Miguel en la red

En su camino hacia no sabemos dónde, Miguel  ha realizado su primer gran proyecto: una librería totalmente informatizada, desde el control, permanentemente actualizado,  de existencias hasta la consulta de títulos mediante un interfaz de pantallas táctiles con siete puntos de acceso  a disposición de los visitantes/clientes. La máquina es el cerebro integral;  el ser humano, que en definitiva es el que la ha creado,  un elemento auxiliar: vigila su funcionamiento y  el uso/usufructo de  su banco de datos.

La innovadora aportación de Miguel ha consistido en la aplicación de material ya existente a una librería de proporciones gigantescas. Tan gigantescas que la inauguración del establecimiento, situado en la barcelonesa Rambla de Cataluña, contó con la presencia del ministro de Cultura, el alcalde de Barcelona y  el escritor Juan Marsé,  así como de los directivos de la firma propietaria, la alemana Bertelsmann, y de la empresa, también  alemana,  para la que Miguel investiga, inventa e incluso trabaja.

Para él ha sido una oportunidad en la que ha podido poner de manifiesto sus dotes creadoras.
Miguel Ibero, barcelonés,  hijo de Ramón Ibero, extremeño,  hijo de Miguel Ibero, castellano, es un enigma.

Pregunta ingenua e intempestiva:  ¿qué nos reserva ese enigma?

Cataluña: ¿nace una naciúncula?

Gracias sobre todo al Estado de las Autonomías, hoy en el seno de España hay varias naciúnculas en proceso de gestación. De todas ellas, Cataluña es la que se halla en fase más avanzada. De hecho, esta nascitura tiene ya  más  de medio cuerpo fuera del útero materno.

Pájaro bobo entiende que el alumbramiento de una naciúncula por vía de la intriga-negociación requiere, además de tiempo,  tres grandes componentes, a saber:

1)  Marco legislativo.
2)  Dinero para la financiación del proyecto.
3)  Programa político, económico y social

En el caso de Cataluña,  el marco legislativo es el llamado Estatuto, que constituye de facto una Constitución. Su aprobación por parte del Tribunal Constitucional dejará al Parlamento de Cataluña vía libre para declarar la independencia de manera unilateral pero legalmente  válida. Además, pondrá  a España en una situación de inferioridad y dependencia con respecto a Cataluña.  Los catalanes podrán entrar y salir libremente de  España, y también ocupar  cargos de responsabilidad en su Administración, mientras que los españoles no pondrán entrar y salir libremente de Cataluña y,  mucho menos, ocupar cargos de responsabilidad en su Administración.

En opinión de Pájaro bobo, la aprobación de dicho texto jurídico y con él del término «nación» aplicado a Cataluña  constituirá, si llega a producirse,  una  vulneración consciente,  deliberada y dolosa del núcleo semántico de la Constitución vigente; quiere decirse de su concepto fundamental:   la nación española como sujeto único e inalienable de la soberanía nacional.

Acaso los miembros del Tribunal Constitucional deberían saber y respetar que en ningún texto sometido a la jurisdicción de la Constitución española de 1978, hoy vigente,  puede y/o debe aparecer la palabra nación si no es referida a España o, lo que es igual, de manera que menoscabe o ponga en entredicho su condición de sujeto de la soberanía nacional.

2) El dinero es absolutamente imprescindible para financiar este o cualquier otro  proyecto independentista. Ahora, dar dinero a los separatistas catalanes es una traición y una clara malversación de fondos pertenecientes al erario público  y a los españoles, y, por todo ello, un delito tanto más grave cuanto que el Gobierno sabe sobradamente  a dónde va a parar ese dinero y qué se hace con él. Por lo tanto,  el Gobierno es cómplice de esa traición y esa malversación de fondos   pertenecientes a los españoles. Traición reiterada y malversación de fondos igualmente reiterada.

