido Popular no debe seguir mareando la perdiz», «El jefe de Gobierno ha mentido». Pájaro bobo considera que los españoles deberíamos intentar respetar las opiniones de los demás y para ello hacer dos cosas. Primera, expresar opiniones, no impartir órdenes o formular preceptos sobre lo que los demás deben o no deben hacer, órdenes y preceptos en los que no es difícil ver la marca del lenguaje dogmático de la Iglesia y de la retórica castrense. Segunda, remitirse a la ley para dilucidar sus asuntos e intereses y evitar en lo posible los enfrentamientos de tú a tú. Nuestros políticos no se cansan de decir/ordenar/exigir lo que los demás deben y no deben hacer, cuando lo democráticamente correcto sería que hicieran personalmente lo que deben hacer y dejaran que los demás hicieran lo que les viniera en gana, cosa que, por otra parte, no pueden impedir. Resumiendo: el ciudadano español haría bien en aprender que lo que él piensa es una posibilidad entre muchas. Lo único exigible es el cumplimiento de la ley. Al menos, en opinión de Pájaro bobo, que es la mía.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿es posible que un día nuestros políticos empleen esquemas lingüísticos y conceptuales democráticos para expresar sus ideas y defender la democracia?

La financiación de la independencia de Cataluña como malversación de fondos públicos

Un delito y dos culpables

A estas alturas puede y debe decirse que entregar dinero a los separatistas catalanes y no controlar su destino es financiar la independencia de Cataluña. En opinión de Pájaro bobo, eso es, entre otros varios, un delito de malversación de fondos públicos imputable tanto a la Administración del Estado como a la Administración autonómica. Y quien dice imputable dice imputando, que, como forma perifrástica pasiva, define lo que debe ser imputado.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿quién debe presentar aquí la denuncia contra la Administración del Estado y la Administración autonómica y, en el supuesto de que no lo haga, a qué instancia hay que apelar?

Solución democrática del problema catalán

La solución del problema y el problema como solución

Hoy, sábado, en la Tercera de ABC, que fue siempre la primera y principal página del periódico de todos los españoles, Miquel Porta Perales pasa revista al problema catalán de acuerdo con el conocido esquema histórico, con Azaña y Ortega como protagonistas, para terminar confesando que él es «un mal catalán». Aunque evidentemente su confesión debe leerse e interpretarse cum grano salis, Pájaro bobo percibe en ella indicios de la mala conciencia o, más exactamente, de la falsa mala conciencia propia del oprimido culpabilizado y a la postre autoculpabilizado. Después de varias décadas en situación de muerte civil, Pájaro bobo se considera con derecho a afirmar que sabe algo de culpabilización y marginación social. Y ahí sigue. Sin embargo, no está de acuerdo con el análisis usual de la situación y, dentro de ella, del llamado problema catalán. Y mucho menos con las conclusiones, resumidas en la conocida y, en su opinión, desafortunada fórmula: el problema catalán no tiene solución; todo lo que hay que hacer es conllevarlo. Contra semejante forma de fatalismo, Pájaro bobo dice: el problema catalán tiene remedio y justamente remedio democrático. En nuestras manos está acabar con él. La premisa es elemental: el separatismo catalán es un fenómeno social minoritario. No tiene razón de ser, como fuerza decisiva, en una nación con un régimen democrático. Tres ideas elementales para su erradicación, solución, disolución, extinción: no conceder a los separatistas una representación que no les corresponde, no concederles un poder que no les corresponde, no concederles un dinero que no les corresponde y que utilizan para incrementar su poder, su influencia y su representación. Todo eso puede y debe hacerse por procedimientos democráticos y en nombre de la democracia. El poder que tienen los separatistas es en su mayor parte usurpado; nuestra obligación es entregárselo/devolvérselo a su legítimo propietario, el pueblo español, sujeto de la soberanía nacional y del Estado de derecho. Además, los españoles podemos y debemos utilizar el problema del separatismo como estímulo para instaurar en todo el territorio español un régimen más democrático, incluso auténticamente democrático. Por encima de los separatistas y por encima de agentes dobles y doblemente desleales como Rodríguez Zapatero, gracias a  unos y a  otros.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Comprenderán algún día los españoles que la persistencia de España como nación histórica y como Estado de derecho con un régimen democrático depende de ellos y sólo de ellos?
¿Comprenderán los españoles que es su derecho y su obligación como españoles y como demócratas defender esa nación, ese Estado y ese régimen?

Tenemos rey, España está salvada

De los ataques a la Monarquía y sus consecuencias

Para alguien que, como Pájaro bobo, antepone decididamente el sentimiento a la razón en esos momentos en los que, de acuerdo con la fórmula de Heidegger, a España «le va el ser en el ser», es un motivo de satisfacción y sosiego ver que su Rey se salta el protocolo para defender a un español en la forma en la que un padre defendería a un hijo suyo. A partir de ese momento que empiecen a repensar su jugada (léase: conjura) los que han puesto fecha a la destrucción de España.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿no corresponde al Rey en cuanto soberano reinstaurar la soberanía nacional en todo el territorio español?

