Rosa Díez se prepara para las autonómicas

Gracias a su claridad de ideas y, cómo no, a la precariedad de sus medios económicos y humanos, UPyD, el partido de Rosa Díez y los suyos, tiene prácticamente a punto su programa para las próximas elecciones vascas. El programa gira en torno a la vigencia de la Constitución de 1978 como idea nuclear y, estrechamente relacionada con ella, en torno a la defensa del derecho de todos los españoles a recibir enseñanza en su lengua materna. Además en él se expresa la conveniencia/obligación de liberar a los ayuntamientos vascos de grupos y formaciones de filiación etarra, así como la necesidad de recuperar el recurso previo de inconstitucionalidad para reformas estatutarias.
Al no disponer de grandes presupuestos, UPyD se propone salir a la calle, como ya hizo con éxito en las generales, abordar a los transeúntes y, a través del contacto directo, tratar de conseguir su apoyo.
Como UPyD es un partido en alza, es de esperar que recabe suficientes votos de la izquierda y de la derecha, incluso de las bolsas de abstencionistas, y consiga representación en el Parlamento Autonómico.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿será UPyD el partido que ponga coto al saqueo de España por los separatistas e imponga orden en la caótica escena política española?

Federico en el banquillo: ¿insultos o calumnia?

No cabe duda de que Federico Jiménez Losantos es un luchador nato y que, como los toros bravos, se crece con el castigo. Tal vez por eso debería tener en cuenta que ni en los tiempos que vivimos ni en la democracia que padecemos hay espacio para los gestos heroicos, para los desplantes toreros y para los alardes suicidas. La democracia es el reino de la mediocridad y, en consecuencia, de la monotonía alumbrada por masas de seres mediocres. En ellos la heroicidad provoca indiferencia, hastío, a lo sumo alguna carcajada de desprecio.
Después de no pocas lecturas, Pájaro bobo sólo ha conseguido averiguar que el periodista/locutor ha sido condenado «por un delito de injurias graves contra el alcalde de Madrid, a quien acusó de querer «obviar» la investigación del 11-M con la finalidad de llegar al poder». El pobre pájaro lector sigue sin saber cuáles han sido los insultos proferidos por Jiménez Losantos contra Gallardón, habida cuenta que, en su opinión, acusar a alguien de querer «obviar» una investigación no es un insulto sino una acusación y, en el caso de que no existan pruebas, una calumnia.
Con ello pasamos del insulto a la calumnia y formulamos nuestra pregunta ingenua e intempestiva: ¿se han proferido insultos graves, injustificados y no probados o en ultima instancia todo se reduce a una calumnia urdida por Jiménez Losantos o contra Jiménez Losantos?
Doctores tiene la Iglesia.

El PP: ¿nueva orientación o nuevo partido?

Tomando como referencia la línea que, a juzgar por los indicios acumulados hasta ahora, va camino de imponerse en el Partido Popular, Pájaro bobo se inclina a pensar, con las debidas cautelas, que los conservadores han decidido abandonar definitivamente el abrigo de su viejo puerto y adentrarse en las aguas mansas e incoloras del centro sociológico por la ruta de un liberalismo realista, infinitamente más pragmático que ideológico. Eso significa a un mismo tiempo adaptarse a las circunstancias o actualizarse y copiar, con las necesarias adecuaciones, el modelo ya vigente en la izquierda.

Zapatero o su think tank, guiado por su vena mimética y de manera acaso un tanto inconsciente, realizó un movimiento sumamente ambicioso en su contenido y en sus consecuencias, ya que se desprendió tajantemente de la ideología socialista y elaboró un programa electoral a modo de oferta ad hoc destinada básicamente a un público ajeno a los viejos planteamientos teóricos y atento esencial o únicamente a la realidad cotidiana y actual. Efectivamente, estamos asistiendo al fin de las ideologías.

Con ello consiguió no sólo ampliar el abanico social de votantes del PSOE y, en consecuencia lógica, ganar las últimas elecciones generales, sino también dejar al PP en la cuneta como un partido arcaico y reaccionario.