3) Con ese dinero los separatistas catalanes están llevando a cabo un programa político, económico y social destinado a dotar a Cataluña de la estructura propia de un Estado soberano.  Y lo están haciendo a plena luz del día.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿habría que destituir y procesar al jefe del Gobierno  para poner fin a ese estado de cosas antes de que sea tarde?

Vascongadas: ¿hacia el fin de la dictadura del terror?

Pájaro bobo entiende que, como en Vascongadas no hay libertad, tampoco hay democracia;  y, como no  hay democracia, ni hay ni puede haber elecciones libres  y  democráticas.

Estamos en la Nistria del Nervión,  extraña y anacrónica naciúncula sometida desde hace más de tres décadas   a un régimen de terror,   con una comunidad opresora y una comunidad oprimida. El régimen de terror lo impuso y lo mantiene vigente Eta, organización criminal bendecida por el obispo Uriarte.  Beneficiaria suya es la comunidad de sentimiento separatista/independentista  equivalente,  en las condiciones actuales,   a algo más de la mitad de la atemorizada población del pequeño país.

Corte vertical.

Frente a Eta, sus valedores  y sus beneficiarios está la comunidad de lengua y sentimiento españoles, que sobrevive en condiciones de opresión, persecución y marginación social.  Como en Cataluña,  en Vascongadas ser español y declararlo públicamente es un delito que puede traerte muchas penas, entre ellas la pena capital. En Cataluña, la muerte civil, esa forma de subsistencia en la que el ser humano, despojado de sus derechos cívicos  y sus señas  de identidad, vaga por espacios cerrados  como alma en pena.

Si lo sabrá Pájaro bobo,  morador del búnker de pladur…

En Vascongadas,  Nistria del Nervión,  ha habido recientemente  elecciones y, cómo no, las ha ganado el PNV, partido de la burguesía financiero-clerical  protegido por los trabucaires de Eta y su organización.

No obstante, Pájaro bobo entiende que, de acuerdo con la aritmética electoral,  el PNV debe tener prioridad a la hora del formar gobierno, un gobierno que, curiosamente, no sería realmente  democrático, por la sencilla razón de que ese partido, el PNV, es el principal beneficiario de una situación  irregular en términos de justicia social y política.

Con la ley en la mano, y ateniéndonos exclusivamente a su letra, Pájaro bobo entiende que el PNV tendría derecho no sólo a formar gobierno sino incluso a gobernar en minoría. Sólo si el tal Ibarretxe renunciara expresamente  a ese derecho  en primera o segunda instancia, el testigo debería pasar  a la  formación siguiente en número de votos. O sea, al PSE de Patxi  López.

Rosa Díez, atenta a la jugada, se ha apresurado a decir que no quiere trampantojos y  añagazas tipo  Montilla. Pájaro bobo se permitiría corregirla y declarar: «Queremos una solución tipo  Vidal-Quadras». Aunque, bien mirado, ¿hay algún Vidal-Quadras en Vascongadas?

En esta situación cabe pensar que Eta podría llevar a cabo unas cuantas  acciones criminales para recuperar el  control  de la población vasca y sus caseríos,  pero también es  lícito imaginar que la  banda ha perdido definitivamente la larga guerra  y poco a poco se irá abriendo paso la razón, precursora de la democracia.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿existe la posibilidad de que los líderes del PNV,  sabedores  de que han sido   beneficiarios de un régimen de terror por espacio de treinta años,  renuncien  libremente ahora a su derecho/prerrogativa de  formar gobierno?

Nota aclaratoria
Nistria del Nervión no figura aún en los mapas, pero  ya ha sido reconocida como Estado soberano por naciúnculas como la República de Cataluña, Gibraltar, Islas Caimán y Andorra.

España: ¿del Estado de las Autonomías a la nación de naciúnculas?

Pájaro bobo lo aprendió de Karl  Marx,  judío de Trier (Tréveris) y  teórico del cambio social por salto cualitativo, hace muchos años y desde entonces no deja de aplicarlo a su manera y vomitar: «Hasta ahora los españoles se han dedicado a criticar el Estado de las Autonomías cuando  lo que hace falta es cambiarlo».