De la sociedad de la precariedad

A los ojos de Pájaro bobo, la precariedad es un atributo de lo contingente

Alguien poseedor de una perspectiva suficientemente amplia en términos de tiempo y espacio acaso podría demostrar que en el tercer y último tercio del siglo XX el capitalismo, entendido aquí y ahora como modo de vida de la humanidad, entró en una nueva fase, una fase caracterizada por la precariedad. En cualquier caso, ahí estamos. Ahora, tan lícito parece afirmar que la sociedad de la precariedad es fruto desdichado de la economía de la precariedad como que la economía de la precariedad es fruto propio y necesario de la sociedad de la precariedad. Tal para cual. Y ahí seguimos. Pájaro bobo considera que, siendo la precariedad una característica necesaria de lo contingente y siendo la existencia del ser un humano necesariamente contingente, la situación actual, presidida por la precariedad, posiblemente sea, al menos desde esa perspectiva, más humana que otras etapas de su historia por dos razones: porque es efectivamente precaria y porque el ser humano es consciente de esa precariedad.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿hasta qué punto es el ser humano en verdad consciente de su precariedad?

El Partido de los Ciudadanos y la democracia

Para ser real, la democracia tiene que ser, como mínimo, parcialmente formal

Parece lícito afirmar, aunque sea sólo en aras de la simplificación, que, históricamente, los partidos políticos burgueses nacen en las capas superiores de la sociedad y tratan de afirmarse mediante una acción doble: un movimiento horizontal de expansión y un movimiento vertical, de arriba abajo, de penetración. El primero es clasista, el segundo, lógicamente, interclasista. Los partidos de izquierda, nacidos necesariamente en las capas infereriores de esa misma sociedad, actúan de acuerdo con un esquema similar, pero en ellos el movimiento vertical o de penetración es, necesariamente, de abajo arriba. En opinión de Pájaro bobo, si eso es históricamanente cierto, también debe serlo que sólo los partidos de izquierda son democráticos en su origen.
Y hoy, en España, el Partido de los Ciudadanos es el único formado, sustentado e impulsado de abajo arriba, sin contar con una superestructura económica o un complejo de intereses económicos a modo de elemento sustentador.
Tres preguntas ingenuas e intempestivas
¿No es lícito afirmar que el Partido de los Ciudadanos es hoy el único partido democrático de España en su origen, en su funcionamiento interno y en su actividad pública?
¿No radica ahí su inferioridad fáctica y política, pero también su superioridad ética y social?
¿No es cierto que en Cataluña el Partido de los Ciudadanos es el único que, libre de lastres e hipotecas, se enfrenta a la supraideología con manifiesta ambición totalitaria de los llamados nacionalistas, herederos de las muy burguesas cien familias de Barcelona?

La gran ocasión


Dado un problema, sólo son válidas las aportaciones que ayudan a resolverlo y en principio sólo ayudan a resolver un problema las aportaciones que promueven la integración de las fuerzas en litigio

A los ojos de Pájaro bobo, todos los españoles, sin distinción de ideologías, debemos felicitar a Rodríguez Zapatero por su intervención en la pasada cumbre Suramericana. Ya lo han hecho el Rey, Aznar y numerosos medios de comunicación, junto con infinidad de particulares. Fue una intervención acertada y, desde el punto de vista español, positiva. Pájaro bobo considera que el Partido Popular debería no sólo felicitar a Zapatero sino felicitarse por tener finalmente un punto de entendimiento y colaboración leal con el PSOE. Ahora, los dirigentes del Partido Popular deben mostrarse generosos y demostrar que están a la altura del momento, el momento de la unión. A partir de ahí, los dos partidos deberían construir el futuro de España.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿entenderán por fin los españoles que tenemos los elementos necesarios para hacer de España una gran nación?