A partir de ahí parece humanamente lógico que el PP, como partido perdedor de las elecciones, decida cambiar de táctica, incluso de estrategia, actualizarse y copiar el modelo ganador. En esa línea se inscriben medidas como arrinconar los componentes ideológicos más obsoletos e improductivos, junto con las personas que los sustentan y representan. Una vez más, lo que no deja se deja.

Al optar por Galllardón como jefe de filas, el Partido Popular anuncia no sólo una nueva orientación práctica sino también y sobre todo una ruptura con el contenido ideológico tradicional. Como siempre, la intención es ampliar el espectro social de posibles votantes, buscando no sólo el centro sino incluso tratando de llegar hasta las puertas mismas del Partido Socialista, sin dejar entre y uno otro espacios que tarde o temprano pudieran ser colonizados por formaciones como UPyD o Ciudadanos y, ocasionalmente, Convergencia y PNV.

A imitación del PSOE de Zapatero, el nuevo y futuro PP pretende comparecer ante sus votantes como una formación joven y moderna, dirigida por un hombre joven portador de un mensaje práctico, actual y atractivo, libre de todo o casi todo lastre ideológico.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿será Gallardón el nuevo y futuro Zapatero de la derecha española?

El Estado español contra el pueblo español: ¿el pueblo español contra el Estado español?

Últimamente, en diversas partes de España han surgido, por iniciativa popular, varios colectivos formados por padres dispuestos a defender, entre otros, el derecho constitucional a escolarizar a sus hijos en castellano o español. El hecho constituye en sí mismo una auténtica ignominia si tenemos en cuenta, en primer lugar y ante todo, la situación de desvalimiento en la que se encuentran esos y otros muchos padres españoles y, en segundo lugar, que la situación descrita es el resultado conjunto de la dejación continuada y desleal de sus derechos y obligaciones por parte del Estado y de la usurpación, también continuada y desleal, de competencias estatales por parte de las Autonomías con ambiciones soberanistas. De hecho, el Gobierno, en vez de defender los derechos del pueblo español, sujeto de la soberanía nacional según la Constitución vigente, financia, a través del sistema autonómico, la desespañolización de España y deja a los ciudadanos españoles a merced de los separatistas que, para colmo de la ignominia y la sinrazón, son una minoría que no llega al diez por ciento en el conjunto de la población nacional.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿tendrá que actuar el pueblo español, como sujeto de la soberanía nacional, contra el Estado y llevar ante los tribunales a los responsables de esta gravísima infracción de la Constitución vigente?
He ahí una causa hecha a la medida para partidos como Ciudadanos y UPyD.

Solbes: ¿contumacia o soberbia?

En opinión de Pájaro bobo, la promesa de regalar 400 euros a cada contribuyente, si ganaba las elecciones, hecha por Zapatero era y es delictiva. Nadie tiene derecho a disponer de lo que no es suyo ni prometer algo que en rigor no le pertenece. Y, en buena lógica, el ministro de Economía debería haberse opuesto si, como cabe suponer, estaba en contra de la medida, mientras que, si estaba de acuerdo con ella, a él le correspondía darla a conocer y explicar en qué consistía y cómo iba a realizarse. Suspenso a Zapatero y a Solbes.

A la postre, la situación económica ha resultado ser peor de lo previsto. No se quería ni se quiere hablar de crisis, palabra maldita, pero ahí está la realidad con nombre o sin nombre. Parece que lo lógico en un ministro de Economía debería haber sido elaborar un programa partiendo del peor de los casos posibles (the worst case szenario) para no verse sorprendido por los acontecimientos, pero, a juzgar por lo que vemos y sabemos, hizo justamente lo contrario y se ha visto sorprendido y desbordado por acontecimientos negativos y no previstos. Pájaro bobo se siente decepcionado por la actuación de este ministro de Economía, al que, a raíz del debate televisivo con Pizarro, había asignado virtudes profesionales que no está acreditando ante una crisis que hay que suponer grave o muy grave.

Pregunta ingenua e intempestiva: si la situación económica española y mundial es tal como la vemos los profanos, ¿a qué se deben la actitud de nuestro ministro de Economía y su insistencia en negar la realidad, a contumacia o a soberbia?