Con fecha de hoy,  Gabriel Albiac,  uno de los pocos comentaristas  con temple y vibración que nos quedan, blasfema en el ABC de todos los españoles: «El Estado de las Autonomías es hoy incompatible con las supervivencia [de España]».

La situación es tanto más grave cuanto que  nuestro jefe de Gobierno, falto de sentido de Estado y sentimiento patriótico, se empeña en continuar su huida hacia adelante y en satisfacer con todos los kindersorpresas y todas las chuches a su alcance las demandas de los separatistas para tenerlos contentos  o,  al menos,  entretenidos   mientras él mande. Así, la derrota está cantada:  derrota como ruta y derrota como meta final.

España avanza inexorablemente hacia su autodestrucción.

El hecho de que Ibarretxe,  presidente del gobierno vasco, se niegue a abandonar su cargo,  situándolo fuera y por encima  de la jurisdicción del  Estado español,  no es menos sintomático que la decisión de Montilla, presidente de la Generalidad catalana, de no acatar, por incompetente,  el fallo del Tribunal Constitucional  en todo lo que,  a su juicio, sea contrario a los intereses de Cataluña.

Nos encontramos  ante dos casos de desobediencia institucional tanto más graves cuanto que se basan, de una parte, en  la certeza de que el Gobierno/Estado español  carece de medios para obligarlos a acatar la Constitución y, de otra parte, en  el convencimiento de que su actitud de rebeldía no va a tener castigo alguno sino que, a la larga, va a fortalecer su posición y va a facilitar la consecución del objetivo ultimo o penúltimo:  dejar sin efecto la Constitución española de 1978 por vía de la desobediencia reiterada y el incumplimiento sistemático.

Ya ahora, por mor de esa práctica dolosa ensayada  una mil veces, dentro del territorio español  hay varios  Entes Autonómicos que se han erigido de hecho en naciúnculas o naciones de bolsillo con sus tres poderes  y una representación exterior propia e  independiente de España.

De momento tenemos dos de esas naciúnculas y una tercera que, según prece,  ha sufrido un aborto a última hora. Pero, en cambio,  hay  como media docena que aspira a sacar la cabeza en Bruselas, en Europa y donde sea necesario para no ser menos que Cataluña y eso que llaman Euzkadi.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿y si España ya  hubiera dejado atrás el Estado de las Autonomías  y hubiera pasado a ser una  nación de naciúnculas?

Del Idióticon de Pájaro bobo

Naciúncula, del latín natiuncunla, diminutivo de natio. Según Pájaro bobo, la naciúncula permanece alojada en el seno de la nación madre hasta que alcanza su mayoría de edad y puede ingresar en los organismos internacionales y, por descontado, en la ONU.  Durante ese tiempo, la nación madre/nodriza  (en catalán, dida)  está obligada a mantenerla, instruirla y vestirla  progresivamente con todos los atributos propios de una nación. Evidentemente,  el sueño de toda naciúncula es suplantar a su madre en el concierto de las naciones.

Hispania, natio natiuncularum

Galicia y Vascongadas

Galicia,  presa de su lastre socio-histórico, sigue oscilando entre una mentalidad rural  y una especie de omertà hija y madre  del  caciquismo.  Atavismo por partida doble.

En lo político,  el gallego es dual, ambiguo, ambidiestro, ¿ambisiniestro?

En Galicia, izquierda y derecha se reparten el mapa demográfico.  El separatismo,  importado de Cataluña y, por lo tanto, de cuño catalán, ha mordido  el alma de los jóvenes,  pero parece ser que ya ha llegado al hueso.

Como es sabido,  para que el separatismo cristalice en un proyecto político se requiere el concurso de una burguesía ilustrada y una burguesía económica. La primera convierte el sentimiento popular en ideología; la segunda convierte sentimientos e ideología en proyecto económico.  Ahí estamos.  Ya se cuidarán los agentes catalanes de que no se apague el fuego.