Razones de ser y no ser de referendums de autodeterminación y declaraciones de independencia con timing incluido


Una ley que no penaliza sus infracciones no es ley

El debilitamiento continuado de nuestro Estado de derecho y, muy concretamente, de su Constitución como marco legal ha traído como consecuencia lógica y obligada el incumplimiento de las leyes. Y viceversa. En cualquier caso, a los infractores no sólo no les pasa nada sino que incluso se los recibe, se los atiende, se los escucha y se les dan explicaciones. Siempre, claro está, que la infracción sea suficientemente grave y meritoria y el infractor esté a la altura del jefe del Gobierno central (léase: español). Tanto si se trata de pactar con los criminales de Eta y poner fecha a la independencia de una región española como si se trata «simplemente» de convocar un referendum de autodeterminación en una parte del territorio español. En la práctica, nada de eso es delito, como no lo es impedir/prohibir que millones de niños españoles puedan estudiar y aprender su lengua materna, el español, en las escuelas públicas. Ni siquiera instaurar minidictaduras en toda una región y convertir a los ciudadanos españoles de esa región en extranjeros de facto. Y el proceso continúa, pues, como decimos, nada de eso es delito. O más grave aún, lo es, pero no se castiga. Así se va debilitando el marco legal y se va preparando el terreno para su liquidación total. En ese sentido, las últimas declaraciones de los separatistas catalanes resultan estremecedoras. Ellos, y sólo ellos, decidirán si van a seguir «estando» en España y, en caso afirmativo, en qué condiciones y hasta cuándo, pues nuestra Constitución es un texto abierto que permite todas las lecturas imaginables, siempre que éstas sean destructivas y autodeslegitimadoras. Sí, la Constitución española se autodeslegitima. ¿Cómo? Por incumplimiento continuado de sus preceptos y, lo que es más triste y aberrante, por no penalizar ese incumplimiento.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por dónde hay que empezar a reparar el edificio antes de que se venga abajo?

Del PSC o Partido de los Separatistas Catalanes al Partido de los Ciudadanos

En Cataluña, la democracia quedó atenazada mediante una conjura separatista ya antes de la Transición

En los últimos años del franquismo, los separatistas catalanes desarrollaron una intensa actividad clandestina con la mirada fija en la situación política que se avecinaba. Esa actividad, con espíritu de conjura, giró en torno a un concepto estratégico y un concepto táctico: Concepto estratégico: la independencia de Cataluña; esta vez no se nos debe escapar. Concepto táctico: todos los partidos políticos y todas las instancias de poder y representación de Cataluña tienen que estar, desde el principio y a toda costa, en manos de catalanes y sólo de catalanes; naturalmente, catalanes de mena. Doctrina Monroe y práctica judía. Y así se hizo. Con la colaboración consciente o culpablemente inconsciente de los españoles. Los presuntos partidos de izquierda catalanes, donde se hacinaban los obreros españoles, no fueron menos separatistas que los partidos burgueses de los Pujolets, los Maulets y los Carallots, gracias, como después se supo y nunca se denunció, a personajes como Maragall, personificación de la perfidia sin el mínimo atisbo de conciencia ética, pero también gracias a homúnculos como Montilla, golem del Sanedrín catalán, y a toda una caterva de charnegos amontillados. Como no podía ser por menos, con el paso del tiempo en el PSC o Partido de los Separatistas Catalanes afloraron varias corrientes críticas que, unidas a otras de cuño vidal-quadrista procedentes del Partido Popular de Cataluña, el más impopular de los partidos de estas conrades, dieron origen al actual Partido de los Ciudadanos. En opinión de Pájaro bobo, aunque hoy Cataluña disfruta/padece una dictadura nacida de una conjura, no tardará en llegar el día en el que los españoles de aquende y allende el Ebro conozcan la esencia y los detalles de esa situación y su génesis. Como es lógico, al Partido de los Ciudadanos le corresponde darla a conocer.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué presuntos intelectuales presuntamente de izquierdas, como Francesc de Carreras, no sólo no han denunciado en ningún momento la conjura catalanoseparatista sino que la han encubierto e incluso han trajabado para que otros no la denunciaran?
Aclaración
Evidentemente, el separatismo, eso a lo que los implicados llaman nacionalismo, no es pecado; la conjura , sí, y muy grave.

De la madrileñísima calle de Alcalá al Kurfürstendamm berlinés


Pertenecer a una cultura y/o a una lengua minoritaria es un handicap cultural, social y laboral

Ana sigue en los Madriles. Como ha ganado dos cursos en su segunda carrera y repite estancia, hay que pensar que le gusta la ciudad. Ahora estudia periodismo. Después quiere pasarse todo un año en un país de la Europa culta para ampliar sus conocimientos lingüísticos. Inquietudes y aspiraciones juveniles. En cualquier caso es buena estudiante y buena hija. Ordenada y agradecida.
Miguel, el inventor, terminó Telecomunicaciones y se fue a Berlín para hacer su trabajo de fin de carrera. El próximo día 21 presenta su proyecto «Sensores en sistemas de seguridad» (Sensoren in Sicherheitsanlagen) ante once profesores de la Technische Universität. Miguel lo reduce todo a esquemas simples, sin palabras. Además le gusta la música.
Así, después de sobrevivir durante varias décadas en condiciones de muerte civil, Pájaro bobo agradece al Sanedrín catalán, sus comisarios lingüísticos y sus agentes secretos la ayuda que le han prestado en la formación intelectual de sus hijos. Éstos empezaron teniendo el alemán como lengua académica y hoy pueden expresarse con plena holgura/soltura en cuatro idiomas. Ana y Miguel, innegablemente españoles, han recibido una enseñanza de cuño europeo. Ahora, su mentalidad responde a ese patrón. Una vez más, gracias.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Han hecho otro tanto con sus hijos los miembros del Sanedrín catalán, sus comisarios lingüísticos y sus agentes secretos?
¿Por qué no prueban a vivir veinte o treinta años en condiciones de muerte civil?