Terrorismo: trabucaires y beneficiarios

Antonio Basagoiti, candidato a la presidencia del PP vasco, ha dicho testicularmente: «Esto no quiere decir que la gente del PNV sean unos terroristas, porque no lo son». Efectivamente, amigo Basagoiti, las gentes del PNV ni son terroristas ni se alegran de que maten al vecino, pero es evidente, al menos para este pájaro bobo, que se han beneficiado y se benefician de la existencia de Eta, en cuanto que a ellas no las matan y en cuanto que Vascongadas está sometida a un régimen de terror que convierte en una heroicidad suicida declarararse públicamente español. No, amigo Basagoiti, las gentes del PNV no son terroristas, pero el lendakari Ibarretxe intentó actuar, y de hecho actuó, como emisario y beneficiario suyo, según confesión propia y propiamente delictiva: «Me niega [Zapatero] lo que prometió a Eta».

Pregunta ingenua e intempestiva: Si el lendakari Ibarretxe actuó como mensajero de Eta y no tuvo éxito, ¿por qué no actúa Eta como mensajera del lendakari Ibarretxe?

Martínez Sistach y el modelo político catalán

Según Pájaro bobo, feligrés y superviviente de la Marca Hispánica en condiciones de muerte civil, la doctrina, de origen hebraico, gira en torno al concepto de soberanía compartida, más como coartada que como fin en sí mismo. El primero en adoptarla en la península Ibérica fue Maragall, quien, además de utilizarla dolosa y ventajosamente en las relaciones del PSC con el PSOE, se la endosó/vendió a Pujol, y éste, viendo las posibilidades del hallazgo/troballa, la impuso en la Generalidad como parte de su política de Estado. En esencia, la doctrina dice:

Dado que, de una parte, Cataluña es una nación y, por lo tanto, no es España, los charnegos no tienen derecho a entrar libremente en Cataluña y, muchísimo menos, a ocupar cargos de responsabilidad en la Generalidad, a no ser en casos excepcionales y en misiones muy concretas, siempre de acuerdo con un criterio general de depuración progresiva e implacable presidido por los intereses de Cataluña. Ejemplo: Montilla y el Estatuto de Cataluña.

Pero dado que, de otra parte, Cataluña es una Comunidad Autónoma del Estado Español, los catalanes pueden y deben intervenir libremente en la política española y, a ser posible, atenazar y copar sus resortes de poder y sus centros de decisión. Y en ésas están.

Conclusión, aquí la parte es más que el todo, pues, en cuanto parte, tiene en exclusiva la parcela propia y, a la vez. participa del todo no en iguales sino en mejores condiciones que los demás miembros. Ése es el modelo político catalán. Y los españoles sin enterarse .

Como no podía ser por menos, el modelo político, a la vez táctico y estratégico, adoptado primero por Maragall en sus relaciones con los socialistas españoles y después por Pujol en las relaciones de la Generalidad con España, ha sido adoptado también por el clero catalán y concretamente por su representante, el cardenal y arzobispo de Barcelona, Martínez Sistach. Así, los obispos de la provincia eclesiástica de la Tarraconense no forman parte de la Conferencia episcopal española, pero el cardenal y arzobispo de Barcelona puede intervenir en sus debates, aunque sólo sea para enfrentar a unos miembros con otros y aprovechar el cisma para pedir la cabeza, lengua incluida, de un periodista/locutor empeñado en denunciar los abusos de los políticos y del clero de la Tarraconense. Es el modelo político catalán.

Tres preguntas ingenuas e intempestivas
¿Conseguirá el cardenal y arzobispo de Barcelona, Martínez Sistach, acallar a Federico Jiménez Losantos manipulando a la Conferencia Episcopal como Pujol ben Gurión consiguió deshacerse de Vidal-Quadras manipulando a Aznar?
¿Por qué el cismático cardenal y arzobispo Martínez Sistach prefiere que las iglesias de Cataluña estén vacías a que en ellas se rece en la lengua de Santa Teresa de Ávila?
¿Qué quedará de libertad de expresión y de democracia en Cataluña tras el triunfo de Pujol en la política y de Martínez Sistach en el ámbito religioso?