Vasconia es igualmente rural  pero además telúrica y, por telúrica, matriarcal. El vasco, probablemente ibero, rompe el paisaje demográfico de España y, al mismo tiempo, lo enaltece, lo sublima.  ¿Hay algún hijo de la meseta castellana con una vibración más auténticamente española que Unamuno?

No sabemos lo que Unamuno diría hoy al padre Arzallus y al prelado Uriarte, pero podemos imaginar que iría en busca de los etarras a pecho descubierto, que es, justamente, lo que le vienen ganas de hacer, un día sí y otro también, a este extremeño de estirpe roncalesa.

¡Mataréis, asesinaréis,  pero ni venceréis ni convenceréis!

Rosa Díez ha puesto pie en Álava y ha hecho saber a etarras,  criptoetarras  y filoetarras  que no piensa marcharse de esta tierra, que es la suya y la de un puñado como ella, ni por las buenas ni por las malas. ¡A la vasca!

Poco a poco, la balanza va inclinándose hacia la vertiente que mira a España, tierra de maketos.  La dictadura del terror tiene los días contados  y  pronto  veremos  cuántos vascos quieren realmente la independencia y cuántos quieren seguir siendo españoles.

Si, por una de esas cosas raras de la historia, triunfara el proyecto etarra,  podemos imaginar que Euzkadi quedaría reducido a las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa, con una población total de unos dos millones de personas en un espacio de cuatro mil quilómetros cuadrados, pues no cabe imaginar que puedan  arrastrar consigo ni a la provincia de Álava ni a todos los vascos que ya han demostrado su voluntad de seguir siendo españoles.

Eso significa que, en  tal supuesto, nos encontraríamos con uno de esos miniestados que han surgido en la vieja Europa,  a partir de la última década del siglo XX, como consecuencia directa, al menos en gran parte, de la desintegración de la URSS y la extinción del sistema mundial de bloques.

Pájaro bobo puede imaginarse, ya ahora,  una especie de Transnistria  (555.000 habitantes, 4000 kilómetros cuadrados).  Lo que no sabe muy bien es qué  postura iba a adoptar ante esa disyuntiva la burguesía industrial, mercantil y financiera de  Euzkadi.  En cambio,  lo que sí sabe  o, al menos, cree saber es que su futuro en un Euzkadi independiente difícilmente sería igual o mejor que en   un Euzkadi integrado definitiva y lealmente en España.

En cualquier caso, Pájaro bobo está convencido de que esa burguesía tiene medios suficientes  no sólo para  hacer que Eta abandone su guerra  sino también para que ciertos sectores clericales dejen de prestarle  su apoyo. Para ello   esa burguesía debe empezar por convencerse  a sí misma de que está en juego su dinero. Como es sabido,  a la burguesía no le gustan  los juegos peligrosos.

Pregunta ingenua e intempestiva:  ¿cómo se puede convencer a la burguesía vasca de que hay que acabar con Eta en aras de su propio interés?

UPyD: de Vitoria a Bruselas. Europa, Europa

La entrada en el Parlamento vasco,  situado prácticamente en territorio comanche en el que España pierde su nombre y la democracia deja el sitio a un  régimen basado en el terror, tiene el valor de una proeza y una promesa.

Proeza  por las condiciones en las que viven quienes han decidido hacer frente a  Eta y sus valedores y comportarse como ciudadanos libres y como españoles.  Y lo han hecho. La entrada de UPyD  en el Parlamento vasco es más que un mazazo a la manera de Emilio,  es  la demostración práctica de que,  a la corta o a la larga, los terroristas tienen la batalla perdida.

Promesa,  porque marca el camino que hay que seguir con firmeza y constancia. El camino  que conduce a Europa.  La próxima etapa de UPyD  se llama Parlamento Europeo. Es momento de empezar a trabajar y organizar la expedición.