Del franquismo a Convergencia pasando por la Mola

La raposa en el gallinero del PP catalán

Cuando el inicuo Josep Piqué consideró llegado el momento, abandonó el Partido al que pensaba traicionar y traicionó. Por entonces, ya tenía instruida y adiestrada a una subalterna de toda su confianza/desconfianza con el encargo de que continuara y rematara la labor iniciada por él: el desmantelamiento del PP, el más impopular de los partidos de Cataluña, y su paso/entrega a la Convergencia de la gent de seny. Días atrás, dicha subalterna, de nombre Montserrat Nebrera, estuvo en Sabadell y Tarrasa, tierra histórica de urdidores de la lana, para predicar su doctrina y explicar su mensaje. Aquí, como en tantos otros lugares de la antigua España, ya hace tiempo que los últimos resistentes del franquismo orgánico decidieron pasarse en bloque al bando del catalanismo oficial, que, según vaticinó en su momento un avisé y avispado observador local, estaba llamado a ser, en el plano sociológico, la continuación digna y respetable del franquismo. En este asunto, como en otros relacionados con los contactos entre miembros del antiguo Régimen y representantes de las capas medias y superiores de la sociedad civil catalana y catalanista, los dos bandos han contado siempre con los buenos y caritativos oficios de monjes montserratinos, feligreses de San Félix, miembros de la Obra y devotos falangistas. Y así ha sido en esta ocasión. La tal Nebrera, en funciones de mediadora y captaire (!) por encargo, se movió con la soltura y la confianza de quien está en casa y con los suyos. Y lo estaba. En el fondo, su misión era tan sencilla como altruista. Se trataba y se trata de proporcionar una patria y un hogar político a aquellos elementos de la pequeña y pequeñísima burguesía hispanohablante de Cataluña que, muerto el Generalísimo y extinguido definitivamente su régimen, se quedaron sin lo uno y sin lo otro. La Nebrera ha venido a ofrecerles una patria y un hogar político debidamente actualizados y actuales. En adelante sólo tendrán que seguir la flecha. Aquí, como en la Legión, no se le pregunta a nadie por su pasado y, en consecuencia, nadie tiene que cambiar de ideología; a lo sumo, de bandera. De bandera y, claro está, de lengua. ¡Ay la lengua!
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿alguien duda de que la raposa enviada por Convergencia va a terminar de esquilmar el maltrecho gallinero del más impopular de los partidos de Cataluña?
Cirerer, cirerer,
quién te ha visto y quén te ve.

La monarquía como baluarte

La intriga parmentente y sus frutos

Conocido en esta página con pretensiones de mundillo virtual con los sobrenombres de «Topo del buen Retiro» y «Vijía de las cloacas» por méritos y deméritos como su vida subterránea y su afición al disfraz, el juego doble y las ocultaciones tácticas, Enric Juliana, agente del Sanedrín catalán en Madrid y Lisboa, sigue escribiendo en clave púnica. Ayer, sábado, declaraba en La Vanguardia, órgano del separatismo catalán más burgués y oportunista: «La centralidad catalana pasa ahora por «poner en valor» el papel de la monarquía constitucional en el cuadro español realmente existente». Lo dicho: mensaje en clave púnica. Aun cuando no renuncian a sacar la cabeza como sea y a constituirse en Estado soberano, parece ser que en estos momentos los separatistas catalanes no saben exactamente por dónde tirar. Curiosamente, eso se debe a que disponen de varias posibilidades o, como ahora se dice, opciones, ya que pueden optar, a título provisional y sin exclusión de soluciones posteriores más ambiciosas, entre la soberanía temporal y teóricamente compartida, la soberanía plena aunque no sea al frente de los Países Catalanes y una especie de soberanía camuflada mediante una integración oficial/nominal en España. En todos esos casos y en cualquier otro que pueda darse, su objetivo prioritario e irrenunciable es hacerse con el control de los recursos económicos y de los resortes de decisión política del Estado, así como con la dirección de sus medios de comunicación, dejando a la Administración central los menesteres más gravosos y menos lucrativos, a ser posible con una titularidad exclusivamente nominal. Por lo pronto, Hacienda y relaciones internacionales deben estar en manos catalanas o, como mínimo, supeditadas al Sanedrín catalán. Después ya veremos.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Saben los españoles que el desarrollo pleno del Estado de las Autonomías, incluido el último Estatuto de Cataluña, equivaldrá de hecho a la extinción/desaparición de España como nación y que la monarquía es, hoy por hoy, el último y único baluarte de la unidad de España y su persistencia?
¿Sabe el Tribunal Constitucional, como debería saber, que la verdadera trampa del Estatuto de Cataluña está en  su aplicación, no en su  letra?