El clero catalán: clero politizado, clero cismático. Contra la perfidia contumaz de un pastor de almas desleal

Es comúnmente sabido que el clero catalán, no Iglesia catalana, está integrado en el frente político promovido por el Sanedrín y participa activamente en el proyecto independentista. En opinión de Pájaro bobo, esa actitud, junto con las actividades que le son inherentes, determina un comportamiento civilmente delictivo y gravemente pecaminoso en lo religioso por lo que tiene de politizado y mundanizado, máxime toda vez que, en este caso, las fuerzas políticas a las que el clero catalán presta su apoyo gozoso y cordial están supeditadas a una comunidad social –la comunidad de lengua catalana– que mantiene en condiciones de opresión a otra –la comunidad de lengua española–, a la que, a pesar de ser mayoritaria, está tratando de arrebatar dolosamente los derechos democráticos, civiles y religiosos, que en justicia le pertenecen: entre ellos, el derecho a recibir enseñanza pública y tener servicios religiosos en su lengua.

El clero catalán con su cardenal arzobispo, Martínez Sistach, al frente no sólo no condena la política opresora de los partidos catalanistas, como es preceptivo en una instancia religiosa regida, necesariamente, por criterios éticos, sino que incluso colabora con ellos en la erradicación planificada del idioma español y la privación a los fieles hispanohablantes de servicios religiosos en su lengua.

Como si no tuviera bastante con todo ello, el mencionado cardenal arzobispo, llevado de una anonadante falsa buena conciencia, pide ahora la supresión de programas muy concretos de la COPE, cuando la mencionada emisora es, precisamente por esos programas, la única voz crítica que sobrevive en el espacio geográfico sometido a la dictadura encubierta pero implacable de los partidos catalanistas, con los que, repetimos, el clero catalán y el cardenal arzobispo Martínez Sistach colaboran tan estrecha como ilícitamente, llevando a la práctica en su demarcación las «recomendaciones» que la dirección de esos partidos les transmiten. Miserables, miserables.

Pájaro bobo considera que la Conferencia Episcopal debería investigar las actividades del clero catalán y su vinculación con los partidos nacionalistas. Lógicamente, para ello tendría que preguntar directamente a las asociaciones religiosas y a los creyentes que sufren la opresión del llamado nacionalismo catalán. Entonces conocería la verdad, al menos una parte de ella, y podría informar a la Santa Sede para que ésta tomara cartas en el asunto y pusiera coto a comportamientos que, además de estar alejados del mensaje evangélico, están marcados por una politización con ribetes cismáticos, aunque sólo sea por su obsesión secesionista, ya que, como nos enseña la historia, la división de la sociedad conduce con frecuencia a la división de las comunidades y ésta, a su vez, a la división de la Iglesia.

Es posible que entonces el clero catalán dejara de actuar, como viene haciendo, con indebida autoestima o, si prefiere, con falsa buena conciencia y se cuidara de lo que realmente le incumbe: proporcionar asistencia religiosa a los creyentes y, como mínimo, mantenerse al margen de los conflictos referentes a asuntos mundanos, a no ser que decida tomar partido en favor de los más débiles.

Pregunta ingenua e intempestiva. ¿cómo es posible que el actual cardenal y arzobispo de Barcelona, Martínez Sistach, siguiendo la línea del abad de Montserrat, Josep Maria Soler, se preste a participar en intrigas políticas, hasta incurrir en un delito/pecado de difamación, y falte deliberada y gravísimamente a la verdad delante de cuarenta y cinco millones de españoles?

Tres observaciones
1) Últimamente, la situación se ha agravado, habida cuenta que el cardenal y arzobispo Martínez Sistach, actuando, a instancias de a Generalidad, en asuntos que no son de su incumbencia, intenta ahora enfrentar entre sí a los miembros de la Conferencia Episcopal, a la que él no pertenece. Repito: delito punible y pecado grave.
) ¿Debemos dar dinero a la Iglesia, a través de los Impuestos, si después ese dinero llega al clero catalán, que colabora activamente con los que nos arrebatan nuestros derechos, entre ellos el derecho a recibir enseñanza publica y tener servicios religiosos en español?
3) ¿Se atreverá a declarar algún miembro del clero catalán, empezando por el cardenal y arzobispo Martínez Sistach, que lo que aquí se dice no es cierto?