Todo lo que hace falta es unión, progreso y democracia.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué objetivos concretos se ha propuesto alcanzar UPyD en las elecciones al Parlamento Europeo  y con qué medios cuenta para ello?

José Burrull: del Centro de Deportes a las puertas de la Casa Gran pasando por la alcaldía de Sabadell

En su largo y penoso peregrinar por las ideologías y los partidos políticos de este país desde los tiempos en los que aún se llamaba España hasta  la instauración  del Estado de las Autonomías,  Pájaro bobo no ha dejado rincón sin escudriñar,  movido siempre por el  angustiado y  nostálgico deseo de  encontrar de nuevo  la patria  de su infancia,  patria idealizada de una infancia paupérrima pero alimentada con  el amor  nutricio y vivificante  de una madre  con el  alma y el corazón  de una fiera.

Cuando,  en los albores  de  la  democracia,  Pájaro bobo conoció a José Burrull,   éste ya había tenido que abandonar la alcaldía de Sabadell como hombre del Movimiento. Aun así, conservaba cierto prestigio y cierta autoridad entre los suyos, al menos en el ámbito local. Nunca fue una figura de proyección nacional, aunque, consciente de sus limitaciones, lo intentó a través del deporte, donde durante algún tiempo gozó del favor de José Antonio Samaranch.

Pájaro bobo lo trató suficientemente  como para poder declarar ahora que José Burrull  fue un hombre  bueno,  un hombre de  buenos sentimientos. A su modo de ver,  Burrull mantuvo una actitud  humanamente digna, con  gestos  evidentes del mejor José Antonio. Eso hizo que cuando, en Cataluña, las huestes del franquismo oficial y orgánico  iniciaron el paso-traspaso a Convergencia como   continuación político-social del Régimen feneciente,  él se mantuviera en buena  medida  fiel a sus  principios  e hiciera frente a la comitiva-procesión de feligreses montserratinos   ávidos de  una incorporación total e inmediata a la nueva y prometedora ideología.  De hecho,  éstos  habían sido siempre catalanes y catalanistas y habían actuado como enlaces entre los representantes oficiales de la Dictadura   y la feligresía-ciudadanía burguesa de Cataluña.

Lo cierto es que, aunque alojados en  diferentes camarotes,   todos iban en el mismo  barco y, como no podía ser por menos,  a la postre  todos desembarcaron en las playas de la nueva tierra de promisión.  Hasta el pobre José Burrull, en el fondo siempre falangista, siempre joseantoniano, siempre fiel a la imagen de sí mismo que veía a cada momento  en el espejo de su vida.

Así fue como,  arrastrado por  sus  compañeros de campamento, llegó  a las puertas de la Casa Gran. Allí pudo saludar con sincero sentimiento  de  pertenencia —ese que anida en el alma de todos y casi todos los  catalanes —  a Toni Farrés,  hijo, como él,   de la burguesía local,  que, convertido en líder obrero y agitador de masas suburbiales,  le había despojado de la alcaldía de  Sabadell  erigida  por José Burrull en ciudad   piloto del deporte español. Pero ahora Toni era un catalanista de toda la vida y,  terminada la revuelta,  su traición/deslealtad  a la clase obrera   había sido un acto de lealtad al catalanismo. Al menos así podía entenderse  su andadura  política desde  las  barriadas  de estirpe charnega hasta el centro  catalán y  pequeñoburgués,  y así quería él que se viera y  se entendiera.

José Burrull no tuvo tanta suerte. Ya anciano y enfermo, llegó a las puertas de la Casa Gran y el Sanedrín, sin barrarle  rotundamente  la entrada  dada su condición de burgués catalán,  le negó   todo honor,  incluso  el   reconocimiento de su labor como  colaboracionista .  Y eso que a su manera lo fue,  pues —nolens, volens— intentó  conciliar/reconciliar  en su cabeza y en su corazón la lealtad al Régimen al que sirvió durante toda su vida con la lealtad  a la  burguesía catalanista, ayer sumisa y servil y hoy vocera envalentonada de  una natiuncula hecha históricamente de incontables actos de automortificación y colaboracionismo.