¿Quién aguanta más?


A Enric Juliana, conocido en este mundillo virtual como
Vijía de las cloacas madrileñas

Si los habitantes del desierto pueden pasarse cómodamente cien años haciendo la guerra (guerra de guerrillas), los separatistas catalanes pueden pasarse tranquilamente otros tantos intrigando (intriga permanente); exactamente, hasta que consigan engañarte y les pidas perdón por haberlos engañado.

El enigma carallot Carod y el enigma Zapatero


Sin centro no hay extremos, sin extremos no hay centro

A juicio de Pájaro bobo, para los separatistas catalanes de la subespecie del carallot Carod sólo hay dos grupos de españoles: el grupo de los tontos útiles y el grupo de los enemigos de Cataluña. López Raimundo, que en paz descanse, pertenecía al primero; Pájaro bobo pertenece al segundo.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿a qué grupo pertenece Zapatero, al de los tontos útiles o al de los enemigos de Cataluña?

El Tribunal Constitucional ante la realidad social de Cataluña

Cuando la parte se impone al todo mediante una conjura

En opinión de Pájaro bobo, el Tribunal Constitucional está obligado en justicia a rechazar de plano el llamado Estatuto de Cataluña porque, aunque en Cataluña hay dos comunidades sociolingüísticas, este documento recoge exclusivamente los derechos de una de ellas, la de lengua catalana, y no sólo niega los derechos de la otra, la de lengua española, sino incluso su existencia. El mencionado Estatuto ha sido concebido, elaborado, redactado y tramitado exclusivamente por miembros de la comunidad de lengua catalana, comunidad que copa todas las instituciones de representación democrática, empezando por el Parlamento autonómico. Estamos, pues, ante una conjura y, dentro de ella, ante un fraude de ley y un documento inmoral, antidemocrático y anticonstitucional.
Cuatro preguntas ingenuas e intempestivas
¿Puede el Tribunal Constitucional aprobar un documento que afecta a todos los habitantes de Cataluña, concretamente a los integrantes de la comunidad de lengua española, equivalente al 52%, y a los integrantes de la comunidad de lengua catalana, equivalente al 48%, sin que en él se mencione la realidad social de Cataluña y sin que en él se tengan en cuenta los derechos de la comunidad de lengua española, que, para mayor ignomia, es mayoritaria?
¿No es cierto que si en Cataluña hay dos comunidades sociolingüísticas y en su Estatuto de Autonomía se oculta deliberada y dolosamente esa realidad y, por lo tanto, no se tienen en cuenta y no se respetan los derechos de una de las dos comunidades, en este caso la de lengua española, el documento es fraudulento y por lo tanto ilegítimo, inmoral, antidemocrático y anticonstituconal?
¿Puede el Tribunal Constitucional aprobar un Estatuto de Autonomía sin informarse antes de la realidad social de esa Autonomía y, muy concretamente, de la situación sociopolítica de las personas y los colectivos ignorados y por lo tanto perjudicados?
¿No es cierto que si lo hace incurre en un delito, máxime si dispone de indicios y pruebas de que el mencionado Estatuto ha sido concebido, elaborado, redactado y tramitado de manera fraudulenta y dolosa?
Este escrito es una denuncia y una acusación.

Opresión separatista en Cataluña


Camino del totalitarismo

Los separatistas catalanes convirtieron el catalanismo en una ideología y, luego, esa ideología en una supraideología. Ahora esa supraideología se presenta como un proyecto totalitario que niega la realidad social de Cataluña y se impone a ella. De acuerdo con los separatistas, hoy en Cataluña sólo hay una comunidad, la suya, pero la realidad nos dice que, a pesar de las imposiciones, las maquinaciones y las intrigas de los separatistas, en Cataluña hay todavía dos comunidades sociolingüísticas: una comunidad de lengua española, equivalente al 52% de la población, y una comunidad de lengua catalana, equivalente al 48%. Pájaro bobo entiende que todas las disposiciones legales deberían tener en cuenta y respetar ese hecho. Y entiende asimismo que es obligación del Estado defender los derechos de la comunidad de lengua española en Cataluña y liberarla de su condición de mayoría oprimida.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué democracia es esta que no es capaz de desmontar una conjura secesionista asentada en un fraude de ley como es la usurpación dolosa de los derechos cívicos de más del cincuenta por ciento de la población de Cataluña y con ellos su presencia personal y directa en los órganos de acción y representación democráticas?