Del PSC y los amontillados

De entrada, el PSC debía ser, por una parte, el elemento de unión y comunicación con el PSOE, pero, por otra, debía integrarse en el frente separatista catalán y, además, retener en sus mazmorras al grueso de la charnegada, la misma que había librado la batalla contra la dictadura en las calles, en las fábricas, en los sindicatos, en las comisarías y en los cuartelillos, incluso en las sacristías. Y, como tantas veces en la historia, así se hizo. Y, como tantas veces en la historia, la burguesía local, congregada sigilosa y devotamente, de nonas a maitines, en el claustro de un convento, esperó el fin de la lucha y, con la buena nueva de la victoria, la toma del poder. Eso, por elemental, debería saberlo un historiador tan sagaz y desleal como Ferran Gallego, aunque sólo sea porque se ha repetido manta vegada a lo largo de la edad contemporánea.

Luego, el PSC se quitó la careta y dejó caer subrepticiamente el apéndice PSOE, de modo que, sin cambiar de siglas, con un simple escamoteo, el Partido de los Socialistas de Cataluña volvió a ser el Partido de los Separatistas Catalanes, mientras la charnegada, entre el ochenta y el noventa por ciento de sus votantes, seguía aherrojada en las mazmorras. De momento, y hasta nueva orden del Sanedrín, en Cataluña la política tienen que hacerla total y exclusivamente los catalanes para los catalanes. Maragall pacta con Pujol y Pujol se dedica a hacer país en un país en el que la mayoría de sus votantes carecen de representación propia y directa, proporcional y leal. ¿Palestina? No, Cataluña.

Pero un día, Zapatero, jefe del Ejecutivo español y jefe del consorcio PSOE-PSC, avisado por una lengua viperina y supuestamente amiga, se entera de la conjura y, ni corto ni perezoso, arroja a su cerebro y ejecutor, el desleal Maragall ben Ariel, a las tinieblas exteriores. Y ahí sigue todavía, en junio de 2008, a dieciséis años de los Juegos Olímpicos de Barcelona.

El elegido para sustituirle es un hombre de la confianza del florentino leonés por origen, por lengua y por línea ideológica. Eso es, al menos, lo que el elector cree. Craso error. ¿Cuál es realmente la situación?

Pues que, mientras tanto, en el ámbito del Partido de los Separatistas Catalanes ha surgido, y está a punto de entrar en escena, una generación de charnegos catalanizados, ávidos de meter cuchara en el plato de la política y colaborar con sus amos y anfitriones en la lucha contra todo lo español, incluido el PSOE, en este caso partido del Gobierno.

Integrados en el PSC y a través de él en el frente catalanista, los nuevos y celosos conversos no sólo cierran el paso a las corrientes de signo español que emergen en su seno (casos de Bouza y Robles), contribuyendo así al mantenimiento y el fortalecimiento de la dictadura separatista dentro de los límites de la Comunidad Autónoma, sino que además se ofrecen como emisarios ante el gobierno de España. Ahí está la Xacó, dispuesta a dar el escopetazo vendiendo fragatas y fragonetas al rey de Marruecos, siempre amigo cordial y futuro aliado; ahí está el tal Corbacho, hombre florero y bulto sospechosamente inútil; ahí está el bolchevique Montilla, oteando el horizonte desde la subestación espacial de la Generalidad.