Su despedida oficial ha sido triste. De acuerdo tanto  con lo que Pájaro bobo ha visto y ha leído como con lo que ni ha visto ni ha leído,  ha sido una despedida sin  brillo, sin honores, sin una sola muestra de solidaridad  por parte de  sus compañeros de acampada y sus amigos de toda la vida,   sin  apenas manifestaciones  de agradecimiento por parte de quienes se beneficiaron de sus favores,  sin el mínimo testimonio  por parte de los integrantes del círculo que él contribuyó a crear para mantener el control de las fuerzas vivas  de  la ciudad.

Ni un solo falangista ha gritado: «¡Presentes!»

El desprecio, teñido de tristeza,  que Pájaro bobo siente ahora por todos  ellos, con  sus caras y sus nombres,   sólo se ve paliado por el conocimiento que tiene de la naturaleza humana.

José Burrull, hombre al que Pájaro bobo  expresa aquí su  respeto sincero,  se llevó a la tumba el secreto del que posiblemente fue su último gran sueño, el sueño por el que, en su  opinión,  intentó entrar en la Casa Gran.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cuál fue el último sueño, ni confesado ni cumplido, de  José Burrull?

Del Idióticon de Pájaro bobo
El autor de este Idióticon entiende que la palabra latina natiuncula se corresponde conceptualmente con la alemana Nationalität de acuerdo con el sentido que le da en  general  Hermann Broch. El  pensador austriaco, formulador del concepto de lo kitsch,  la utiliza  preferentemente en plural  (Nationalitäten),  pues se sitúa en la Mitteleuropa de la segunda mitad del siglo XIX y la aplica a las minorías etnicas, lingüísticas, religiosas y políticas integradas/integrantes del Imperio austro-húngaro.
El autor de este  Idióticon entiende asimismo que, en principio,  la palabra natiuncula no debe traducirse al español  ni por nacioncilla ni por nación pequeña sino que debe conservarse en su forma original. Natiuncula es, a lo sumo, naciúncula.

Más allá de la jornada de reflexión: UPyD ante su futuro

A los ojos de Pájaro bobo, la atomización territorial y política de España, en un principio conjura específica y exclusivamente separatista, ha traído consigo, como resultado de su implantación y difusión,  el envilecimiento de la política nacional. Los partidos   han descubierto los beneficios de esa atomización a la hora de hacerse con cuotas de  poder  que son a su vez cuotas de mercado. Así, abandonada  la gestión pública como  búsqueda del bien común, los políticos se han dedicado a dividir y repartir el pastel en trozos cada vez más pequeños y cada vez entre más comensales.

En España,  la política es hoy un fraude inmenso hecho de una suma de incontables fraudes. Fraudes políticos, fraudes  sociales  y, claro está,  fraudes  económicos. En su forma actual,  el  Estado de las Autonomías  debería ser causa suficiente para procesar a sus  responsables.  Fraude, deslealtad, malversación de fondos públicos. Ahí estamos.

Los partidos de ámbito nacional no sólo no han combatido las tensiones centrífugas, siempre desleales,  siempre irracionales en términos económicos, sino que incluso se han dejado arrastrar por ellas gracias al  señuelo del pastel.  Ahora, gane quien gane las elecciones, el pastel ya está repartido entre todos los comensales que integran la clase política. Esos comensales cambian alternativamente de silla y/o  sillón, pero no abandonan la sala y, por supuesto, el banquete.   Parlamento de parlamentos y todo parlamentos.

Evidentemente no parece lógico que una nación con tan pobre tradición democrática como la nuestra pase de golpe, por propia decisión,  a tener diecisiete parlamentos autonómicos. ¿Quién nos ha engañado vendiéndonos la ruina de España envuelta en una fórmula  supuestamente democrática?

Miserable, miserable.