De Ivan Klíma a Pájaro bobo: las tres vidas de dos proscritos

¿Están necesariamente unidas la inmortalidad y la transcendencia? ¿Hay inmortalidad sin transcendencia? ¿Hay transcendencia sin inmortalidad?

Si ahora, superados los setenta, se llama Ivan Klíma, en su infancia tuvo por nombre una cifra, L54, y un estigma, la estrella de David. Ha conocido la persecución, la opresión y la marginación, pero ha sobrevivido para contarlo y hacer lo que le gusta, escribir. Klíma es un hombre reposado, sin asomo de rencor en su mirada y en sus palabras. Toda una suerte. La historia de Pájaro bobo presenta ciertas similitudes con la del checo Klíma. Su padre, Miguel Ibero, fue víctima de la guerra y él lo fue primero de la guerra y después de la posguerra. Aprendió a leer y a escribir cuando ya tenía diez años, y por puro milagro. Como hijo de un rojo y por lo tanto rojo irrecuperable, conoció la persecución-estigmatización-marginación bajo el régimen de Franco. Años durísimos, de los que le queda, convertido en agradecimiento, el amor inmenso de una madre que, más que mujer, fue una leona en la defensa de su prole. Madre y padre a la vez. Pájaro bobo emigró y, tras la emigración y la emigración a partir de la emigración, se instaló por segunda vez en Cataluña, donde, en la medida de sus posibilidades, luchó por la implantación de un régimen democrático —tiempos de la Transición—, pero no tardó en ver y comprender la maniobra: después de ser utilizado para derrocar una dictadura española, se le quería imponer una dictadura antiespañola y se le negaba el derecho a ser español y a educar a sus hijos en español y como españoles. Y se rebeló contra ella y gritó con rabia: «¡Hay una conjura para destruir España!». Y los separatistas le condenaron a muerte civil. Y así vive desde hace más de veinticinco años. Pájaro bobo está vivo, pero a ciertos efectos no existe. O, a lo sumo, sólo en las listas negras de los inquisidores catalanistas. Como superviviente reducido a la impotencia, se mantiene todavía  lúcido y en aceptables condiciones físicas y ahora, superada la barrera de los setenta, se dedica a escribir. Su primer libro, una novela, saldrá en el 2008. Al menos, eso espera.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿le habrán ayudado sus ingenuos perseguidores y opresores a encontrar el camino?

Jiménez de Parga: el lamento del jurista


Lo peor de una ley no es que no se cumpla sino que su incumplimiento persistente, sistemático y doloso no esté penalizado

En la Tercera de hoy viernes, 23 de noviembre, del diario ABC Jiménez de Parga se lamenta de la impotencia de la Administración central y concretamente del gobierno de la nación frente a los separatismos periféricos. Él los llama, en opinión de Pájaro bobo indebidamente, nacionalismos periféricos, y dice que ejercen una influencia no sólo nociva sino incluso ilegítima por desmesurada en nuestra vida política. A los ojos de Pájaro bobo, esa declaración, sometida a una interpretación legal taxativa, conlleva el reconocimiento de que en España no hay democracia. O que los separatismos periféricos han devorado la esencia de la democracia, de modo que esta sólo conserva su apariencia formal y, para mayor ignomia, en beneficio de los separatistas. Según el jurista, la solución de tan grave situación política pasa por la promulgación de «una ley electoral que sirva para traducir fielmente la voluntad de los españoles». Es posible que efectivamente esa sea la solución o una de las soluciones posibles y aceptables, pero, tal como Pájaro bobo ve y entiende el problema, para elaborar y promulgar una ley de esas características es necesario que en ese momento la sociedad civil española posea ya una conciencia patriótica debidamente madura y nuestro jefe de Gobierno una visión de Estado acorde, de una parte, con la responsabilidad que impone la salvaguarda de los derechos y la obligaciones de los españoles como colectivo unitario y, de otra, con la gravedad de la situación. ¿Se da lo uno y lo otro?
A Pájaro bobo le hiere profundamente que los españoles, disponiendo, por fin, de todos los elementos necesarios para disfrutar de un sistema democrático, hayan enajenado su libertad y, parcialmente, su democracia en perjuicio propio y en beneficio de los separatistas, que, para colmo de la ignominia y la irracionalidad, son claramente una minoría destructiva, desintegradora. Él está convencido de que, si se invirtieran los papeles y la proporciones numéricas, los separatistas catalanes no tendrían ese problema. La propuesta de Jiménez de Parga puede ser una solución de emergencia, pero a los ojos de Pájaro bobo será un parche o una chapuza si no se atiende a las causas primeras y no se ataja el mal en su origen. Estamos una vez más o como siempre ante la España invertebrada-desvertebrada. Esa es la causa de nuestro fracaso como proyecto nacional y como nación con un régimen democrático.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Y si esta fuera la última oportunidad de proceder a la vertebración de España?
¿Por qué no aprendemos de los separatistas, concretamente de su habilidad para aprovechar los recursos propios y de su táctica de unirse para separar y destruir?