Es evidente que para el Sanedrín, los amontillados son meros tontos útiles, aunque alguno tenga la perfidia de un Montilla. De momento, su misión consiste en eso, en actuar como misioneros, enviados, y en hacer que los de Madrid se traguen el Estatuto de Cataluña con puntos y comas, pero también y sobre todo en ir engrosando el lobby catalanista en la capital de España, lobby que ha de ser la avanzadilla de un ejército de mercenarios civiles llamado a atenazar y sojuzgar a España y los españoles en un máximo de diez años. Esta última idea –del lobby al asalto final del Estado– no es mía sino de un tal Enric Juliana, que la ha expuesto, plazo incluido, en La Vanguardia de Barcelona.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿quién conseguirá engañar a quiénes: ¿Zapatero a Montilla y a Pujol ben Gurión, Montilla a Zapatero y a Pujol ben Gurión, Pujol ben Gurión a Zapatero y a Montilla?
Se admiten apuestas.

Ensoñaciones

Pájaro bobo sale a soponcio por día. Traición diaria de una izquierda que en rigor nunca fue de izquierdas, sólo antimilitarista, sólo anticlerical. Si la izquierda nació en un sueño, parece que debería seguir soñando para conservar, al menos, parte de ese sueño, además del nombre. Según este soñador, una izquierda que nunca soñó es una izquierda que nunca existió. Traición diaria de la derecha, que acaso siempre fue de derechas, sólo de derechas, derecha de la andorga y la faltriquera, que es lo suyo. La derecha sólo sueña despierta.

Fórmula mágica y, con variantes, universal en el tiempo que viene y en el espacio que nos queda: la Convergencia de los Pujoles es la continuación social (sociológica) del franquismo. Esa Convergencia, obra y hechura del Sanedrín catalán, ha otorgado una nueva buena conciencia a la gente de orden, la bona gent, que en realidad es gente de la clase dominante, sustentadora solícita y agradecida de la nueva ideología dominante, de cualquier ideología dominante, de todas las ideologías dominantes que es fan i es desfan, incluida, si procede, la ideología de la clase dominante española. Por motivos de seguridad, España será siempre la Casa gran. ¿Siempre? Ja veurem!
Lo que no deja se deja, pero, por la misma razón, lo que deja no se deja. Ni en broma.

Ahí están los ciudadanos del Partido de los Ciudadanos. El Tándem de la Ciudadela toca a arrebato y pide un congreso. O se reactiva el organismo o el organismo irá languideciendo hasta que le llegue la hora. Fagocitosis. Acaso todo ello sea un pelín más complicado. Para el Sanedrín, que posiblemente es el colectivo que más sabe de intrigas y conjuras después del Mosad israelí, la formación política del joven desnudo cumple, entre otras, la función de tener agrupada y controlada a la feligresía española de Cataluña que, decepcionada de pseudosocialistas e impopulares, sigue buscando una patria. Por lo tanto, lo más probable es que el Partido de los Ciudadanos sobreviva, pero aconductat por un catedrático e instalado, por motivos de seguridad y protección contra la contaminación ambiental, en un búnker de plastilina. Tres cuerpos extraños, tres masas amorfas y, sobre todo, sin cabezas pensantes. Para cabeza pensante, la de Pujol ben Gurión, Sumo sacerdote del Sanedrín de las Terras de Ponent. Las cien familias siguen haciendo historia: la hacen y la dictan. Subalternos y amanuenses a sueldo la escriben o, por mejor decir, la teclean.

Pájaro bobo se asoma a uno de los ojos de buey de su atalaya y espelunca situada a tres metros sobre el nivel del mar de la Sargantana, ayer piélago, hoy ciénaga, y a tres tiros de piedra y un palmo de la Barceloneta, otrora barrio marinero y ahora dique seco de los Sirgadores de Sant Gervasi, Tubau y su troupe.

Llega el Menesteroso, paso ligero de legionario, mano izquierda de la Providencia. En las muñecas, haces de bolsas del Tall Britànic con condumio a la carta para los gatitos del jardín de infancia el Descampao. Le recibe el Rubiales, macho alfa con el rabo anillado como un lemur malgache pero más corto. Pájaro bobo da gracias a Dios y rememora su infancia, aquella que nunca debió perder porque no es bueno perder la inocencia.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cuándo escenificarán una nueva conjura Tubau y su troupe?
De todos modos, que Boadella empiece a preparar uno de sus happenings-performances con mucho mimo.