En estas circunstancias, al partido de Rosa Díez le corresponde la tarea de denunciar ese insostenible estado de cosas y convencer a los españoles de que es necesario un cambio profundo de orientación y de comportamiento. Políticos y partidos políticos no están ahí para servirse de la sociedad sino para servirla.

Tarea ingente,  poco menos que imposible, pero necesaria.  España como sociedad y pueblo merece otro orden político.

De los resultados que obtenga en las elecciones de Galicia y Vascongadas depende que UPyD dé un salto adelante y pueda presentar su programa a los españoles  o, por el contrario, se estanque y su programa siga siendo poco menos que desconocido para el conjunto de la sociedad.   Pero incluso en  el peor de los casos posibles  —una derrota abultada—,  UPyD  debería continuar  la lucha y preparar la batalla de las elecciones al Parlamento Europeo, fijadas  a principios de  junio próximo.  A corto plazo,  esa  podría ser, de una parte, una última oportunidad y, de otra, la cita de su consagración definitiva.

En cualquier caso,  Pájaro bobo considera que UPyD deberá prepararse para el peor de los casos posibles: que España continúe su demencial derrota hacia la ruina y la desintegración en alas de un Estado de las Autonomías impuesto y dirigido por grupúsculos separatistas que no pasan del siete por ciento  de su  población total. Entonces tendrá ocasión de demostrar  su carácter revolucionario no sólo denunciando una situación absolutamentee  irracional  en lo político y en lo económico sino también y sobre todo haciendo ver y comprender  a los españoles que la supervivencia de España pasa por la implantación de un régimen auténticamente democrático.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿es lícito  que una minoría del siete por ciento de la sociedad lleve a la ruina y a la destrucción a toda una nación en nombre de la democracia?

UPyD Cataluña: ni franquicias ni sucursales ni contratas ni subcontratas ni outlets

José/Josep Montilla podría pasar a la historia de la Fenicia de Poniente como modelo del traidor consumado,  pues traicionó simultáneamente a sus dos padres políticos —el sucio socialista Zapatero y el seudosocialista Maragall— y mereció el elogio encendido de Pujol ben Gurión, sumo sacerdote del Sanedrín catalán y miembro destacado de la farisaica burguesía condal. Toda una proeza, una proeza que le ha valido el triste honor de crear escuela y alumbrar toda una caterva de epígonos deseosos de practicar su doctrina política con deslealtad,  beneficio  y  aprovechamiento.

El esquema de la añagaza  es muy sencillo. Una  banda separatista se apodera de la filial autonómica de un partido nacional  e invierte el juego de relaciones  entrambos.  A partir de ese momento, la filial deja de depender de la central, mientras que ésta, necesitada de apoyo, tendrá que pagar a precio de oro cada voto que reciba de su antigua hija.  Simultáneamente, ésta se integra en el Partido Único de la Comunidad autónoma con el encargo específico de controlar a los afiliados charnegos para que no saquen la cabeza y no ocupen  cargo directivo  alguno si no cumplen los requisitos del modelo Montilla.

Parece ser que la añagaza, argucia o estratagema  fue ideada por Pasqual Maragall, gerifalte del  Sanedrín catalán con rango de  honorable y especialista  en política de la puta i la Ramoneta.

El hecho es que el invento ha hecho  fortuna y, con las oportunas adaptaciones, ha ido  llegando  a los diversos territorios autonómicos, desde  Galicia hasta Andalucía,  pasando, cómo no, por el país de  los vascones.

Curiosamente, a los dirigentes de los partidos nacionales también les gustó el engaño y entraron al trapo. Ahora la división administrativa en Autonomías determina la división de los grandes partidos nacionales.  Y, por  eso, en lo político el conjunto de España depende de los grupúsculos de la periferia.

Desconcertante.

En Cataluña, el invento maragalliano-montillano fue copiado e implantado  en el PP  por un tal Josep Piqué, contando con la colaboración de una raposilla llamada Nebrera.  De hecho, la susodicha sigue en  la brecha con  trifulca va y trifulca viene, pues,  hay que decirlo,  la moza cuenta con el apoyo expreso del Sanedrín y sus prohombres.