España, víctima de los españoles


El ser humano en cuanto animal social se realiza en la actividad social

En muchos de nuestros políticos y pensadores de ayer y de hoy más preocupados por el destino de España alienta un pesimismo que, en opinión de Pájaro bobo, denuncia y muestra las causas de nuestro fracaso como pueblo o colectivo social y como nación-Estado o entidad política. Según él, para nuestros pesimistas lo peor no es tanto la conciencia de la derrota o derrotismo como tal cuanto la abulia  y su elemento alienante-alienador. No se hace nada o no se hace lo que podría y debería hacerse, porque a lo largo de su vida y de su historia los españoles han conseguido convencerse a sí mismos de que los males vienen siempre de fuera y las soluciones tienen que venir siempre de lo alto. He ahí el ser humano como sujeto paciente de su destino; he ahí la vida no como voluntad y acción consciente y deliberada de ser sino como existencia pasiva y resignada, gracias en parte a una concepción religiosa pseudorreligiosa a la vez hija y madre de esa manera de estar en el mundo. El ser humano como fruto de una experiencia vital colectiva y una experiencia vital colectiva como fruto del ser humano. Con una Redención transcendente del ser y sin una Redención transcendente del ser ni fe en ella, con Hegel o con Marx, a partir del huevo (Hegel) o a partir de la gallina (Marx) . El español no piensa, la abulia le puede. Y, como no pensar es alienación, quien no piensa se engaña a sí mismo convenciéndose de que no hace falta pensar; que piensen otros. España, España.

El fracaso de una democracia formal: el valor de los votos

No a cualquier memoria histórica sin conciencia patriótica

A pesar de la democracia y a pesar de las leyes, en España persiste la pugna entre tener y saber, entre cantidad y calidad. Los separatistas en general y los catalanistas en particular nos han enseñado que en una democracia formal o aparente como la nuestra los votos no sólo se cuentan sino que también y sobre todo se pesan. Entre nosotros, el voto de un separatista vale lo mismo o más que los votos de diez españoles juntos. Artur Mas proclama tanto su alianza con Ibarreche en la conjura por la independencia de Cataluña y Vascongadas como su pancatalanismo cuando observa y comprueba que el PP y el PSOE están enfrentados obcecadamente y no hay peligro de pacto o entendimiento entre ellos. Ese es el retrato en negativo de nuestro torpe cerrilismo y la razón inicua de por qué —dicho sea a modo de ejemplo— en varias regiones de España están prohibidos de facto, y casi por ley, el aprendizaje y la enseñanza del español. Moraleja: democracia sin unión es destrucción.
Pregunta ingenua e intempestiva a los españoles: ¿aprenderemos alguna vez la lección y nos uniremos o dejaremos que la democracia acabe con España y con nosotros?

José Bono y Rosa Díez: servilismo y lealtad; lealtad y servilismo

De acuerdo con la manera de pensar de Pájaro bobo, la pretendida lealtad de José Bono al PSOE es oportunismo teñido de servilismo, con grandes diócesis de un cinismo acaramelado, mientras que la deslealtad a ese mismo partido imputada a Rosa Díez es lealtad a las convicciones propias y a España. Puede decirse que José Bono ha enajenado el crédito de que gozaba entre los españoles preocupados por el futuro de España, en tanto que Rosa Díez se consolida como la gran esperanza de la izquierda española, más allá de las demagógicas e inmorales maniobras de los Zapateros y los Bonos.
¿Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué los líderes de los partidos separatistas, unos y otros burgueses, prefieren a Zapatero como jefe del Gobierno de España y como interlocutor?
Sencillamente porque le consideraran una pesona deleal y carente de principios, virtudes que facilitan su juego.

La democratización de Cataluña

Por el reconocimiento de las dos comunidades sociolingüísticas con los mismos derechos para sus miembros