Llegado el momento, el invento pasó a manos de Francesc  Carreras,  ciudadano del Partido de la Ciudadanía conocido en este minifundio virtual como el Catedrático de la plastilina. El hombre lleva ya años trajinando de cintura para arriba y practicando al mismo tiempo al juego de las tres esquinas:  Partido Único de Cataluña,  Partido de los Ciudadanos y UPyD.  Su intención era que la formación del Nen Albert Rivera constituyera la franquicia, ni sucursal ni outlet,  de UPyD en la Fenicia de Poniente y,  al mismo tiempo, sus dirigentes, miembros del establishment conocido aquí como el Rovell de l’ou,  tuvieran barra libre y manos libres para integrarse en el Partido Único de Cataluña y firmar contratas y subcontratas. Política de la puta i la Ramoneta químicamente pura.

Pero, a juzgar por las noticias que nos llegan de Madrid, corazón de la España de todos los españoles,  al catedrático y su fámulo les ha salido mal  la jugada y ahora van por ahí ofreciendo sus misérrimos  votos,  si los tienen,  al  PP y el PSOE en las elecciones vascas.

Curiosamente, con ello ha quedado despejada la incógnita referente a las relaciones UPyD-Ciudadanos, y de ahora en adelante  el partido de Rosa Díez, liberado de  compromisos y compromisarios  infieles, podrá actuar con entera libertad sin que se le tilde, sea deslealmente, de desleal, bien  es verdad que, en estos tiempos y estas tierras, tales maniobras forman parte de la rutina  diaria de charnegos y aborígenes.

Pregunta ingenua e intempestiva:  ¿estamos ante el primer fracaso del sistema de franquicias, sucursales, contratas,    subcontratas  y outlets ideado por Maragall y Montilla para controlar, dominar y colonizar/catalanizar España desde la periferia?

Desde el Búnker de pladur,  frente a la Baceloneta y vora al mar de la Sargantana. Sabadell, España,  a veintisiete  de febrero del año 2009.

UPyD: ¿entre la paradoja y el enigma?

El hecho,  difícilmente refutable, de que UPyD  haya nacido en la  sociedad y de la sociedad, prácticamente por generación espontánea, y no haya contado en ningún momento con una superestructura económica, política e ideológica constituye un fenómeno decididamente  único en el panorama socio-político del actual  Estado de las Autonomías.

Unos cuantos ciudadanos,  cansados del timo/fraude/estafa  de la parcelación de España, su enajenación  y  adjudicación a grupos oligárquicos, deciden  organizarse  y empiezan  a  gritar: «Esto no es democracia».

Ha nacido UPyD.

En ese sentido, la jovencísima formación es en estos momentos el único partido auténticamente democrático y por eso mismo también el único partido auténticamente español. Nacido  en el seno de  la sociedad, UPyD defiende la sociedad entendida como un todo orgánico: pueblo, nación y Estado.

A partir de ahí, que es donde estamos ahora, habrá que ver qué futuro espera a  Rosa Díez y los suyos en la ciénaga de las Autonomías con sus infinitas trampas, zanjas y barreras, todas ellas levantadas en nombre de la democracia y contra la democracia,  en nombre de la sociedad y contra la sociedad,  en nombre de la racionalidad y contra la racionalidad.

En opinión de Pájaro bobo, la gran paradoja de esta situación es que responde a una maquinación contra el pueblo español  y,  en cambio,  se quiere vender  como un servicio a él y a todas las familias que lo integran.

¡Miserables! ¡Miserables!

El enigma está en ver si UPyD consigue despertar la conciencia de los ciudadanos  y convencerlos de que, en realidad,  ese  pretendido servicio responde a  una conjura  centrada en  la destrucción de España a manos  de los propios españoles.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿conseguirán  las mujeres y los hombres de UPyD  su propósito de devolver la soberanía nacional  al pueblo español?