A mi leal saber y entender, la democratización de Cataluña pasa necesariamente por el reconocimiento a todos los efectos de las dos comunidades sociolingüísticas existentes hoy en su espacio geográfico: una comunidad de lengua española, equivalente al 52 por ciento de la población, y una comunidad de lengua catalana, equivalente al 48 por ciento restante. De acuerdo con principios democráticos de carácter universal, los miembros de esas comunidades deben disfrutar de los mismos derechos y por lo tanto las dos comunidades como tales deben estar representadas, en condiciones de proporcionalidad y/o paridad, en todas las instituciones administrativas y legislativas de Cataluña, de manera especial en su Parlamento. Y como en la práctica eso no es así, toda vez que desde un principio los representantes de la comunidad de lengua catalana han venido ocupando en exclusiva o casi en exclusiva y por lo tanto indebidamente todas las instancias de poder y representación, negando la existencia de una comunidad de lengua española en Cataluña y, en consecuencia, privando a sus miembros de los derechos que les corresponden como ciudadanos españoles, de modo que hoy en esta región española hay una comunidad opresora y una comunidad oprimida, declaro asimismo que, a mi leal saber y entender, tanto dichas instituciones como sus actividades son ilegítimas, inmorales, delictivas y anticonstitucionales y pido su derogación, empezando por la derogación del Estatuto de Cataluña.
¿Será capaz el Estado español de desmontar el régimen dictatorial implantado en Cataluña por fuerzas contrarias a la democracia y a la libertad de sus ciudadanos?

Hacia una teoría racional/nacional de la chapuza

Mantenimiento, rentabilidad y legalidad

Por suerte o por desgracia, Pájaro bobo tiene una casa grande y vieja; por suerte o por desgracia, con inquilinos. Para bien o para mal, Pájaro bobo lleva unos treinta años arreglándola. Casi siempre en verano, casi siempre en acciones puntuales y por sorpresa: sin parásitos, sin mirones, sólo con operarios, a los que él llama subalternos. Esa experiencia, con sus incontables lecciones, ha hecho de él poco menos que un maestro de la chapuza, además de ingeniero/arquitecto de obras menores y medianas. Nada más iniciar su andadura entre andamios, tuberías y cloacas, a las que aquende el Ebro llaman clavegueres y de las que Miguel, informático y teleco, dice que son parte del hardware del sistema, Pájaro bobo elaboró un plan de actuación inspirado en el mos geometricus del admirado y admirable marrano Baruch (Benito) Spinoza y basado en un esquema tridimensional, a saber: mantenimiento, rentabilidad y legalidad. Impulsando simultáneamente acciones correspondientes a esos tres planos y evitando siempre que podía la injerencia de los inquilinos, a la vez beneficarios y detractores, Pájaro bobo ha conseguido adecentar la fábrica, léase construcción o edificio, adecuar mínimamente su rentabilidad al gasto habido y por haber y poner las relaciones arrendador-arrendatario bajo el imperio de la más rigurosa legalidad. Curiosamente, el invento ha funcionado y ahora da fruto. Gracias en buena medida a él, Miguel estudia en Berlín y Ana, a punto de terminar su segunda carrera, piensa pasarse un año en Inglaterra o en Estados Unidos y otro en la Alemania de los filósofos o en la Austria de los músicos y musicantes.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿de dónde y/o de quién le viene a Pájaro bobo esa puerilmente gozosa afición a la chapuza y el trapicheo unida a su germánica y muy hegeliana devoción al orden de las ideas y a las ideas de orden?

Paradojas de la vida autonómica, lecciones de la historia de Cataluña

¿Qué queda, a estas alturas, del separatismo moderado de Pujol ben Gurión? Pues sencillamente lo que hubo siempre en él: su falsedad, que fue siempre lo más auténtico.

La hora de la gran conjura

¿Ahora o nunca?

Una de las cosas que me enseñaron los separatistas catalanes hace ya mucho tiempo es que, cuando se proclamó la segunda República, «tardaron demasiado» (vam trigar massa) y se les escapó el tren de la independencia. Me enseñaron eso, entre quejas y lamentos, y me hicieron ver y comprender que la próxima vez no sería así. Después de setenta años de intrigas ahí están ahora, en la hora de la aurora. Pujol ben Gurion, ya sin careta y liberado del estigma y la servidumbre que supuso para él ser proclamado español del año, dirige una campaña abiertamente independentista que encabeza su heredero (hereu), Oriol ben Amí, primer presidente in pectore de la Cataluña soberana. Mientras tanto, el carallot (botarate) Carod Pérez realiza viajes y monta embajadas catalanas en medio mundo, naturalmente con el dinero de los españoles. Parece ser que ahora la cosa va en serio, muy en serio. Tot està lligat i ben lligat o, lo que es igual, todo está atado y bien atado. Tienen poder, influencia y medios económicos. Y, acaso como nunca, hay moros en la costa. El desastre de los ferrocarriles es un infundio de los madrileños para desacreditar a Cataluña, lo mismo que el fracaso escolar. Todos los fracasos y todas las culpas son fracasos y culpas del Estado español. Ahora, la independencia está al alcance de la mano.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas: ¿quién ha dado a personas tan huidizas y asustadizas la seguridad de que no habrá ni reacción ni represalias por parte del Estado español?
¿Cómo es que aquí y ahora, acaso por primera vez en la historia, el miedo no guarda la viña?